Guion: Hirotaku Kihara.
Dibujo: Junji Ito.
Páginas: 112.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2021.
El nombre de Junji Ito está directamente asociado con el terror japonés moderno de una manera en la que pocos autores están ligados a un género. Y quizá, por eso mismo, no siempre somos capaces de valorar la versatilidad que nos ofrece como ilustrador, esa cualidad que libros como Punzadas de fantasmas ofrecen sin ningún género de duda. Porque aquí Ito no hace cómic, no durante buena parte de las páginas del libro, sino que se limita a poner imágenes fijas a los relatos de Hirokatu Kihara. Y lo hace con la misma habilidad con la que se mueve en un relato secuencial. Las historias, por supuesto, son horrores condensados de los que se pueden sacar muchos elementos aterradores, porque saben jugar con el carisma de sus protagonistas y de las mismas situaciones que retrata. Pero volvamos a Ito, que por estos lares siempre tiene que ser la razón por las que nos detengamos en trabajos de esta índole. Estamos hablando de un ilustrador que entiende el género de una manera brillante y atrevida, siempre, independientemente de las historias nos puedan recordar a algún otro escenario, sin miedo a asomarse a momentos de enorme impacto visual, algo que en un libro ilustrado incluso consigue mostrar de una manera más intensa que en un formato manga, no solo con las grandes ilustraciones, sino también jugando con la puesta en escena de la página en prosa.
Las punzadas a las que hace referencia el título son un total de nueve, presentadas en un tremendamente sugerente menú en el que todos los protagonistas tienen su cara oculta por el número de página en el que arranca todo, casi como si fuera una premonición de los horrores que vamos a ver. Y si el gozo es grande con las ilustraciones que Ito va dejando a lo largo del libro, la cosa mejora todavía más cuando le vemos en su elemento natural, el manga. La historia que cierra el libro, Viaje de graduación en verano, la punzada definitiva que nos ofrece este volumen, es, efectivamente, un manga. Ito vuelve a mostrar ahí que es un maestro de la puesta en escena y de la ambientación, que sabe meternos el miedo muy dentro de nuestra espalda, casi como un reflejo involuntario de las mismas expresiones de asombro de las protagonistas de esta siniestra aventura. No es que haga mucha falta que nadie corone a Junji Ito, pero con Punzadas de fantasmas sigue alargando la sensación de que es un maestro del horror tremendo, que juega con el cuerpo, con las miradas y con las emociones de una manera espléndida, creando un universo de terror apabullante que reconocemos cada vez que nos asomamos a él y que, a pesar de eso, sigue sorprendiendo como el primer día. Es lo que tienen los maestros del terror.
Shogakukan publicó originalmente la obra en 2010.
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