Guion: Yuhta Nishio.
Dibujo: Yuhta Nishio.
Páginas: 160.
Precio: 8 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Julio 2022.
La presentación de las protagonistas de After Hours en su primer volumen (aquí, su reseña) es aval suficiente para que nos adentremos en los nuevos capítulos con una sensación de cierta seguridad. Y Yuhta Nishio responde bien al reto de continuar con la historia, incluso aunque este segundo número parezca casi siempre algo más pausado que el primero. Quizá no debiera serlo, porque el grueso argumental que Nishio se reserva para esta entrega es bastante potente, pero es cierto que queda concentrado en la parte final del libro y después de muchos preparativos, lo que puede dejar esa sensación de la que hablamos, que no se corresponde del todo con la que tenemos al cerrar este segundo número. Kei y Emi siguen siendo personajes bien construidos y su contraste es tan evidente como lo era en el arranque, lo que hace que el interés siga en un punto álgido incluso en los momentos en los que el ritmo pueda estar un poco por debajo de lo necesario. Lo que busca Nishio es que la realidad impregne sus páginas y que veamos la relación que se entabla entre estas dos jóvenes como algo completamente natural y fluido, y eso es algo que ya quedó establecido en la presentación y se sigue manteniendo de la misma manera en la prolongación de esta historia de amor, descubrimientos y contrastes.
En este segundo volumen de After Hours pesa más el envoltorio que el fondo en muchas de sus páginas, aunque la confluencia de ambas al final hace que todo tenga más sentido y coherencia. El grueso del relato está en la organización de una rave, pero eso no es más que una excusa para seguir explorando sentimientos, que es la base fundamental de todo. After Hours no deja de ser un relato de emociones, pero convence mucho más cuando están a flor de piel que cuando están algo más ocultas, como lo podrían estar eso sí en la vida real, que es el claro referente al que quiere aspirar Nishio. Y en esa línea, hay un preciosista amor por el detalle, que es lo que convierte tanto a Kei como a Emi en dos personajes que podrían formar parte de la experiencia de cualquiera de los lectores que se aproximen a la serie. Las cartas, de hecho, ya estaban boca arriba desde el arranque, por lo que en realidad tampoco es una gran sorpresa el desarrollo de este segundo libro, y sí una continuación más o menos lógica del escenario planteado que en su conjunto satisface las expectativas de forma notable. Y hay buenos mimbres para que la tercera entrega pueda seguir por los mismos derroteros, ya que Nishio no cierra ninguna puerta en estas páginas. Al contrario, abre alguna más y nos plantea escenarios diferentes.
Hemos hablado de la cercanía como valor fundamental de After Hours, y como ya dijimos en su primer volumen eso es algo que también se ve con mucha nitidez en su dibujo, jovial, juvenil y, cuando corresponde, adaptado a las circunstancias que se asoman al drama. En realidad, Nishio se puede permitir el lujo de dejarse llevar por lo más natural, que es en realidad lo que le conviene al relato. No necesita demasiados artificios para que nos creamos lo que estamos viendo, y sabe acompañar muy bien lo que nos cuenta prestando mucha atención a detalles que son significativos. Y esa es la gracia que tiene After Hours y la conexión que tan fácil se establece con el lector, que encuentra maneras muy sutiles pero a la vez inteligentes de mostrarnos la personalidad de las protagonistas, que es al final el mejor y más puro sustento de este manga. Se trata de ver un pedazo de realidad, y ahí la verdad es que las voces suenan tan sinceras que no se le puede objetar demasiado a lo que nos enseña. Quizá lo ya apuntado, que exceptuando el final de esta segunda entrega, que por otra parte es una apuesta visual cargada de sensibilidad y belleza, de esas que se disfrutan independientemente de lo que hayamos visto hasta ese momento, pasen menos cosas de las que parece. Pero hay margen para que pasen y la base es bastante buena.
Shogakukan comenzó a publicar originalmente After Hours en 2015.
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