CÓMIC PARA TODOS

‘Veneno’ (integral), de Daniel Way

image_galleryEditorial: Panini.

Guión: Daniel Way.

Dibujo: Francisco Herrera, Paco Medina, Sean Galloway y Skottie Young.

Páginas: 424.

Precio: 19,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Febrero 2015.

No debe de haber muchos personajes en el universo Marvel que hayan experimentado cambios tan radicales como Veneno. De villano a antihéroe, pasando por criatura, en escenarios claramente identificables con Spiderman a otros entornos de ciencia ficción. Veneno, la serie de la primera mitad de la década pasada que apenas llegó al año y medio de vida, arranca, de hecho, con otro enfoque más que novedoso, el del terror. Veneno es, en ese sentido, como La cosa de John Carpenter, el escenario se acerca mucho al de esa película, aunque ya con una firme idea de acercar la historia a la ciencia ficción y con la presencia de personajes identificables (el mismo Spiderman, Lobezno y los 4 Fantásticos) para que la historia no se sienta ajena al mundo en el que nació este simbionte alienígena. Daniel Way busca así un punto de vista diferente y original que tiene sus mayores hallazgos en la primera mitad del libro integral que recoge la serie completa. Después sufre algo más por lo enrevesado de la trama y por llegar a territorios más cómodos, sobre todo por la ineludible aparición del Trepamuros, pero mantiene siempre un buen nivel de entretenimiento, potenciado además por la original propuesta gráfica, alejada de los cánones más asimilados de su época, en manos de Francisco Herrera, Paco Medina y un entonces más desconocido Skottie Young.

Veneno siempre tuvo un notable componente de terror desde que Todd McFarlane le dio ese aspecto de un siniestro, corpulento y amenazador Spiderman de color negro, pero nunca se había visto como en la descripción de Way. Por ese motivo arranca tan bien la serie, de una forma tan original que a Veneno no llegar a vérsele hasta el final del segundo número. Ya sabe que uno de las máximas del terror audiovisual es que mejor cuanto menos se vea al monstruo, y Way lo cumple a rajatabla. Cuando muestra a la criatura es para que su presencia sea siempre amenazadora pero no pierde un toque humorístico que siempre le ha sido muy propio a Marvel. El posterior salto del terror a la ciencia ficción no es una sorpresa, porque en realidad se nota que forma parte del plan de Way desde el principio, con la inclusión de misteriosos personajes que van adquiriendo explicaciones y razones según transcurren las páginas. De esta manera, Way consigue dar un cierre satisfactorio a todo lo que plantea con los evidentes e intencionados cabos sueltos que le son tan propios tanto al género de terror como al de los superhéroes, que es en realidad donde llega a su fin esta serie. Quizá sean muchos géneros a abarcar en tan poco tiempo, pero el marco siempre se puede disfrutar. Eso sí afecta algo a los personajes secundarios, incluyendo tanto a los nuevos como a los más conocidos de Marvel, que sufren algo más en sus descripciones.

Veneno es lo importante, esté o no presente en la viñeta. Da la impresión de que eso es una norma que también se aplican los ilustradores, y que el diseño de todo lo demás se adapta al aspecto que ha de tener el protagonista de la serie. Por eso encaja tan bien Veneno en la línea Tsunami de la que forma parte y por eso el trabajo de todos los ilustradores, bastante continuistas dentro de su diversidad, es tan interesante. Arranca Francisco Herrera en los primeros cinco números con un estilo muy extremo incluso en los personajes humanos, y es su trazo el que impone el estilo de la serie. Para bien, por su puesto. Los cinco siguientes son de un Paco Medina que pone algo más los pies en la tierra con su trazo, pero que a cambio en cuenta las escenas de acción más desenfrenadas y alocadas del volumen, las que tienen a Lobezno como coprotagonista (y ojo a la fusión del alinenígena con el mutante, espléndida ilustración). Herrera recupera los lápices en los tres números siguientes con maneras idénticas a las de los primeros números, aunque ligeramente más sorprendentes por el cambio que supone su estilo para personajes como los 4 Fantásticos. Y finaliza el libro Skottie Young, antes de la popularidad que ha logrado con su caricaturesco dibujo en serie como Mapache Cohete (aquí, su primer número), lo que no deja de añadir un toque de interés a esta exótica rareza. Un poco de más a menos, pero siempre entretenida.

El volumen contiene los números 1 a 18 de Venom, publicados originalmente por Marvel entre junio de 2003 y noviembre de 2004. El contenido extra lo forman una introducción de Bruno Orive y las portadas originales de Sam Kieth, Paco Medina, Mike Deodato Jr., Clayton Crain y Skottie Young.

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