CÓMIC PARA TODOS

‘El velo’, de El Torres y Gabriel Hernández

77172_10200757961622565_979647655_nEditorial: Dibbuks.

Guión: El Torres.

Dibujo: Gabriel Hernández.

Páginas: 104.

Precio: 16 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2010.

Una magnífica historia de terror psicológico. Eso es lo que proponen en El velo el guionista El Torres y el dibujante Gabriel Hernández utilizando a una mujer como protagonista y mezclando elemento sobrenaturales con su regreso a casa, a un pequeño pueblo norteamericano. Ella es una detective privado que tiene la capacidad de ver a los muertos, ver más allá del velo que separa nuestra realidad de su mundo. Chris Luna conversa con los fantasmas, les escucha y pone a su servicio sus dotes como investigadora para solucionar los casos que desembocaron en su muerte. Pero como apenas tiene dinero con qué vivir en Nueva York, precisamente porque emplea su tiempo escuchando a esas peculiares víctimas, se verá obligada a regresar a Crooksville, en Maine, para vender una casa familiar y ganar algunos dolares que le permitan seguir adelante. Allí, en cambio, se enfrentará a su pasado y a sus miedos, mientras el lector afronta una experiencia terrorífica, gracias a las recovecos sobrecogedores del guión de Torres y el deslumbrante arte de Hernández, que consiguen un relato complejo, que fusiona a la perfección las cuestiones más intimistas con grandes elementos de terror.

La base de la historia es la coexistencia entre dos mundos separados por un velo que sólo unos pocos ven. Con esa premisa, hay una referencia cinematográfica muy clara: El sexto sentido, de M. Night Shymalan. Los autores lo saben y, sabiendo marcar la necesaria distancia, dejan caer alguna alusión a este filme en el guión, asumiendo su legado pero reivindicando su mérito como historia original e independiente. Y es que al mismo tiempo que respetan la mencionada película marcan distancias con respecto a sus elementos en casi todos los demás campos. La atmósfera y el tipo de terror que al que apela sí tienen claras coincidencias, pero nada tiene que ver el aspecto, el escenario, los protagonistas, el tono y la luz de la película con la del cómic. Que el papel principal sea para una mujer también ayuda. Y no es una mujer que se venda al público con el atractivo físico, como muchas de las que inundan la gran mayoría de los cómics, y como el propio El Torres experimentó en el divertimento que supuso Nancy in Hell. Otro punto más a favor de El Torres y Hernández, que construyen un personaje fascinante. Es una mujer atormentada, que es también una arquetípica detective de género negro. Los cartuchos de narración, que El Torres hace desaparecer con habilidad en el impactante epílogo de la historia, evocan esa sensación noir.

El terror que genera el cómic es genuino, de principio a fin. Eso se debe tanto al hábil y truculento guión de Torres como al inquietante dibujo de Hernández. El velo es una combinación casi perfecta entre palabras e imágenes. Que la obra se sitúe en un pequeño pueblo del estado norteamericano de Maine acrecienta el miedo que inspira el relato, es un escenario sensacional y una elección perfecta para actuar como marco de la historia. Hernández capta perfectamente los matices que permiten diferenciar no sólo los escenarios sino también los estados de ánimo que va marcando el guión.  La ciudad en que arranca la narración tiene uno tono ocre que sólo se rompe con el rojo intenso de la sangre, unos colores de la paleta que inundan las posteriores visiones de Chris. Apostando por la familiaridad, la luz se cuela en las primeras escenas en Maine y, sobre todo, con la aparición de Vicky, la antigua amiga pelirroja con la que se reencuentra en la tienda del pueblo. El dibujo de Hernández, una mezcla de tinta y acuarela, es la perfecta extensión de los monstruos y errores que imagina El Torres. Impresionan sus distorsiones y sus criaturas, pero sobre todo el aspecto general que da al cómic. Si hay que quedarse con un momento del trabajo de ilustración, ese tiene que ser cuando por fin se rasga el velo en el tercero de los cuatro episodios que conforman la historia. Decir que es sobrecogedor e imaginativo es quedarse corto.

Aunque cada vez es más frecuente, no es sencillo que creadores españoles se abran camino en la industria del cómic norteamericano. Si consiguen publicar allí su obra antes que en España, como sucedió en este caso, quiere decir que han conseguido una obra más que interesante. Pero que logren una reseña y además positiva en The New Yorker, un medio que apenas se ocupa de las novelas gráficas, implica que su cómic está a gran altura. El velo consiguió todos estos logros gracias al enorme talento que despliegan sus autores en una historia sobrecogedora a muchos niveles. Como se ha dicho antes, este título se publicó antes en Estados Unidos que en España. De la mano de IDW Publishing, los cuatro números de la miniserie llegaron al mercado entre agosto y septiembre de 2009, convirtiéndose en uno de los títulos revelación de aquel año y dando un enorme prestigio a sus autores. Para completar la maravillosa experiencia de leer El velo, cada número americano contenía una portada dibujada por Ashley Wood, un artista australiano que ha estado nominado a los premios Eisner americanos y a los Eagle británicos. Todas las portadas están como contenido extra en el volumen editado en España por Dibbuks.

Un comentario el “‘El velo’, de El Torres y Gabriel Hernández

  1. Pingback: Guía de lectura de ELHDLT: Recomendaciones Fin de Año 2016 - Es la hora de las tortas!!!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Información

Esta entrada fue publicada el 17 septiembre, 2013 por en Cómic, Dibbuks, El Torres, Gabriel Hernández, IDW.

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Únete a otros 407 suscriptores

Archivos

Categorías