CÓMIC PARA TODOS

‘Un puñado de historias de terror’, de Santipérez

Editorial: Diábolo.

Guion: Santipérez, Manuel Mota, Alex Ogalla.

Dibujo: Santipérez.

Páginas: 96.

Precio: 21,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2023.

Cada autor tiene un rincón, un género, un tipo de historia, algo en lo que se siente más cómodo que haciendo cualquier otra cosa. Si hablamos de Santipérez, eso es el cómic de terror. Pero el más revuelto y turbio. Hay pocos ilustradores que sepan conseguir una sensación de repulsa, de asco incluso, más brillante que la que tienen sus lápices. No es la única forma en la que sabe encontrar el horror, pero en esa brillan más que prácticamente nadie. No hay más que ver los relatos de Un puñado de historias de terror para darse cuenta, y mucho más cuando se trata de páginas en color y escritas por él mismo. Es como si en su cabeza no hubiera límites, y por eso tampoco los hay en sus lápices y en sus pinceles. Quien quiera terror en estado puro, tiene que entrar en este libro, esta antología de apenas cinco relatos, el último de ellos el más extenso, sabiendo que se va a adentrar en rincones muy oscuros, que va a conocer sensaciones muy desagradables, plasmadas además con un grafismo lleno de detalles, en imágenes que no dejan lugar a la duda. El de Santipérez es un terror puro y visual, realista hasta el punto de que a veces obliga incluso a desviar la mirada, pero sabiendo que vamos a volver a la página porque queremos más. Si un autor logra eso con esta clase de historias, está todo más que dicho.

Aunque el libro está dedicado a Santipérez, arranca con dos relatos que están escritos por otros autores, En el País de las Maravillas, de Manuel Mota, homenaje evidente a la obra de Lewis Carroll; y Leyes naturales, de Alex Ogalla. Estos dos, en blanco y negro, como el primero de los que se incluye con Santipérez ejerciendo de autor completo, Nieve negra. El libro se cierra con dos relatos más en color, quizá los que más claramente enseñen la esencia del terror del autor, Criatura y Mirtha Haley. Sí se puede apreciar alguna diferencia en los dos primeros y los tres últimos. No es que sean dos relatos contenidos, ni mucho menos, pero los dos primeros se asoman a terrenos menos agudos que los que escribe Santipérez. Como el orden en el que entramos en el libro es con los relatos de Mota y Ogalla, esa frase tiene que servir como advertencia, porque ninguno de esos dos cuentos es precisamente blando. Pero es que cuando Santipérez toma las riendas del guion también, algo hace clic y el mundo que vemos es aterradoramente absurdo, sobre todo en Mirtha Haley, donde hay momentos que rozan lo enfermizo y la sublimación más absoluta del terror que busca y consigue con brillantez su autor. Las antologías suelen ser irregulares, esta no se escapa a esa condición, pero es a la vez un repaso descomunal del imaginario de Santipérez.

Si lo pensamos, las historias de Santipérez juegan con el final sorprendente, pero sobre todo con un desarrollo que se asoma a escenarios atroces. Lo que fascina es que, como dibujante, los comprende todos, de cada uno de ellos saca todo el jugo que tienen que tener. Si tiene que mostrar a una criatura, va a ser repulsiva. Si tiene que mostrar violencia, va a ser de la que nos obliga a apartar la mirad. Si tiene que hacer que sintamos en nuestras carnes el horror que pasa por la cabeza de algunos protagonistas, va a generar una empatía descomunal. Y sí, puede que alcance un mayor nivel de éxito en color, precisamente por el enorme nivel de detalle que tiene su dibujo, pero sus páginas en blanco y negro son igualmente magníficas, como si Santipérez quisiera mostrarse como un artesano que, simplemente, está experimentando con herramientas visuales mediante las cuales conseguir lo que busca. ¿Y qué busca? Nuestro horror. Puede que el suyo propio también, porque todos los autores trabajan de alguna manera por satisfacerse a sí mismos, pero en este caso Santipérez lo que hace es retarnos: esto es lo que su mente en capaz de crear. ¿Somos nosotros capaces de asimilarlo? No es pequeño desafío, no, y uno se imagina que Un puñado de historias de terror tendría que ser más largo. O continuar en otro libro. Más horrores así, por favor.

El contenido extra es un portafolio de bocetos, estudios previos e ilustraciones de Santipérez.

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Esta entrada fue publicada en 25 enero, 2024 por en Álex Ogalla, Diábolo, Manuel Mota, Santipérez y etiquetada con , , , .

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