‘Tinieblas’, de Christophe Bec e Iko

Editorial: Yermo.

Guion: Christophe Bec.

Dibujo: Iko.

Páginas: 252.

Precio: 45 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2022.

La fantasía se presta mucho a lo que nos ofrece Tinieblas, un macroespectáculo dinámico y de un entretenimiento superlativo, que apuesta por la épica, por los grandes escenarios, por un diseño exagerado y recargado, por todo lo que configura la base del género sin preocuparse de los límites que se están rompiendo o la diferencia real que se marca con otras historias. Christophe Bec es un escritor muy hábil, que domina lo comercial, aquella que sabe que va a gustar a un público más o menos mayoritario, y no se anda por las ramas. Jamás venderá un tebeo suyo por lo que no es, aunque ni mucho menos quiere decir que por ello sea peor escritor. No lo es, al contrario. Hay que dominar mucho y muy bien la técnica de lo que hace para que no parezca que sus mundos se parecen demasiado a los de otros autores. Y Tinieblas no es así. Cierto es que hay muchos arquetipos y sucesos más o menos previsibles, pero entre el cariño que se nota que tiene por un mundo que ha desarrollado durante una década y el buen hacer de Iko en el dibujo para que alcance las cotas de espectacularidad que exige una aventura de la escala que tiene esta son razones más que suficientes para disfrutar a lo grande del volumen integral que reúne las cinco partes de esta fantasía heroica, lectura continua que, la verdad, se agradece bastante.

Bec tiene claro que esta es una historia de héroes y de criaturas, y no tiene ningún problema en que sea el escenario que reúne a ambos el que luzca por encima de todo. ¿Son los personajes carismáticos? Sí, se les acompaña con gusto, no podría ser de otra manera para llegar a las fases más dramáticas que tiene Tinieblas, pero que nadie espere que de aquí salga un Conan o un Elric. No se trata de ese tipo de fantasía épica. ¿Qué importa de verdad aquí? El marco en el que acontece todo, sus creaciones sociales, políticas y mitológicas, la presencia salvaje de criaturas que lo cambian todo. Y ahí Bec se siente como pez en el agua, porque estos elementos le permiten jugar con mucha habilidad, metiendo acción donde casi no cabría esperar, matanzas de fuego que impactan y dan una peligrosidad al relato que se agradece mucho, y que además sirven para redondear el retrato de los dos protagonistas, cada uno a su manera y en distintos momentos de la narración. Es, sin duda, una historia marcada por el fuego, y eso ya hace pensar en el tipo de acción y de adrenalina que propone. Y lo bueno de todo es que Bec se lanza de cabeza a una historia de estas características que es bastante larga, hablamos de más de 200 páginas, pero que tampoco se achanta por el hecho de no buscar una trascendencia antológica en el género. Se trata de entretener y de hacerlo con inteligencia, y ahí Tinieblas destaca con sinceridad.

El dibujo de Iko tiene los mismos objetivos. Es una maravilla el nivel de detalle que presta a todo, al diseño de los personajes, al de los escenarios, al de unas criaturas que se mueven a medio camino del Godzilla cinematográfico americano, el de Roland Emmerich, y el dragón más salvaje que uno pueda imaginar. La fantasía brilla en el dibujo de Iko, la luminosa, la que parte de palacios y de paladines, pero también la oscura, la que se manifiesta en los voraces ataques de estas criaturas de fuego. Armaduras y vestuario se llevan buena parte del tiempo de Iko en el diseño y en la ejecución final de las páginas, y sucede un poco lo mismo que con el guion de Bec, todo luce muy, muy bien sin que tampoco tengamos que sentir la obligación de que algo va a convertirse en icónico. Tinieblas no necesita ese paso para cumplir con todos sus propósitos, para ser una fantasía épica notable, construida a partir de un mundo moldeado con acierto, con buenos principios en todos sus aspectos y que, aunque este sea un ciclo totalmente cerrado, bien podría volver a utilizarse para contar historias pasadas o futuras de este mismo universo. Y eso es síntoma de que el trabajo es correcto, porque al final volveríamos gustosos a visitar estas tierras, incluso aunque fueran otros los personajes que nos guiaran por ellas.

El volumen incluye los cinco álbumes de Ténèbres, publicados originalmente por Soleil entre agosto de 2009 y septiembre de 2018.

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