Guion: Thomas Day, Olivier Ledroit.
Dibujo: Olivier Ledroit.
Páginas: 224.
Precio: 42 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2022.
Wika es un tebeo visualmente tan apabullante que no resulta nada fácil evaluarlo. Parece estar fuera de toda duda que el dibujo de Olivier Ledroit es dominante a todos los niveles. No vamos a llegar a decir que la historia dé igual, porque eso nunca es cierto, pero sí hay un evidente desequilibrio, por mucho que esta serie de tres álbumes reunidos en este volumen integral apueste por redefinir la fórmula de los clásicos relatos de fantasía, de los cuentos de hadas y de la mitología de elfos y hadas. Pero es que Ledroit coge el guion que coescribe con Thomas Day y nos sirve una obra tremendamente compleja, sobrecargada de tantos detalles que es imposible que la lectura no sea lenta y pausada, con tantos elementos definidos hasta la perfección que solo imaginar cuánto puede haber tardado en dibujar una sola página convierte el trabajo realizado en algo titánico y espectacular. Hay tanto que ver, que a veces uno se olvida hasta de leer la enorme cantidad de texto que incluyen los autores en cada página, diálogos y cartuchos de texto continuos que imprimen un ritmo bastante peculiar, sobre todo por el contraste con la faceta visual. Wika es imponente, también apabullante, y desde luego un cómic que parece imposible agotar en una sola lectura con tanta información como reciben nuestros sentidos en cada página.
Day y Ledroit son plenamente conscientes de ello, y por eso su reformulación es obvia pero a la vez sutil. Todo parece supeditado a la manera en la que va a acabar siendo dibujado. Si lo miramos con detenimiento, y a pesar de trazar una mitología amplia y extensa, los hechos que se nos cuentan podrían haberse resumido más. No es lo que cuenta lo que realmente define Wika, porque una vez que conocemos las reglas de su universo, en cuanto tenemos claro qué es lo que nos quiere contar y nos dejamos llevar por el irresistible carisma de su protagonista, los acontecimientos fluyen con mucha naturalidad y sin abarcar demasiado tiempo. Quizá ese pueda ser el gran debe narrativo que esconde Wika, y es que no hay nada tan diferente como para que haya tanta extensión. Sí, la apuesta es, como decíamos, la de contar de otra manera historias que ya hemos visto, pero más allá de algún momento concreto no es un tebeo pensado para sorprender por lo que sucede en él. Es extraño que un cómic que descansa tanto en lo visual exija en realidad que el lector ponga tanto de su parte en la lectura, pero esa es quizá una de las anomalías que consigue dar un carácter especial al resultado final. Porque lo tiene, Wika es uno de esos tebeos que están pensados para colarse de lleno en el corazón del lector, por convertirse en una experiencia más que en una simple lectura.
Pero, sí, todos esos logros llegan desde los sentidos. Wika incorpora un diseño steampunk a personajes de fantasía que parecen alejados de esa forma de ser interpretados, pero no elimina ni mucho menos los parámetros del género. El juego que propone Ledroit es tan soberbia que no hay adjetivos suficientes para calificarlo. No solo por la brillantez formal, sino por la espectacularidad narrativa que muestra. Juega con la narración, y nos obliga a voltear el volumen para su lectura vertical, superpone figuras y escenarios sobre los rostros que dominan el fondo de la página, crea unos escenarios recargados hasta cari acercarse al arte fotográfico, aunque sea imposible por el entorno fantástico en el que sitúa su historia, sabe combinar de una manera la diversión de unas armaduras maravillosas con la sensualidad de las curvas femeninas y la carne desnuda, y da una personalidad brutal a los tatuajes móviles que pueblan la piel de la protagonista. Podríamos seguir y destacar cientos de detalles en un dibujo que habla con una contundencia brutal, y que, ya lo decíamos, define con fuerza lo que supone Wika. El apasionado color que imprime a cada página es la guinda. Day y Ledroit tienen cartas ganadoras, las juegan con inteligencia y el resultado es un libro preciosista hasta el extremo, de los que merece la pena repasar en más de una ocasión.
El volumen incluye los tres álbumes de Wika, publicados originalmente por Glénat en abril de 2014, septiembre de 2016 y octubre de 2019. El contenido extra lo forman las cubiertas originales y un portafolio comentado de bocetos e ilustraciones de Olivier Ledroit.
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