‘Bill y Bolita (1959-1963)’, de Jean Roba

Editorial: Dolmen.

Guion: Jean Roba.

Dibujo: Jean Roba.

Páginas: 264.

Precio: 34,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Junio 2021.

Buceando en la historia del cómic francobelga se pueden encontrar muchas series de enorme encanto, títulos que, de haber crecido en aquel entorno, sin duda habríamos leído en incontables ocasiones y hoy conoceríamos con la misma precisión con la que en algunas generaciones de lectores españoles saben de las creaciones de Pulgarcito (aquí, reseña de su primer número) o TBO, de personajes míticos como Mortadelo y Filemón o El Capitán Trueno (aquí, reseña de su primer volumen). Bill y Bolita puede enmarcarse en esa categoría sin ningún problema. La manera en la que Jean Roba consiguió hablar de la vida real con las aventuras de un muchacho y su cocker se convirtió en un espléndido análisis de cosas que cualquier niño podía conocer, y que encontraba su mejor baza en el inusitado protagonismo del perro. No es que fuera un hallazgo de Roba, el cómic tenía docenas de perros conocidos, algunos de los cuales incluso han jugado un papel fundamental en la historia del medio, pero la manera en la que es Bill quien nos guía por la realidad de la familia a la que pertenece tiene una frescura fenomenal y poco habitual. Es verdad que la serie se va transformando, y que es más atrevida, y con ello divertida, según van pasando las páginas, los meses y los números de Spirou, revista en la que se publicaba, pero sus rasgos esenciales se ven desde el principio.

Roba arranca la serie con pequeñas aventuras de cierta extensión, pero pronto descubre que el formato que mejor le sienta a Bill y Bolita es el sketch. Ahí es donde encuentra la mejor manera de que las historias, incluso las más rocambolescas, le sirvan para hablar del día a día más divertido. Primero utilizando solo a los dos protagonistas del título y al padre del niño, porque la madre se va incorporando después y casi siempre desde un papel algo más secundario, al principio dejando que sea Bolita el que lleva la voz cantante, y finalmente dando a Bill el papel que realmente distingue a la serie como algo distinto de lo que se estilaba entonces. Las dosis de comedia que tiene Bill y Bolita son tan interesantes que siguen funcionando después de tantas décadas, no olvidemos que los cómics que tenemos entre manos se publicaron a finales de los años 50 y comienzos de los 60 del pasado siglo, por lo que podemos decir sin miedo alguno que es uno de esos títulos que han sabido resistir el paso del tiempo gracias al talento de su autor y lo mucho que acertó a la hora de configurar a los personajes y pensar en todas esas situaciones que funcionan con leves dosis de exageración pero con un pie siempre dentro de vivencias que podrían entretener a cualquier niño, de cualquier edad y de cualquier época.

En el dibujo, Roba se muestra como un autor genial. Es divertido y simpático, entiende todo tipo de comedia con una facilidad que asusta, es capaz de expresar mil emociones distintas con los rostros de sus protagonistas y, sobre todo, da una importancia bestial a la humanidad de Bill, el perro, un animal del que nos lo creemos todo sin ningún problema. Bill y Bolita es una serie amable en su diseño, tiene que serlo para cumplir con la premisa infantil que tiene, pero que nadie piense que eso le resta algún mérito al trabajo del autor, porque sería un tremendo error. Y si lo decimos es porque pasa. No, ni la comedia ni el cómic para niños son géneros más fáciles que aquellos que apuestan por una historia más seria en su trazo y estilo. Roba lo demuestra en cada página, también en aquellas en las que rompe el punto de vista más teatral para dar un vigor nuevo a los gags, que hay bastantes a lo largo del libro a pesar de ser una obra nacida en los años 50. Bill y Bolita es una apuesta segura porque incluso habiendo pasado más de 60 años de su publicación original es un tebeo fresco y entretenido, en el que Roba fue experimentando hasta encontrar el punto en el que se desarrollaba de la manera más acertada y que merece una recuperación lujosa en una edición que no escatima material añadido a unas historias divertidísimas, ideales para los más pequeños.

El volumen incluye todas las historias de Boulle et Bill publicadas originalmente entre diciembre de 1959 y septiembre de 1963. El contenido extra lo forman una serie de artículos sobre la obra acompañados por abundantes fotografías e ilustraciones.

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