‘Quantum and Woody’ 2, de James Asmus y Ming Doyle

Editorial: Aleta.

Guión: James Asmus.

Dibujo: Ming Doyle.

Páginas: 112.

Precio: 12 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Noviembre 2015.

El primer volumen de Quantum and Woody (aquí, su reseña) fue mucho más que un soplo de aire fresco. La propuesta de James Asmus no sólo cogía la cabecera del nuevo universo Valiant, sino que sobresalía de entre los incontables títulos que hoy en día quieren explotar la fusión entre el humor y los superhéroes. Quantum and Woody es bestialmente divertida. Lo era en su primera entrega y lo sigue siendo en esta segunda, Servicios de seguridad. Todo un alivio, porque demuestra que lo visto hasta ahora no es casualidad ni una simple novedad, sino una apuesta firme por un entretenimiento diferente, que sabe reírse de los tópicos del género, pero también de los de la realidad, que en esta segunda entrega hablan de problemas tan comunes en la sociedad norteamericana como las armas o el racismo. Lástima que, en esta estructura de arcos argumentales ya tan aceptada entre las editoriales norteamericanas (la que piensa, obviamente, en el tomo recopilatorio más que en la entrega mensual), el relevo en el dibujo esté lejos de ser satisfactorio. Si Tom Fowler había clavado el tono y el aspecto que debía tener la serie, lo que hace Ming Doyle en este segundo está lejos de ser satisfactorio. No arruina la lectura, pero sí baja notablemente el resultado del tebeo, que, eso sí, puede seguir presumiendo de saber explotar de forma desternillante a unos personajes muy carismáticos.

Hay dos planos en los que se puede disfrutar de las aventuras de Quantum and Woody. Uno es el ya mencionado previamente, el de los temas sociales que va intercalando Asmus en el desarrollo de las aventuras superheroicas. Ver a estos dos singulares héroes entre empresas de seguridad privada y supremacistas blancos le da a Asmus el escenario perfecto para que la diversión continúe al mismo nivel que en los primeros números de la serie. Pero el otro es precisamente el que se deriva de la química que hay entre los protagonistas, y no sólo entre estos dos singulares hermanos que no se aguantan pero que tienen que permanecer juntos para que sus poderes no desaparezcan. Y es que no hay que olvidar que el grupo lo completan una exuberante clon y una cabra. Sus problemas, digamos, cotidianos, proporcionan un nivel de diversión parejo al de las desternillantes aventuras en las que se meten. Asmus, además, domina el entorno sociológico, y algunos de sus mejores chistes están en las bromas a otros personajes y títulos sobradamente conocidos, desde Batman hasta Juego de tronos. Y como no hay límites, la diversión se prolonga por todo el escenario, y tan es su rango de acierto que a veces lo hace emulando la locura salvaje de Predicador (aquí, reseña de su primer volumen) y otras optando por un tono de sitcom.

Pero llegamos al punto débil, que está en el dibujo. Con algún acierto, la verdad es que son muchos los chistes del guión de Asmus que no encuentran una puesta en escena acertada en las ilustraciones de Ming Doyle. Con un estilo que a priori podría recordar a Paul Pope o incluso a David Rubín, lo cierto es que sus ilustraciones no se acercan al resultado que cualquiera de esos dos autores podría haber conseguido. El carisma de Quantum y Woody, el del clon todavía sin nombre y el de la cabra Vincent se prolonga desde el primer número, y de eso se aprovecha Doyle para tapar los problemas que hay incluso a la hora de dibujar anatomías acertadas. Pero en cuanto a los nuevos personajes, no terminan de dar ese salto para llegar al mismo nivel de aceptación que los protagonistas ya conocidos. Quantum and Woody, no obstante, mantiene un alto nivel gracias a la imaginación, el desparpajo y la agilidad en diálogos y situaciones que manifiesta Asmus, suficiente para que esta singular pareja de superhéroes siga siendo una de las mejores noticias que deja Valiant para los aficionados al género. Es tan desternillante que ni siquiera un dibujo poco acertado resta impacto a esta magnífica serie, más que recomendable desde cualquier punto de vista pero sobre todo para quienes sepan y quieran reírse de la seriedad reinante en el mundo del superhéroe.

El volumen incluye los números 5 a 8 de Quantum and Woody, publicados originalmente por Valiant entre noviembre de 2013 y febrero de 2014. El contenido extra lo forman las portadas originales y alternativas de Andrew Robinson, Clayton Crain, Ming Doyle, Tom Fowler, Lee Garbett, David López, Mike McKone y Kalman Andrasofski.