CÓMIC PARA TODOS

‘La verdadera historia de Futurópolis’, de Florence Cestac

Editorial: Dolmen.

Guion: Florence Cestac.

Dibujo: Florence Cestac.

Páginas: 104.

Precio: 18 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2021.

El cómic ha tomado tanta conciencia de su potencial en tan poco tiempo que ya se permite ser el lenguaje con el que cuente su propia historia. Tenemos muchos ejemplos, desde El invierno del dibujante (aquí, su reseña) a Hey, Kids! Comics! (aquí, su reseña), por citar dos obras de dos gigantes como Paco Roca y Howard Chaykin, pero pocos tendrán tanta gracia como La verdadera historia de Futurópolis que nos sirve Florence Cestac. Ella es, precisamente, una de las protagonistas de la historia y nuestra narradora de esta epopeya, porque no se puede calificar de otra manera, en la que un grupo de muchachos se lanzan a comprar una librería de cómics y acaban construyendo su propia editorial. Son algo más de veinte años de vida de un sello de gran reputación, pero que Cestac cuenta desde las tripas. Al decir La verdadera historia, casi parece decirnos que esta en la intrahistoria, la historia que nadie ha querido contar. Y detalles hay en esa línea para nos sintamos como si estuviéramos escuchando los cotilleos, aquello que una empresa de cualquier mercado no querría que se supiera, más por divertido en este caso que por escandaloso. Y es que La verdadera historia de Futurópolis no deja de ser una comedia en ningún momento, una realista, cotidiana, en la que es fácil entrar e identificarse, y que encierra un enorme amor por el cómic como medio.

Cestac nos guía de manera cronológica por la aventura de Futurópolis sin ataduras de ningún tipo. Si siente que hay episodios que tiene que contar de una manera más extensa o personajes que debe mostrar con más detalle que otros, lo hace. No busca un equilibrio, no es de base un ejercicio documental… aunque curiosamente tenga mucho de ello y uno salga de la lectura sabiendo mucho más de lo que incluso cabía imaginar sobre los entresijos de una editorial de cómic como esta. Y no solo eso, es también un retrato temporal maravilloso. Empezamos en los años 70, cuando todavía se podía encontrar un halo de romanticismo en el cómic y en el coleccionismo, antes de que Internet ampliara de una manera universal los medios del sector y cuando entrar en una librería y oler el papel añejo era uno de esos placeres que ahora parecen perdidos. Cestac cuenta tantas anécdotas en tan poco espacio que quizá el paso del tiempo es el único pero que se le pueda poner, porque por momentos no da la sensación de que hayamos pasado por veinte años de vida editorial. Pero quitando eso, la lectura de La verdadera historia de Futurópolis es una auténtica gozada y, por qué no decirlo, la mejor manera para que la BD cuenta su propia existencia, a nivel narrativo pero también y sobre todo a nivel visual.

Cierto que Cestac parte de un continuismo bastante obvio a su propio estilo, y no hay más que ver para ello la recopilación final de las portadas de sus obras publicadas en Futurópolis, pero esa forma de dibujar se antoja muy adecuada para este libro en concreto, que al final es de lo que se trata. Con sutiles diferencias, sus personajes son reconocibles, y el hecho de colocar a la mascota de la editorial como maestro de ceremonias no hace sino acrecentar el placer que supone pasar por estas páginas. La sencillez de su estilo caricaturesco da un tono desenfadado a la historia, pero sin comerse esa necesidad de realidad que tiene la obra. No lo olvidemos, estamos contando algo real y Cestac logra que bajo esa coraza de humor ligero que tiene su dibujo nos sintamos partícipes de esta aventura. Y que eso sea posible con este tono ligero, con páginas que no bajan de las siete viñetas tiene su mérito. La verdadera historia de Futurópolis merece un hueco en la estantería, quizá separando los ensayos que hablen de la historia del cómic y las comedias que se adentran en el medio sin complejo alguno porque tiene el espíritu de ambas. Puede que no sea la obra definitiva de nada, más que de la propia Futurópolis, pero seguro que a muchas editoriales, presentes y pasadas, se les cae la baba pensando en que este es el cómic con el que habrían querido contar sus historias.

Dargaud publicó originalmente La véritable histoire de Futuropolis en agosto de 2007. El único contenido extra es una introducción de Jean-Luc Cochet.

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Esta entrada fue publicada en 27 agosto, 2021 por en Dargaud, Dolmen, Florence Cestac y etiquetada con , .

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