CÓMIC PARA TODOS

‘Killadelphia 2. Burn Baby Burn’, de Rodney Barnes y Jason Shawn Alexander

Editorial: Norma.

Guion: Rodney Barnes.

Dibujo: Jason Shawn Alexander.

Páginas: 192.

Precio: 22 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Mayo 2022.

No había demasiadas dudas de que el final abierto del primer volumen de Killadelphia (aquí, su reseña) era una evidente invitación a que la historia pudiera expandirse de una manera más ambiciosa, que su concepto de mezclar la historia de Estados Unidos, con un ex presidente como villano, con el terror más actual y concentrado en una ciudad reconocible, la de Filadelfia, era el germen de algo que tendría que ser mucho más grande. Y así sucede en el segundo arco argumental de Rodney Barnes y Jason Shawn Alexander, que para lo bueno y para lo malo expande mucho lo expuesto en la introducción. Lo bueno, que garantizo un espléndido nivel de acción, de monstruos y violencia, y el mismo cliffhanger con el que finaliza este volumen ya nos demuestra que este planteamiento es más ambicioso todavía de lo que hemos visto hasta aquí. Lo malo seguramente va por el mismo lado, por el hecho de que algo que parecía pensado para ser una historia concreta de repente va a alterarlo todo, va a reescribir toda la historia de Estados Unidos y va a ampliar el catálogo de monstruos hasta un punto en el que esta ya no sea solo una historia contemporánea de vampiros. Eso sí, entretener, de manera pura, entretiene una barbaridad, independientemente de que le podamos sacar punto a algunos aspectos.

Hemos hablado del final abierto que tenía el primer arco argumental de la serie, y eso es algo de manual, lógico si se quiere dar una continuidad a lo visto. Cierto es que, en realidad, casi todo quedaba bien cerrado, y por eso una de las flaquezas que a priori puede tener esta continuación está ahí, en la necesidad de reabrir carpetas. No sele puede reprochar a Barnes la manera en que lo hace, sobre todo en el personaje del padre del protagonista, porque ahí alcanza el mayor grado de emotividad que tiene la serie. No olvidemos que el primer libro era, por mucho vampiro que apareciera, una historia de padres e hijos, y eso, aunque tenga un peaje narrativo claro, es algo a lo que el escritor no ha querido renunciar. Y bien que lo ha hecho, porque cuando se recupera la dinámica original se centra un poco más el foco de Burn Baby Burn, que así se titula este libro. La historia expone mucho al principio, juega con profusión con los flashbacks, pero hasta que no reunimos de nuevo al equipo, hasta que la interacción entre los tres miembros de este particular grupo de lucha vampírica no recupera la gloria pasada, la historia parece más intrascendente que la primera. Y el caso es que no lo es, su escala es mucho mayor, y de ahí que, como confiesa el propio autor, seis números no parezcan suficientes para contarla.

Lo bueno de todo este viaje, también de los altibajos que puede tener, es que Alexander sigue a un nivel espléndido. La parte más oscura de Filadelfia le sirve de excepcional escenario para que la violencia se desate de manera incontrolada, para que el entretenimiento esté más que garantizado para quienes buscan escenas de acción loca y sin edulcorantes que rebajen la peligrosidad del vampiro. Porque lo mejor de Killadelphia es justo eso, que los vampiros son criaturas salvajes a los que vemos atacar con toda su crudeza. El formidable color de Luis NCT, oscuro y agresivo, es la guinda a esta orgía de violencia aterradora que se despliega página a página, haciendo que la planta que Alexander da al vampiro logre salir de la página y colarse en los rincones más escondidos de nuestra mente. Killadephia, no hay que por qué negarlo, es una serie que entra por los ojos, que seguramente encuentra por esa vía la personalidad que necesita, incluso teniendo en cuenta que el guion de Barnes tiene muchos aciertos que contribuyen a la diversión del lector. Pero es verdad que en este segundo volumen quedan algunas dudas, sobre todo al principio, sobre la idoneidad de la continuación. La ambición tiene que concretarse, y esa es la prueba que pasará la tercera entrega, a la que llegamos con ganas porque el espectáculo es atractivo.

El volumen incluye los números 7 a 12 de Killadelphia, publicados originalmente por Image Comics entre agosto de 2020 y enero de 2021. El contenido extra lo forman un epílogo de Rodney Barnes, las cubiertas originales de Jason Shawn Alexander, Skottie Young, Bill Sienkiewicz, Francesco Mattina, J. Scott Campbell, Duncan Fegredo y Todd McFarlane.

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Esta entrada fue publicada en 28 julio, 2022 por en Image, Jason Shawn Alexander, Norma, Rodney Barnes y etiquetada con , , .

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