‘Isolada’, de Keiler Roberts

Editorial: Alpha Cómic.

Guión: Keiler Roberts.

Dibujo: Keyler Roberts.

Páginas: 128.

Precio: 16 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Junio 2020.

Madre, artista, escritora… y con trastorno bipolar. Esa es la rutina que nos cuenta Isolada, la de su creadora y a la vez protagonista, Keiler Roberts, que habla con sinceridad, sin tapujos y sin miedos, consciente de que lo que está haciendo es abrir la puerta al lector para que conozca su intimidad, la de su familia, la de su hija. Nadie mejor que ella para saber si eso le funciona como catarsis o incluso como terapia, pero a tenor de la gran cantidad de autores que optan por esa vía para aportar luz a una vida cotidiana que todavía puede ser asombrosa para muchos la respuesta a esa duda tendría que ser afirmativa. Eso hace de Isolada un cómic importante, de esos que podríamos llamar necesarios a un nivel social. Pero, claro, lo que importa no es solo que tenga una buena intención, sino también que destaque a nivel narrativo. Lo hace desde una perspectiva curiosa, encadenando escenas sin solución de continuidad, con el mismo caos que la bipolaridad aporta a una vida cualquiera, con la sensación de que salta un problema cuando aún no se ha resuelto el anterior, y mostrando sobre a un personaje bien moldeado (al lector le da igual si es por la vida o por la ficción) al que resulta más fácil acercarse de lo que sus intenciones asociales indican, sobre todo a través de su más que particular relación con su hija pequeña.

Hablábamos de caos, y lo hay en cierta medida. Lo que nos ofrece Isolada es una ventana abierta. No hay programación, podemos ver absolutamente de todo, un momento bueno y uno malo, uno personal y otro perfectamente público, una conversación y un pensamiento. Caos, sí, pero un caos destinado a que nos sintamos en la piel de nuestra protagonista. Roberts, como decíamos, no se guarda absolutamente nada, y el conocimiento que podemos tener sobre ella al finalizar la lectura de la novela gráfica es altísimo. Y es que si hay un adjetivo que podemos adjudicar al trabajo de Roberts es el de sincero. Eso le lleva incluso a establecer un cierto metalenguaje en las secuencias en las que habla de la conversión de su hija en un personaje del cómic, y resulta adorable la naturalidad que hay en esos diálogos, en los que la pequeña entiende sin problema el trabajo de su madre o su enfermedad. Son los momentos más humanos y los que dan todo el sentido a Isolada, dentro de ese maremágnum de emociones que componen el cómic. Porque se trata de eso. Todo es sencillo, claro y directo, sin filtros, aunque eso seguramente pueda ser más una sensación del lector que una realidad en la selección que pueda hacer la autora para componer su obra. Y resulta curioso que la mirada del voyeur que es el lector, limpia, por cierto, encaje tan bien con la oferta de la autora.

Como dibujante, Roberts apuesta por un trazo sencillísimo. Su cómic es más blanco que negro, su línea es muy fina, apenas esquemática, y sin embargo eso le sirve para que nos creamos a todos los personajes que vemos y para que sintamos sus emociones como parte indivisible de las escenas a las que estamos asistiendo como protagonistas. Da la sensación de que Isolada habría sido un cómic muy distinto en función del estilo de dibujo por el que se hubiera apostado, pero es una obra muy rica precisamente porque da la sensación de que podría haber resistido muchas propuestas visuales distintas. Esta es muy adecuada, porque apuesta por la normalidad y no por la rareza, porque busca elementos con los que nos podamos identificar, acercándonos a sus problemas en lugar de presentárnoslos como algo único y ajeno. Esa es la gran virtud del dibujo de Isolada, que pareciendo frío y casi aséptico en realidad es emocional y concreto. En realidad, como el tebeo en su totalidad, como su protagonista, como las historias que nos cuenta. A veces sorprende que una vida tan particular pueda encontrar elementos de encaje tan claros y bien estructurados con un lector que probablemente no haya vivido nada ni parecido a lo que se nos está contando. Ese es el gran mérito de Roberts en este trabajo, más absorbente de lo que podría parecer a simple vista.

Koyama Press publicó originalmente Sunburning en mayo de 2017. No tiene contenido extra.

En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.