Guion: Cullen Bunn.
Dibujo: Fran Galán.
Páginas: 104.
Precio: 18,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2022.
De vez en cuando sienta bien leer una buena macarrada demoníaca, mucho más si la dibuja alguien como Fran Galán dando forma a un guion de un tipo tan acostumbrado a asomarse a mundos de fantasía oscura como es Cullen Bunn. Y sienta bien porque hay que aceptar de tanto en tanto el sano ejercicio de desatarse en una historia que arranca con una posesión, que sigue con un exorcismo y que concluye, es un decir porque estamos ante un primer volumen que queda bien abierto, con una batalla de intelectos en el mismísimo infierno. No está mal, ¿verdad? Pues Lucky Devil es justo eso, una buena promesa cumplida, una de esas historias que no sabemos que realmente necesitamos hasta que tenemos la suerte de toparnos con ellas, porque nace de aquellos deseos profundos que no seríamos capaces de reconocer… salvo que nos poseyera un diablo, claro. Lo que se inicia como algo juguetón y episódico, Bunn lo convierte poco a poco en algo un poco más complicado. De un tipo con ganas de ajustar cuentas a la sociedad pasamos a un líder casi sectario y de ahí a una pelea de poder tan demoníaca como humana en su fondo. Sin tomarse demasiado en serio (¿o puede que sí?), con mucho ritmo y buenas ideas, la serie convence en su arranque con mucha facilidad y con la eficacia que se presupone a sus autores.
A Bunn le hemos visto en universos de corte más o menos parecido al de este, y siempre se ha mostrado como un escritor solvente. Quizá a lo que no estemos tan acostumbrados en sus relatos sea a un fresco toque de cinismo que sí se ve en Lucky Devil. No diríamos tanto de comedia, porque la serie no va por esos derroteros, pero sí es divertida. ¿Quién no ha pensado en alguna ocasión lo malo que podría llegar a ser si tuviera el poder para ello? Pues esa es la fantasía que imagina Bunn, y es un arma bastante interesante. Vemos demonios, llegamos al Infierno, manejamos conjuros y las normas de todo esto se van reescribiendo casi sobre la marcha para que no sepamos a qué atenernos en la siguiente página. Y funciona, por mucho que en el fondo no nos veamos caminando por escenarios inéditos, porque hay una sana intención de divertir y de ir rompiendo fronteras en el relato. Bunn es perro viejo y escritor curioso, y la mezcla de ambas cualidades siempre deja algo entretenido. La clave de lo bien que entra Lucky Devil está al final del primero de los cuatro números que tiene este volumen introductorio. Ahí se pasa de la parodia a algo más trascendente, de una sonrisa más o menos divertida a una que toca el cinismo y de un relato abiertamente fantástico a uno que merece la pena que veamos desde puntos de vista, digamos, más terrenales.
A Galán todas esas capas le encantan, y se nota. Le gusta el cachondeo como al que más, y no hay más que echar un vistazo a sus demonios, empezando ya por esa amenazadora sombra de la cubierta. ¿Son propios de historias de terror? Seguramente no del todo. ¿Pero podrían serlo si Galán quisiera? Desde luego que sí, y ahí está su gracia. Da igual lo que escriba Bunn y cuánto se pueda escapar de la realidad que entendamos como tangible, la forma en la que el ilustrador le da aire de realidad es tremendamente eficaz. Y sorprende, siempre para bien, que alguien que sobrecoge desde códigos tan maravillosos como los de Goya, lo sublime terrible (aquí, su reseña), lo pueda hacer también desde los infernales escenarios de Lucky Devil. Seguro que Bunn tiene cartas guardadas en la manga, pero no da la sensación de que Galán se vaya a ver amedrentado por lo que le lance. Desde luego en este primer volumen ni se atisba algo parecido. Y ese desenfado, ese desenfreno, esa abierta locura a la que nos exponen, hace que la serie no pueda tener mejores razones para engancharnos. Aunque veamos demonios y el nombre de El Torres aparezca en el volumen solo para la rotulación, cuando igual leyéndolo le habría gustado dar su punto de vista. Ni así podemos distraernos de la sincera diversión que propone Lucky Devil.
El volumen incluye los cuatro primeros números de Lucky Devil, publicados originalmente por Dark Horse entre agosto y noviembre de 2021. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Fran Galán y un portafolio de bocetos del ilustrador.
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