Guion: Lucien de Gieter.
Dibujo: Lucien de Gieter.
Páginas: 152.
Precio: 29,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Enero 2022.
Hay series de aspecto juvenil que en muchas ocasiones exceden esos objetivos, y Papyrus se adentra en ese terreno de una manera bastante peculiar. En este cuarto volumen de la serie de Lucien de Gieter pasamos por tres álbumes que, manteniendo el colorido y el exotismo que dan sentido a la historia, van a la vez mucho más lejos. De Gieter tenía claro que no solo tenía que mostrar en todo su esplender el Egipto antiguo, y eso habla tanto de su civilización como de su mitología, sino también ofrecer retos continuos para sus protagonistas. Y eso es algo que se ve con una claridad casi apabullante en el segundo de los álbumes de este libro, El farón maldito, en el que asistimos a un castigo físico y psicológico tanto para Papyrus como para Teti-Sheri que tiene pocos precedentes en una serie que, insistimos, tiene un claro propósito de llegar a un público juvenil. Y eso, esa rareza, es lo que acaba convirtiendo Papyrus en una serie intensa y entretenida, una que mantiene intactos todos sus valores originales, toda la reverencia que hace a la cultura egipcia, y a la vez todo el carisma que mantienen dos protagonistas tan distintos en apariencia pero que tienen una química bastante envidiable, base de una serie que, década y media después de su creación, seguía manteniéndose a buen nivel.
La pirámide negra, El faraón maldito y El obelisco son tres relatos lógicos en planteamiento y desarrollo. A De Gieter no le gusta demasiado andarse con rodeos o presentaciones extensas, y estos tres relatos se construyen de esa misma manera, entramos en la aventura de manera contundente, casi abrupta, y nos dejamos llevar por los dos elementos que el autor siempre colocó en la base de su serie, el retrato de su mundo y la determinación de sus dos protagonistas. De esa manera, De Gieter unía al pueblo con la realeza y la realidad más teóricamente histórica con la mitología más fascinante y fantástica. En esa fusión, Papyrus siempre ha funcionado bien. El faraón maldito es, seguramente, una de las historias de Papyrus que mejor funciona en ese sentido, y es, como decíamos, la que más boquiabiertos puede dejarnos por las inmensas implicaciones que va sumando. No es precisamente esta una serie en la que no se sientan los peligros, pero pocas veces los habremos visto de una manera tan intensa como en esas páginas. Y hay una naturalidad bastante palpable en la manera en la que De Gieter va introduciendo elementos y detalles, algo en lo que su serie destaca de una manera bastante notable y sin que haya algo que sintamos como ajeno a lo que leemos, incluso aunque pueda parecer distinto a lo previsible en un primer momento.
El dibujo De Gieter se mueve también entre esas dos aguas de las que hablamos, y es difícil saber si es algo consciente o si va surgiendo de una manera casual. A veces el dibujo de Papyrus parece encuadrarse en lo que se espera del tebeo juvenil que se supone que es, y en otros momentos adquiere una mayor crudeza visual, un estilo menos, digamos, animado. Hay un festival visual bastante intenso, con un colorido palpable, pero a la vez hay momentos en los que se disfruta con una oscuridad tenebrosa y siniestra. Esta es la vía, insistimos, consciente o no, por la que De Gieter acaba apelando a audiencias muy diversas, a las que convence con relativa facilidad que hay en el antiguo Egipto un escenario formidable para desarrollar una fantasía que no se olvide de ir colando elementos sociales que tienen también un peso considerable o una definiciçon clara de lo que podía ser ese escenario de la Historia sin necesidad de tener una precisión milimétrica en su representación visual o social. A estas alturas, Papyrus destacaba precisamente por lo inclasificable que resultaba, por ser una serie de la que se podían esperan muchas cosas y muy distintas entre sí, pero siempre con un sentido del ritmo tremendo, en el que los diálogos, extensos o no, siempre estaban puestos al servicio de una montaña rusa de la que costaba mucho bajarse.
El volumen incluye material de los números 2.548 a 2.656 de la revista Spirou, publicados originalmente entre septiembre de 1987 y marzo de 1989. El contenido extra lo forman las portadas originales, artículos sobre la obra de Lucien de Gieter e ilustraciones varias.
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