Título original: Seinto Seiya: Naitsu obu za Zodiakku.
Director: Yoshiharu Ashino.
Reparto: Masakazu Morita, Fumiko Orikasa, Hiroaki Miura, Takahiro Sakurai, Satoma Sato, Katsuyuki Konishi, Aya Hisakawa, Hideo Ishikawa, kohei Fukuhara, Takeshi Kusao, Masaya Onosaka, Hisatum Oda, Fumiko Inoue, Yuka Komatsu, Hisao Wgawa.
Música: Yoshihiro Ike.
Plataforma: Netflix.
Episodios: 12.
Duración: 23 minutos cada episodio.
Estreno: 19 de julio de 2019 – 23 de enero de 2020 (Estados Unidos / España).
Corren tiempos extraños para las franquicias, porque un aficionado ya no sabe si alegrarse cuando se anuncia un nuevo producto relacionado con aquello que tanto le ha gustado siempre o si, por el contrario, debe dejarse llevar por la preocupación. Casi siempre se acaba en un punto medio, pero vivimos en la era de las redes sociales, en la que hay que volcar fervor y odio casi con la misma intensidad, y eso no se da… aunque sea lo que realmente merecen muchos productos. Viene todo esto porque Los Caballeros del Zodiaco. Saint Seiya, la versión de Netflix, es un intento obvio de llevar más o menos la misma historia de siempre a un público nuevo. Y cuando decimos nuevo es nuevo, porque estos Caballeros distan mucho de ser los que podría esperar un viejo aficionado del manga y, sobre todo, de la todavía más popular serie anime de los años 90, aunque en esencia sea la misma historia y hasta se repitan mecanismos narrativos. En muy poco espacio, dos temporadas de seis episodios cada una, estamos ya a las puertas de lo más llamativo de la serie, el cruento combate con los Caballeros de oro con la vida de Atenea en juego. De eso apenas hemos visto nada, centrados en el combate entre los Caballeros de bronce por la armadura de Sagitario, el encuentro de los cuatro Caballeros protectores de Atenea y la aparición de los Caballeros de Plata.
¿Cuál es el problema de Los Caballeros del Zodiaco? Hay varios, pero el fundamental está en el ritmo. Puede que tanto el manga como el anime original condicionen lo suyo en este punto, pero lo cierto es que siempre parece en esta nueva versión animada que falte información. Los personajes funcionan más bien porque ya les conocemos que por lo que realmente vemos de ellos en la serie. La trama de Fénix, por ejemplo, se antoja tan desdibujada como la seguramente innecesaria conversión en una mujer de Shun, algo que además rompe algunas de las subtramas de la franquicia y que tampoco parece imprescindible para nada. Y el hecho de actualizar el lenguaje con algunos tacos, manteniendo al mismo tiempo el tono de opereta y diálogos deliciosamente forzados se antoja como algo difícil de encajar. Si la serie está realmente pensada para nuevos públicos, no se entiende demasiado bien el deseo de calco que parece hacer en algunos momentos en correspondencia con estos cambios, livianos a priori pero que tienen su importancia en una serie de tan corta extensión, en la que los combates, abundantes como es lógico, dejan menos espacio para el desarrollo de los personajes, que en su mayoría reciben ese tratamiento en unos flashbacks, para todos menos para Seiya, a quien seguimos desde el principio.
Los combates evidencian que algo no termina de funcionar en la serie en su animación. Es un estilo con el que ya se ha tratado de occidentalizar otros anime, pero que resulta bastante artificial. Además, se repite la vieja táctica nipona de repetir una y otra vez los golpes más emblemáticos, algo que tampoco parece necesario hacer en una serie actual y que remite a una narrativa de otros tiempos. Incluso el estilo de combate resulta extraño, con una mezcla de los golpes emblemáticos que todos conocemos, una suerte de proyectiles mágicos que acaban siendo repetitivos y golpes convencionales. Con este tipo de animación, lo que mejor luce son las armaduras de oro, y de esas, como hemos dicho, todavía no hemos visto más que una pequeña parte. La historia, en todo caso, va cogiendo fuerza con el paso de los episodios y lo que al principio parece algo más duro de seguir, tanto para juegos espectadores como para los aficionados de siempre, poco a poco va mejorando. Podemos plantearnos si lo hace en la medida suficiente, porque al final es inevitable pensar que esta versión está siempre por debajo de las precedentes, pero al final la nostalgia puede bastante y empuja a seguir viendo la historia, por mucho que no entendamos por qué se suaviza la violencia de los combates o algunos otros detalles.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.