Guion: Roberto Malo.
Dibujo: Javi Blanco.
Páginas: 88.
Precio: 15 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2022.
Si hay algo que da gusto a la hora de leer un tebeo de esos que se escapan de las grandes editoriales, de las marcas más comerciales y de la primera línea del sector es, por encima de todo, que sorprenda. Si ese es el baremo por el que un cómic pasa el corte y establece sus méritos, El contador de personas se merece todo lo bueno que podamos decir que él. Sorprende tanto que por momentos hace que nos planteemos si Roberto Malo se ha inventado una profesión para dar forma a su fantasía o si realmente hay personas que se dedican a contar el número de personas que entran en una sala de cine para confirmar que los datos que las salas suministran a las distribuidoras son correctos. Pero es que El contador de personas no va sobre eso. No podemos decir más, la verdad, porque este de Malo, dibujado por Javi Blanco, es uno de esos tebeos que se degustan mientras se van descubriendo sus sorpresas y sus giros. Y aunque pueda descolocar cuando nos hayamos acostumbrado a pensar que todo lo que nos iban a contar debía tener un tinte realista, en ese momento recordamos la sugerente portada de Blanco para saber que no es así y que todo encaja perfectamente en una obra que es una sorpresa muy agradable no solo por su originalidad de partida sino también porque introduce cuestiones actuales bastante inquietantes.
Parece una perogrullada, pero en El contador de personas hay una cuenta. Pero no es como la de las bombas que se desactivan en el último segundo, no, esta es ascendente. No aumenta la tensión porque se agote, sino porque uno no sabe hasta dónde va a subir. No es mala metáfora para la propia historia que nos cuenta Malo, casi siempre con una voz en off enmarcada en cartuchos de texto, pero sin renunciar a los diálogos sobre todo cuando tiene que conjuntar tiempos narrativos diferentes. Contamos con el protagonista, esperando que alguna de las personas numeradas juegue un papel en la historia que no atisbamos, y eso añade una incertidumbre francamente divertida. Aunque el final sea más bien una interrupción y no un clímax como tal, lo cual también ayuda a descolocar bastante al lector, aquí importa bastante más el viaje que la resolución. Importan el desarrollo, porque es lo que nos permite ir tratando de entender al protagonista. No es que eso nos abra la puerta a predecir la historia, nada más lejos de la realidad, pero si lo pensamos al final todo está ahí, en la forma en la que percibimos a una tipología de individuo que habla del tipo de sociedad en la que estamos viviendo. Y quizá sea eso lo que más intensamente quede una vez que acabamos el cómic, más incluso que esa profesión del título que no sabemos si existe o no.
Malo comienza su introducción del libro sincerándose sobre la suerte que dice tener con sus dibujantes, y no podemos más que darle la razón con Blanco y El contador de personas. Desde una perspectiva de sencillez, sin buscar planos y puntos de vista demasiado rebuscados, sin abusar de líneas que recarguen las viñetas más allá de lo que necesitamos saber para comprender lo que está pasando, Blanco casi nos pone en el tono de un falso documental. Hace que nos creamos al personaje, que contemos personas con él, que nos fijemos en los mismos detalles llamativos que señala el escritor y coloca el protagonista para hacer bien su trabajo. Cuando la historia salta a la fantasía, sus páginas no pierden fuerza, pero sí da la sensación de que lo mejor que nos ofrece es, precisamente, lo más realista, lo más cercano, lo que hace que este tipo que cuenta personas en los cines pueda ser alguien que conozcamos en la vida real. El contador de personas tiene es habilidad, la de ser algo que parece real con la misma intensidad que brilla su fantasía. Y al final uno se queda pensando en lo que nos ha mostrado en El contador de palabras. Tanto, que seguramente ya no miraremos igual a ese desconocido que se siente cerca de nosotros en una sala de cine. ¿Nos habrá contado como lo hace este personaje? Quién sabe…
El contenido extra lo forman una introducción de Roberto Malo y un dossier sobre la creación de una página.