CÓMIC PARA TODOS

‘Wollodrïn. La mañana de las cenizas’, de David Chauvel y Jerome Lereculey

Editorial: Yermo.

Guion: David Chauvel.

Dibujo: Jerome Lereculey.

Páginas: 112.

Precio: 26 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2022.

Cine y televisión tienen, obviamente, mucho más poder que el cómic dentro de la cultura audiovisual, de nuestros días y de siempre, por lo que es difícilmente negable que el estreno en la gran pantalla de El señor de los anillos y en la pequeña de Juego de Tronos son los dos grandes acontecimientos del siglo XXI en la fantasía épica. Pero el cómic tiene la virtud de llevarnos a otros sitios en los que podamos sentir emociones parecidas. Y de Wollodrïn podríamos decir que bebe de ambas, aunque sea de manera inconsciente en el caso de la segunda, puesto que se publicó el cómic antes de que la televisión magnificara el fenómeno literario que muchos ya conocían. David Chauvel, parte del colectivo que firma Las 5 tierras (aquí, reseña de su primer volumen), se reúne de nuevo con Jérône Lereculey para afianzarse como un equipo artístico capaz de honrar al género de una manera notable. Aquí se aproximan más a los mundos de Tolkien que a los de George R. R. Martín, pero hay un poco de todo en esta misión mortal protagonizada casi como si fueran los Doce del patíbulo y con las normas de Juego de Tronos, las de poner en peligro de muerte real a todos sus personajes de manera continua. Y eso, aunque parezca relativamente fácil, tiene su punto porque juega con la adrenalina, no solo de los actores principales sino también de los lectores.

Con estos referentes, se agradece mucho que Chauvel nos enseñe una historia contenida y con un final más o menos breve, en dos álbumes, sin aportar información que se nos pueda antojar excesiva. Eso no solo nos desmarca de esa idea de que la épica se da con más facilidad en historias de mayor extensión, sino que abre puertas a que universos de esta naturaleza se puedan nacer y sorprendernos incluso al amparo de los grandes títulos del género. Chauvel no busca escribir aquí su Señor de los anillos, ni mucho menos, no es esa su ambición ni la necesita, pero sí quiere extraer todo el jugo a la misión definitiva de un grupo de aventureros muy variopinto. El escritor nos cuenta uno de esos relatos en los que sale mal todo lo que se puede torcer, en los que se conjugan caracteres muy dispares sin necesidad de cubrir cuotas de género y raza aunque en algún momento de las primeras páginas pueda llegar a parecerlo, y sabiendo manejar no solo el relato principal sino también los detalles que se ven desde un plano aparentemente más secundario y que actúan como catalizadores en buena medida. Y en Wollodrïn también se atisba eso que el ego del artista a veces no deja ver, la libertad que el escritor deja al ilustrador para que tenga sus momentos de lucimiento, para que las imágenes nos lleven hasta donde las palabras no van a llegar.

Lereculey ya nos ha demostrado en Las 5 tierras que el género le interesa y lo domina, que el detalle que imprime a cada uno de sus dibujos es algo hermoso y narrativo a la vez, pero es cierto es que el protagonismo de animales antropomórficos podía dejar un resquicio a la duda, porque ese elemento aporta una espectacularidad más notable que el mismo escenario del relato. No obstante, Lereculey las resuelve muy pronto. Sin llegar a tanta brillantez como allí, el ilustrador sabe dar carisma a todos los protagonistas, independientemente del género o de la raza que representen, lo hace desde el presente y también desde los flashbacks, de los momentos de tensa calma y por descontado cuando la acción se desata con la brutalidad que exige esta forma de entender la fantasía. Y ojo, no hablamos solo del detalle cuando la épica se desboca, en las grandes escenas, en las viñetas de mayor tamaño, que están en mayor número de lo que suele ser habitual en el cómic europeo, pero también cuando son las miradas las que cogen el protagonismo, como por ejemplo se aprecia de una manera notable en la página final, una más que digna conclusión a un viaje brutal. Wollodrïn. La mañana de las cenizas es, una obra salvaje y de mucho ritmo, bien planteada, honrando al género en el que se enmarca y a los grandes títulos de los que no esconde beber, y muy, muy entretenida.

Delcourt publicó los dos volúmenes de Wollodrïn. Le matin des cendres en diciembre de 2010 y agosto de 2011. El único contenido extra son las portadas originales de Jerome Lereculey.

Wollodrim-int-1-700x979

En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Información

Esta entrada fue publicada en 14 junio, 2022 por en David Chauvel, Delcourt, Jérôme Lereculey, Yermo y etiquetada con , , .

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Únete a otros 402 suscriptores

Archivos

Categorías

A %d blogueros les gusta esto: