CÓMIC PARA TODOS

‘Aprendiendo a caer’, de Mikael Ross

Editorial: Reservoir Books / Penguin.

Guion: Mikael Ross.

Dibujo: Mikael Ross.

Páginas: 128.

Precio: 23,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Febrero 2024.

Hay en Aprendiendo a caer muchas lecciones de vida, como procede en una historia que se centra en el salto a la madurez de un muchacho, pero hay que entenderlas desde un punto de vista muy concreto por las circunstancias de la obra. Mikael Ross la ambienta en un escenario real y singular, a la vez basada en vivencias reales de las personas que habitan este casi inverosímil refugio para personas con discapacidades de todo tipo y que han servido de base para crear personajes de ficción que suenan muy reales. Ese es el mayor valor de lo que Ross nos ofrece, que, sabiendo que es una historia que en buena medida surge de su imaginación, tiene a la vez un poso de verdad, de sinceridad y de humanidad que es bastante impagable. Es una de esas lecturas que, aun mostrando un entorno que seguramente no veremos en nuestra vida cotidiana, sirve para que entendamos la cercanía de todo lo que sucede a los protagonistas, en especial al principal, que es quien nos va conduciendo por peripecias dramáticas en ocasiones, divertidas casi siempre.  Aunque en el fondo no tenga nada que ver, no es difícil encontrar señales que se asemejan a la obra que dio a conocer a Ross, El joven Ludwig (aquí, su reseña), su inteligente acercamiento biográfico a la vida de Beethoven, que es lo que ha permitido que este trabajo anterior conozca una edición en español.

Es curioso lo fácil que hace Ross que sintamos empatía por el protagonista de Aprendiendo a caer, aun sabiendo desde el principio que hay muchos aspectos que pueden diferenciar su experiencia personal de la propia de cada lector. No es la empatía por la vía de los hechos la que busca el autor, sino por las emociones y los sentimientos. Y sí, hay una ingenuidad bastante notable, lógica viendo cómo es el personaje central, pero eso mismo es lo que da valor al viaje. No lo merma, no lo entorpece, lo enriquece en cambio y puede que incluso para nuestra sorpresa. Ross no busca condescendencia ni lástima, no necesita de una lágrima fácil para meternos en una historia que logra ser tierna por sí misma, desde los elementos más dramáticos, que se condensan al principio, hasta los más simpáticos, que son los que van dando forma a ese salto a la madurez que promete y ofrece con diligencia la historia. Sí, tiene sus particularidades, y es resultado de un proceso de investigación muy largo por parte de Ross, el necesario para establecer la imprescindible relación de confianza que necesita el relato a todos los niveles, también del lector con los personajes, pero parece complicado no moverse por estas páginas con una sonrisa en los labios y con una preocupación sincera por lo que vamos viendo.

El dibujo de Ross es igualmente inocente, pero no desde una perspectiva infantil. Su toque desdibujado, levemente caricaturesco, ayuda a que sintamos esa mencionada cercanía con los personajes. Y aunque la edad de los protagonistas pudiera invitar a ello, como indicábamos, no busca la amabilidad desde un dibujo que pueda resultar más amable o que traicione su propio estilo. Lo singular es que el efecto, sin ser el mismo, sí podemos decir que es análogo. Funciona, que es lo que se pretende, y consigue que veamos al muchacho protagonista con los ojos necesarios para que entendamos lo que le está sucediendo y su particular manera de ver la vida. Podemos imaginar esta historia contada de otras formas, seguramente podríamos esperarla en alguna de ellas, pero el resultado final es sobresaliente y se apoya con soltura en la sinceridad que caracteriza la obra. Aprendiendo a caer es justo eso, un viaje, un aprendizaje, en una edad muy importante y con unas características muy especiales. En la excusa está lo llamativo, pero en realidad lo que sucede en este libro es que se amolda con mucha facilidad a unos esquemas que conocemos muy bien, que no buscan una sorpresa en el lector y que también se amoldan a personajes como el que imagina Ross para que empaticemos con él y con su mundo.

Avant-Verlag publicó Der unfall en septiembre de 2018.

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Esta entrada fue publicada en 9 May, 2024 por en Mikael Ross, Reservoir Books y etiquetada con , .

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