Guión: Joshua Williamson.
Dibujo: Fernando Dagnino, Víctor Ibáñez, Pere Pérez y Roger Robinson.
Páginas: 112.
Precio: 11,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Mayo 2014.
El superhéroe nació cuando el mundo se asomaba a la Segunda Guerra Mundial y quizá por esa coincidencia histórica son dos conceptos llamados a entenderse con mucha frecuencia. Capitán Midnight es un ejemplo perfecto. Dado que no es una figura tremendamente popular, lo que sorprenderá a mucha gente es que el personaje nació en 1938 en un serial radiofónico, dio el salto a la pantalla con sendos seriales en 1942 y 1954 y no se asomaba al mundo del cómic desde los años 60. Así que a Joshua Williamson se le puede reconocer el inmenso acierto con el que recupera una figura cargada de nostalgia pero no su autoría, y a Fernando Dagnino, dibujante principal de la serie en este arranque, hay que agradecerle el toque con el que moderniza la franquicia para que esa nostalgia, decisiva casi siempre en el revival de cualquier personaje, no sea ni mucho menos lo único que ofrece este relato de aventuras. Como arranque, incluso a pesar de los tópicos que indudablemente maneja y que recuerdan a otros personajes (el Capitán América sería el más notable referente, por aquello de tener a un combatiente de la Segunda Guerra Mundial fuera de su tiempo), es modélico y el entretenimiento está asegurado.
Hay que reconocer que Williamson sabe aprovechar muy bien los lugares comunes. El Triángulo de las Bermudas como centro de una reaparición de un personaje desaparecido años atrás, nazis ocultos en nuestros días en las esferas de poder como enemigos, la nieta de la mujer a la que amaba el héroe en su época como coprotagonista de sus aventuras contemporáneas… No hay mucho que suene a nuevo y sin embargo la narración tiene un ritmo muy marcado y los personajes están muy bien descritos. No hay lugar para el aburrimiento en esta primera aventura del personaje que se recrea, con los convenientes flashbacks para que todo esté en situación. El homenaje al serial de la época en la que nació en evidente, incluyendo el final abierto que permitirá continuar sus aventuras, pero el mérito está en que nada parezca antiguo. De hecho, quizá eso sea también lo más flojo de la propuesta de Williamson, que en realidad nunca hace que el Capitán Midnight esté realmente fuera de su elemento. Es verdad que es un personaje brillante y centrado en su misión, pero se echa en falta algo más que los guiños emocionales que protagoniza para demostrar que, efectiamente, ha perdido la vida que conocía en los años 40 del pasado siglo.
Aunque la primera toma de contacto con el personaje es con las páginas que dibujan primero Víctor Ibáñez y después Pere Pérez y Roger Robinson, que se ocupan de las historias que aparecen antes del lanzamiento de la serie, el ilustrador principal de Capitán Midnight es Fernando Dagnino, que encuentra el tono adecuado para el personaje con una mezcla entre lo antigugo y lo moderno. No busca perspectivas forzadas o exageradas que hagan pensar en un tebeo excesivamente actual pero tampoco sucumbe a la mencionada nostalgia, haciendo que el Capitán Midnight sea un personaje dinámico y atractivo. La acción la resuelve francamente bien y es digno de mención la atención que presta a los rostros de los personajes (puede que un poco más llamativos en el caso de los femeninos), porque es ahí donde la historia cobra la verosimilitud que necesita. Capitán Midnight arranca así como una serie que trasciende el homenaje, que ofrece un buen rato anclado en una etapa histórica que el cómic está sabiendo reflejar con mucho acierto, con revivals muy dignos y entretenidos de personajes de los seriales y del pulp, y que tiene una frescura envidiable.
El volumen incluye los números 0 a 3 de Captain Midnight y material del Free Comic Book Day 2013 publicados originalmente por Dark Horse entre junio y septiembre de 2013. El único contenido extra que tiene el libro son las cubiertas originales, obras de Raymond Swanland la del número 0 y Felipe Massafera las tres restantes.