Guión: Judd Winick, Fabián Nicieza, Derek Fridolfs, Dustin Nguyen, Mandy McMurray.
Dibujo: Mark Bagley, Jim Calafiore, Tom Mandrake, Dustin Nguyen, Kelley Jones, Freddie Williams II.
Páginas: 200.
Precio: 22,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2020.
Dada la enorme madeja que supone el universo de Batman, a la hora de recoger material antiguo es cada vez más importante tener claro lo que tenemos entre manos. En Sombras alargadas lo que tenemos es un nuevo volumen de las aventuras de Dick Grayson vistiendo el manto y la capucha del murciélago tras los acontecimientos de Batman R. I. P. (aquí, su reseña) y la necesidad de que alguien asuma el papel de Bruce Wayne tras su aparente muerte. Y, aún más, dos historias completamente diferentes. La primera, la que da título al libro, es una buena historia de Judd Winnick y Mark Bagley que se centra precisamente en el cambio entre Bruce y Dick pero visto desde fuera, desde la perspectiva de Dos Caras e incluso desde la de Alfred. La segunda, El octavo pecado capital, es una aventura con Azrael y Question como invitados escrita en dos partes por Fabián Nicieza y dibujada por Jim Calafiore y Tom Mandrake. Como esta historia doble forma parte de sendos Annuals, también aparecen en el libro las historias de complemento que tenían dichas entregas, aportando una variedad todavía mayor al volumen, más aún de lo que se pueda imaginar al pasar del estilo de Dustin Nguyen en una historia al estilo de Pequeña Gotham (aquí, reseña de su primer número) a un relato de vampiros protagonizado por Barbara Gordon y dibujado por Kelley Jones.
Winnick es, probablemente, un escritor infravalorado en el mundo de Batman, a pesar de ser el responsable de Bajo la capucha (aquí, aquí y aquí, sus reseñas), todo el arco argumental que sirvió para recuperar a Jason Todd como Capucha Roja, y cuando escribe con brío lo hace de una manera bastante interesante. Sabe hacer que Sombras alargadas sea un arco argumental que nos recuerde a aquellas historias de finales de los 80 y comienzos de los 90 que hicieron que tantos se aficionaran al cómic con un ritmo endiablado, con un buen uso de un personaje clásico, en este caso Dos Caras, y sin miedo alguno a hablarnos de la naturaleza del Caballero Oscuro en su nueva identidad. Dick no es Bruce, y eso es lo que Winnick nos quiere dejar claro. Dos Caras lo nota, y esa es la base de su relato. Podemos quejarnos de la vertiente más fantasiosa del relato, desde luego, pero acaba teniendo su sentido. Y más cuando todo lo vemos desde la perspectiva de un Mark BVagley estupendo y dinámico, que se divierte tanto como el nuevo Batman con la historia que está dibujando, y que nos deja no solo una versión muy buena del protagonista, sino también de villanos como el propio Dos Caras y alguno más que se deja ver en sus páginas y que no vamos a desvelar, incluyendo uno que en realidad no tiene protagonismo en este historia, sino más adelante.
El octavo pecado capital, en realidad, busca objetivos parecidos a los de Sombras alargadas. Es una de esas sesiones dobles que en algunas ocasiones habíamos visto ya en los Annuals de Batman y Detective Comics que permite construir una historia con dos dibujantes diferentes… y a la vez obliga a los lectores a comprar los dos para no quedarse sin el final de la historia. Es menos divertida que la primera, porque Nicieza busca un tono un poco más grave. Y es menos intemporal porque utiliza dos personajes, Azrael y Question, muy cambiantes a lo largo del tiempo y que aquí están en un momento muy concreto de su evolución. El escritor plantea, además, una historia detectivesca mucho más turbia, con el secuestro de niños y con la confrontación entre los métodos de los tres protagonistas. Y sobre todo el estilo de Mandrake lleva estas páginas a rincones más oscuros y sucios, marcando una clara diferencia en ese sentido con el relato que da título al libro. Las dos historias tienen un buen nivel, aunque la primera parece estar por encima tanto por sus objetivos como por su ejecución. No obstante, las dos forman un buen conjunto de una etapa que, probablemente, esté un poco olvidada por la enorme trascendencia que se buscó a su alrededor, y es que la sombra de Grant Morrison es tremendamente alargada.
El volumen incluye los números 688 a 691 de Batman, su Annual número 27 y el Annual número 11 de Detective Comics, publicados originalmente por DC Comics entre julio y octubre de 2009. El único contenido extra son las cubiertas originales de Tony S. Daniel, Andy Kubert y Jim Calafiore.
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