Título original: Où est Anne Frank.
Director: Ari Folman.
Guion: Ari Folman.
Reparto: Emily Carey, Ruby Stokes, Sebastian Croft, Ralph Prosser, Michael Maloney, Samantha Spiro, Skye Bennett, Tracy-Ann Oberman, Stuart Miligan, Andrew Woodall, Naomi Mourton, Ari Folman, Nell Barlow, Maya Myers.
Música: Karen O, Ben Goldwasser.
Distribuidora: Vértigo.
Duración: 99 minutos.
Estreno: 10 de octubre de 2021 (Francia) / 29 de abril de 2022 (España).
Casi todas las virtudes que tiene Dónde está Anne Frank, el cómic escrito por Ari Folman y dibujado por Lena Guberman (aquí, su reseña), están presentes en la película dirigida por el propio Folman y que se lanzó de manera complementaria y simultánea. Y viceversa, claro, porque uno bebe del otro de una manera bastante evidente. El poder del cine, o al menos su carácter mayoritario, hace que nos fijemos más en la película, eso es algo inevitable, pero hacerlo es también una espléndida oportunidad para recordar que hay un cómic con la misma historia, el mismo estilo y un aprovechamiento distinto de sus elementos por el lenguaje que propone. Lo que el filme aporta, eso sí, es un movimiento muy elegante en determinadas secuencias que sirve para que podamos centrarnos en la idea central de la película, que no deja de ser una denuncia sobre la hipocresía en la que vive nuestra sociedad poniendo el foco en la reverenciada figura de Anna Frank y en el olvido de facto de muchos de los ideales que representa, personificados en los refugiados de nuestros tiempos. El mensaje, tremendamente potente, apuntala la valentía que lógicamente se demuestra tratando de expandir una obra de la trascendencia de El diario de Anna Frank mediante la historia de la amiga imaginaria de la que habla en el libro.
Tiene mérito que la narración se mueva a medio camino entre el conocimiento más íntimo de Anna Frank y su más absoluto desconocimiento. Ese es el juego que plantea la película, y cuanto más se adentra en él más consigue que su mensaje cale. Se trata de llegar al espíritu de un icono nacido ya hace algunas décadas, pero desde una perspectiva contemporánea, y eso es algo bien llevado, aunque quizá no tan eficaz en determinados momentos del filme. Es, por decirlo de alguna manera, un complemento ideal, por muy ingenuo que pueda parecer, a la obra de la que se desgaja y que algunos puedan entender como parte de un pasado olvidado o superado. Las conexiones que Dónde está Anne Frank establece en ese sentido hacen que su fondo nunca se pueda dar por enterrado y asienta el mensaje, su vigencia y su importancia en una sociedad, la nuestra, que tiene a olvidar con demasiada facilidad lo que ha sucedido nace no tanto tiempo y no tan lejos, como rezaba el eslogan de la formidable exposición sobre Auschwitz que se ha podido ver en numerosos países, incluido España. Es verdad que esa búsqueda de identidad que hay en la película no solo se refiere a Anna Frank, sino también a su amiga, y quizá ahí es cuando la historia, siendo eficaz, se diluye un poco más de lo que necesita su poderosa intención.
La animación, en todo caso, compensa cualquier duda que pueda abrirse en la historia y da un nivel bastante atractivo a la película, porque es, lo decíamos, bastante elegante. Lo es ya desde la mesa de diseño, haciendo que Anna Frank sea un personaje conocido incluso sin haber visto de ella más que la fotografía más difundida de la pequeña. Y lo es, sobre todo, cuando tiene que jugar con la presencia no vista o la incorporeidad de quien es realmente la protagonista de este viaje, guía espiritual de lo que representa Anna Frank. El 3D tiene efectos positivos en la historia y da a la película una factura que es bastante más irreprochable que la misma historia, que no siempre consigue transmitir su mensaje con tanta eficacia. Ese es, quizá, el problema que tiene el filme, que acepta su parte audiovisual como un parapeto, formidable y muy profesional, pero un parapeto al fin y al cabo detrás del que esconderse de los problemas que pueda tener en su cohesión el relato definitivo. Dónde está Anne Frank es una película atractiva y entretenida, como lo era su adaptación al cómic, y una historia emotiva, aunque al mismo tiempo es bastante inevitable pensar que le falta un punto para llegar tan lejos como le hubiera gustado con la ambición que tiene de base, que es bastante aunque solo sea por el referente escogido.
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