‘Hinatsugi, el pueblo de las muñecas’, de Aki Shimizu

Editorial: ECC.

Guion: Aki Shimizu.

Dibujo: Aki Shimizu.

Páginas: 224.

Precio: 9,95 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Junio 2023.

Más allá de la información que nos aporta el título de Hinatsugi, el pueblo de las muñecas y lo que cada uno pueda interpretar a priori de esa referencia tan propia del manga por un lado y del terror por otro, es más bien recomendable adentrarse en la historia de Aki Shimizu sin demasiada información, porque la historia y su mundo están pensados para que los descubramos al mismo que parte de sus protagonistas, los que se adentran en un lugar misterioso que no está en los mapas y que oculta un secreto aterrador. Sí, eso resulta obvio desde el principio, este es un manga de terror, y uno además que juega con un contraste que no resultará ajeno a los amantes del género, el de lo más turbio de la naturaleza humana y el de la búsqueda de un ideal de belleza inalcanzable y perfecto. Lo que al principio parece que puede ser una antología de historias cortas ambientadas en un lugar imposible acaba siendo un relato completo y trágico, uno que casi da la sensación de estar cambiando sobre la marcha para sorprender al lector, transformándose en su formato y de alguna manera abriendo también caminos inesperados para sus personajes, y que tiene una puesta en escena bastante interesante a nivel visual, con un contraste de blancos y negros que sirve para transmitir muchas cosas más allá de la idea original.

Es bastante curioso cómo juega Shimizu con elementos fijos y no demasiado alterables (volvemos a lo anterior, no merece la pena que desvelemos aquí los secretos de Hinatsugi) con la necesidad de generar sorpresas continuas en una historia que tiene en el misterio una buena baza inicial. Por eso hace de los primeros episodios unos en los que los héroes y victimas van cambiando, salen unos y entran otros, dando esa idea de antología de la que hablábamos. Pero no, en esas páginas se empieza a afianzar la tragedia que da forma a Hinatsugi y que es lo que más importa. Bien por Shimizu, porque su escenario podría invitar a jugar con ciertos lugares comunes, y sin embargo la historia va por otros derroteros y da protagonismo no sólo a los hechos que resultan aterradores en sí mismo y que vemos de manera más o menos explícita sino también a las circunstancias que rodean a quienes los perpetran. Y de esa manera, lo que es terror, conviviendo momentos muy amenazantes por la simple presencia de los personajes y otros más abiertamente fantásticos, se convierte por momentos en leyenda, y se asoman unas notas de cierta poesía (recordemos que la belleza es uno de los temas de este manga) que ayudan a sumar capas al relato para que su clímax tenga sentido y suponga un cierre adecuado.

La historia cobra fuerza con el dibujo de Shimizu y sobre todo, lo decíamos, por los contrastes entre el blanco y el negro, muy bien utilizados para que haya terror atmosférico y también emocional. El primero nace del entorno, en comparación sobre todo con el realismo natural con el que empieza la historia, uno que incluso apunta a que puede apostar por un tono muy distinto del que finalmente marca la narración. El segundo, en cambio, es cosa de los personajes a los que vemos en este misterioso pueblo, con dos mujeres, madre e hija, que sobresalen por méritos propios. De hecho, es la hija, de piel y ropajes blancos por completo, la que se lleva todos los focos de la narración visual de la misma manera que lo hace en la propia historia. Los contrastes funcionan tan bien que sirven para compensar alguna irregularidad que pueda tener la historia o incluso los diálogos que ayudan a darle forma. El misterio hace lo demás hasta cerrar una buena historia que mantiene el Interés hasta el final, algo fundamental cuando se trata de transportarnos a lugares que no existen pero que tienen que tener una conexión clara con la realidad. Eso lo tenemos en su introducción, en los dos primeros capítulos en realidad. Después es cuando entra en juego su poder poético y magnético, que es lo que nos conduce hasta el final de un viaje que acaba siendo atractivo.

Asahi Shimbum Publications publicó originalmente Hinatsugimura en 2019.

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