‘Aslak 1. El ojo del mundo’, de Hub, Fred Weytens y Emmanuel Michalak

Editorial: Yermo.

Guión: Hub y Fred Weytens.

Dibujo: Emmanuel Michalak.

Páginas: 104.

Precio: 25 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Marzo 2015.

La fascinación que producen los vikingos hace que este pueblo regrese una y otra vez al centro de la ficción popular en las más variadas formas. Aslak es uno de los títulos que se acerca hasta ellos, pero El ojo del mundo, el primer volumen de la serie que reúne sus dos primeros álbumes, promete ya desde el principio una vuelta de tuerca que, para qué negarlo, se agradece mucho por la frescura que aporta. Hay en sus páginas barcos vikingos, guerreros vikingos y mitología vikinga, pero el punto de partida de la historia son precisamente las historias, las que le cuenta un aedo de un pequeño poblado al jefe local hasta que este se harta, decide prescindir de él a la manera más vikinga que se pueda imaginar y encarga a sus hijos un reto: tendrán que volver a la aldea con nuevas historias o harán frente a su ira. Así arranca un relato a medio camino entre el humor, el drama familiar y la aventura más desenfadada que escriben Hub y Fred Weytens y a la que Emmanuel Michakal pone los diseños y las ilustraciones, como ya hizo con el primero de ellos en Okko. Y el resultado es, efectivamente, fresco y divertido, interesante a la hora de plantear los caminos por los que va a seguir la serie y cargado de imaginación a la hora de plantear los peligros y los destinos de los protagonistas, los hermanos que buscan esas historias y la tripulación del barco que da nombre a la serie.

Lo más curioso de Aslak es que, debajo de ese envoltorio de comedia que tienen sus diálogos, sus personajes y sobre todo el dibujo de Michalak, se esconde una historia más bien grave. Hub y Weytens consiguen mantener un difícil equilibrio es el que es tan fácil ver a uno de los dos hermanos intenta matar al otro para salvar su propia vida como a personajes y situaciones abiertamente cómicos, e incluso escenas de una épica espectacularidad que para sí querrían obras mucho más serias desde su planteamiento inicial. Dentro de esa misma mezcla, es muy interesante ver los flashbacks que los autores introducen en el segundo álbum, El mástil del centro, que enriquecen el universo, añaden un misterio simpático a algunos de los personajes y deja todo abierto para que la historia desemboque en el tercer álbum. Dicho de otro modo, Hub y Weytens convencen y dejan al lector con ganas de más, de saber cómo va a seguir la odisea del Aslak, un barco con una bella e intrépida capitana, y qué va a ocurrir con la disputa de Skeggy y Sligans. Hay algún que otro personaje del que Hub y Weytens todavía no han sacado todo el partido posible, como el hermano menor, Knut, pero el conjunto es más que apreciable.

Como buena historia de vikingos que es, Aslak entra fundamentalmente por los ojos. Si el guión de Hub y Weytens es una mezcla de tonalidades bastante compleja y equilibrada, el dibujo de Michalak logra un acierto incluso superior en ese terreno. En línea con el tebeo europeo de entretenimiento y comedia más clásico, y es imposible no pensar en algunos momentos en Astérix, el ilustrador diseña a los personajes con un carisma juguetón y caricaturesco. Y eso no resta impacto en absoluto a las escenas más adultas y violentas que tiene el volumen, crueles incluso (como el arranque del segundo álbum), que son unas cuantas. Al fin y al cabo, lo que narra Aslak es un viaje lleno de peligros, y si esos peligros no fueran reales el impacto de la serie no sería el mismo. Su fantasía no es amable, sino más bien oscura, y eso también lo dibuja Michalak francamente bien, apostando por unas viñetas no demasiado grandes (como es tradición en el cómic europeo) y aún así llenas de detalle. Aslak. El ojo del mundo es una aventura trepidante, de ritmo muy intenso, que casi no deja tiempo para respirar y que funciona igual de bien en su lado cómico y en su vertiente de fantasía heroica. Su límite está, por el momento, en su asumido carácter de entretenimiento, pero en cualquier caso es resultado es notable.

El volumen incluye los dos primeros álbumes de Aslak, L’oeil du monde y Le Mât du milieu, publicados originalmente por Delcourt en marzo de 2011 y enero de 2013. El único contenido extra son las portadas originales de Emmanuel Michalak.