‘Los Cabezones de las galaxias. El despertar del cabezón’, de Enrique V. Vegas

Editorial: Dolmen.

Guión: Enrique V. Vegas.

Dibujo: Enrique V. Vegas.

Páginas: 104.

Precio: 15 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Noviembre 2016.

No por esperado, El despertar del cabezón es menos divertido. Porque, claro, era inevitable que Enrique V. Vegas continuara con su serie de Los Cabezones de las galaxias (aquí, reseña de su primer libro), su particular revisión de Star Wars. Su parodia de El despertar de la fuerza (aquí, su crítica) es bastante atractiva porque empieza con un gancho que cualquier seguidor de la franquicia galáctica reconocerá de inmediato, el coleccionismo, y finaliza con uno de los smash-ups más delirantes que se recuerdan y que, desde luego, no revelaremos aquí para que no arruinar la sorpresa que Vegas se ha reservado para el acto final de su nuevo trabajo. Hablamos de una base similar, porque los cabezones de Vegas no se apartan de unas señas de identidad reconocibles, las mismas que forman parte de todo su trabajo humorístico, y las que han conseguido crearle un grupo muy fiel de sus seguidores. Y precisamente por eso, el gancho está lanzado desde hace mucho tiempo, y casi todos caerán en las garras de El despertar del cabezón, porque es, como es habitual, una lectura ágil y divertida, que funciona como parodia directa de Star Wars para deleite del fan de la saga pero también como un simpático tebeo que trufa sus páginas de referencias a otros títulos, lo que incide de nuevo en apelar a públicos diferentes pese a su temática en apariencia cerrada.

Es verdad, seguramente inevitable, que se puede llegar a tener la sensación de que estamos ante un más de lo mismo. Pero es que, al mismo tiempo, ese más de lo mismo es, precisamente por esa naturaleza, algo muy divertido. Los guiños visuales que va introduciendo Vegas a elementos que nada tienen que ver con Star Wars, y que van desde Star Trek al Atlético de Madrid, pasando por Tintín, El coche fantástico, Campeones o Barrio Sésamo son la guinda perfecta a los chistes relacionados con la saga, que van desde algunos errores de la película que parodia (“esto es un sinsentido”, llega a decir un personaje precisamente reaccionado a uno de los grandes problemas narrativos que tenía El despertar de la Fuerza) hasta elementos mucho más criticados de la misma franquicia (ver a este émulo de Chewbacca ahorcando a otro de Jar Jar Binks producirá mucho placer en bastantes seguidores). Y en esta ocasión, a diferencia de lo que ha pasado en otras de las parodias de Vegas, la historia está algo más elaborada para que, siguiendo los pasos de la película original, haya elementos comunes y chistes recurrentes, en este caso los del coleccionismo, que ayudan de hecho a entender la dimensión del fenómeno Star Wars e incluso la misma existencia de un cómic como Los Cabezones de la galaxia.

De alguna manera, se nota que Vegas ha tenido casi un año, el tiempo que ha transcurrido entre el estreno de la película que parodia y el de la publicación de este tebeo, porque el dibujo es de los más completos de entre sus últimos trabajos. Las viñetas en las que aprovecha las sombras o en las que directamente busca simplificaciones se limitan al mínimo, por lo que el disfrute con sus caricaturas cabezonas es más amplio. BBB, sosias del ya inimitable BB-8, es quizá lo más flojo del trabajo de Vegas, que apuesta por convertir al androide en un chiste gráfico y limitar su papel en la historia, probablemente sabedor de que es imposible que mejor el diseño original con la parodia. Pero, a cambio, Kailo Nen, su versión de Kylo Ren, es formidable. De la misma forma que ya logró uno de sus más reconocibles trabajos al adaptar a Darth Vader, este personaje le da a El despertar del cabezón la espectacularidad visual que necesita sin renunciar en absoluto a la parodia. Vegas vuelve a acertar de pleno con esta nueva prolongación de su particular universo, esta vez con el añadido de dar a sus chistes un toque que encaja a la perfección con el momento actual de Star Wars, un mundo tan dado a la creación y el entretenimiento como al del marketing y el merchandising. El chiste funciona y, como casi siempre, la parodia de Vegas también.

El contenido extra es un portafolio de bocetos de los personajes.

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