Guion: Mark Russell.
Dibujo: Bob Q.
Páginas: 152.
Precio: 18,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2022.
Tras Tierra quemada (aquí, su reseña) y Gambito de dama (aquí, su reseña), La cruzada de los niños pone punto final al más que interesante arco con el que Mark Russell, aquí con dibujo de Bob Q, ha redefinido la figura de Red Sonja. Porque sí, eso es lo que han hecho, ya que la diablesa pelirroja presenta aquí caras que no han sido las habituales en el personaje. El tono de sus aventuras, que en este tercer volumen alcanzan no solo su clímax sino también su pico más alto en cuanto al nivel exhibido, es distinto. Olvidémonos de los magos, de las criaturas fantásticas e incluso de las grandes heroicidades. Russell ha ideado un escenario político y bélico en el que no hemos visto a Sonja nunca y que, francamente, le sienta muy bien. No es que invalide otro tipo de aventuras para el personaje, ni mucho menos, pero es todo un soplo de aire fresco verla con ese grado de madurez emocional y argumental. Lo que vemos es a una Sonja como heroína de todo un pueblo, y sometida por no tener más opciones al mandato de un rey despreciable, peleando para que un ejército de niños no tenga que ir a la guerra, una Sonja que tiene que hacer movimientos casi desesperados y nunca ventajosos. Guerrera, sí, pero de otra manera. Y eso es lo que hace de este viaje uno más que interesante, porque nos obliga a cambiar el paso en muchos sentidos.
Estábamos demasiado acostumbrados a que el componente de fantasía heroica, con una protagonista de exigua vestimenta y por tanto de un innegable atractivo sexual que actuaba como reclamo de cierto tipo de público. Es evidente que esa carga erótica está muy dentro del género, pero es una delicia ver que hay autores empeñados en explorar otras maneras de llegar a los personajes. La cruzada de los niños, lo decíamos, es la mejor de las tres entregas que hemos visto de Russell por una razón muy sencilla: el drama. Juega uy bien con un escenario en el que Sonja tiene todas las de perder. No tiene opciones de llevar las riendas como siempre le ha gustado, salvo en momentos puntuales y, claro está, al final. Y siendo una Sonja distinta, en realidad nunca deja de ser la de siempre. Qué afortunado ha sido el giro de los acontecimientos que nos propone Russell y que de alguna manera equipara los caminos de la diablesa a los que emprendió en su momento Conan para alcanzar su corona y dejar de ser únicamente un bárbaro ladrón. El escritor no solo consigue que Sonja sea creíble, sino que juega con las piezas políticas y sociales de una manera muy inteligente. El brillo de la espada y brujería esconde muchas veces realidades como las que se ven en La cruzada de los niños, y por eso leer lo que nos ofrece Russell es una delicia para los amantes del género.
Hablábamos de una redefinición de Red Sonja, y lo es también en lo visual. De tanto en tanto, surgen historias que obligan a que el personaje abandone su bikini metálico, absurdo a todos los niveles pero inevitable para cualquier dibujante que quiera hacernos disfrutar con el personaje, y lo que nos ofrece Bob Q es espléndido. Sonja nunca pierde su planta de guerrera, ni tampoco pierde atractivo aunque el nivel de las curvas sea lo que menos preocupa al ilustrador en esta etapa. A Bob Q le gustan otros aspectos del género y se nota, su dibujo nos invita a descubrir el lado más violento pero también el más humano de la espada y brujería, y se le nota cómodo en el género bélico en una era de fantasía como esta, incluso aunque en las páginas de este libro parezca haber más política y diplomacia que guerra en sí misma. No hay ya sorpresa posible llegando a este punto tras los dos volúmenes anteriores, pero la sensación de que se ha completado un viaje distinto y sin embargo igualmente atractivo perdura incluso cuando cerramos las páginas del libro. Red Sonja siempre ha tenido las bases para ser un personaje versátil, pero lo cierto es que pocos han sabido interpretar esas posibilidades como lo hacen Russell y Bob Q, que han dejado mucho más abierta una mitología que, siendo casi siempre divertida, corría el riesgo de ser algo reiterativa.
El volumen incluye los números 13 a 18 de Red Sonja, publicados originalmente por Dynamite entre febrero y agosto de 2020. El único contenido extra son las portadas originales.
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