CÓMIC PARA TODOS

‘Americania. Historias de la frontera’, de Sergio Toppi

Editorial: Ponent Mon / Catarata.

Guion: Sergio Toppi.

Dibujo: Sergio Toppi.

Páginas: 208.

Precio: 30 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2020.

Llama poderosamente la atención el influjo que la cultura norteamericana más clásica tiene sobre la BD francobelga. Han sido incontables los autores que han destinado su tiempo a explorar esa mitología, dando lugar a auténticos mitos como Blueberry (aquí, reseña de su primer libro). En Americania. Historias de la frontera, el objetivo parece distinto. No estamos hablando de western puro, pero sí de historias que tienen lugar en rincones fronterizos de América del Norte. Son, de alguna manera, restos de la época gloriosa de las aventuras del Oeste. No hay en las narraciones de Sergio Toppi grandes hazañas o gloria personal. Al contrario, esta antología sirve para redescubrir lo bien que se asomaba a los rincones más oscuros del alma humana. Sin asomarse directamente a villanos, sí vemos en sus páginas a ladrones, timadores, indios derrotados y vencidos a la cultura del hombre blanco, e incluso nos asomamos en las historias más tardías de este libro a la América sureña, la del blues, la que linda con las prácticas del vudú. Sirven estos relatos para mostrarnos a un Toppi pletórico, brillante, para poner el broche de oro a las cuatro décadas de trayectoria profesional que vamos picoteando a lo largo de este libro, uno que tiene una clara línea temática que seguir pero que también actúa como catálogo de habilidades de un autor excepcional.

Decíamos que Toppi no escoge demasiados personajes amables para dar vida a sus relatos, y suele partir de circunstancias poco favorecedoras para sus protagonistas. El amor a la vida pone a un hombre en confrontación directa con la naturaleza, con un lobo que le sigue para acabar con su vida en su travesía sin agua y comida, Mientras vivas habla de perversión de la cultura india a través de las armas de fuego, Una sola vez en la vida arranca con un condenado a muerte que nos explica cómo ha llegado hasta allí, El reposo del almirante narra cómo un joven pretende robar a un anciano que no es lo que parece. Son solo ejemplos de hasta dónde nos quiere llevar Toppi por ese lado en los once relatos que componen este libro. Pero hay otro Toppi en esta selección, y es el que gusta de explorar elementos fantásticos, mágicos y mitológicos. Eso queda muy claro en el relato que cierra el volumen, El heredero, que se asoma al vudú sin miedo, desde la perspectiva más siniestra que el autor es capaz de mostrar, pero también en otros relatos anteriores, donde maneja con mucho acierto la cultura indígena y sus creencias místicas, sobre todo en Little Big Horn 1875. La selección es muy amplia y variada, a pesar de tener ese enganche temático común, que hace que nos sintamos dentro de un rincón muy concreto de la mente de Toppi.

Uno que, además, refleja con maestría con sus lápices. Detallista hasta el extremo, realista de una manera viva, en constante evolución, con un dominio del blanco y negro extraordinario, con un profundo amor por los escenarios americanos en los que coloca a sus personajes y dando una vida asombrosa a todos ellos, independientemente del lado de la moral y la ética en el que se sitúen. Impresiona también, aunque los utilice poco, la manera en la que representa a animales salvajes, porque expone su naturaleza de una manera clara. Sus composiciones de página siempre son imaginativas cuando lo necesita, como en Naugatuck 1757 o Llitle Big Horn 1875, pero también clásica, rota solamente por esos personajes que se salen de sus viñetas. La apuesta de Toppi no es por el héroe clásico, no es por el arquetipo de algo que enganche desde el primer vistazo por su belleza o su carácter heroico, y se nota. Su galería de personajes es singular, diferente, y habla de él como autor de una manera muy clara. Las suyas son historias de perdedores, de gentes marginales, de aprendices de algo, de personas malditas por el destino. Y eso mismo cobra una importancia tremenda en los relatos de Americania, con la misma intensidad que esos mismos escenarios fronterizos que dan sentido a su recopilación en un libro fascinante.

El volumen incluye historias publicadas entre 1976 y 2007. El único contenido extra es una introducción de José E. Martínez.

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Esta entrada fue publicada en 12 febrero, 2021 por en Catarata, Ponent Mon, Sergio Toppi y etiquetada con , , .

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