Guion: Anémona de Río.
Dibujo: Anémona de Río.
Páginas: 96.
Precio: 10,90 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Noviembre 2021.
Cuando uno se asoma a A prueba de agua lo hace, indudablemente, porque el llamativo estilo de dibujo manga de Anémona de Río, curioso pseudónimo de Aldara Álvarez García, que es francamente bonito, de esos que animan a abrir un libro y mirar sus páginas con ilusión. Y cuando nos adentramos en su historia, lo hacemos convencidos de que es una espléndida manera de recoger el testigo de aquellas series de dibujos de Érase una vez… y convertirlas en algo moderno y entretenido. Nunca diremos una mala palabra de aquellas series, por supuesto, porque siguen resistiendo el paso del tiempo de una manera admirable y se mantienen como una herramienta educativa inmejorable dentro de la animación, pero es verdad que la narrativa audiovisual actual es distinta. Ahí entra sin miedo A prueba de agua para mostrarnos el funcionamiento del cuerpo humano convirtiendo a todos los actores biológicos en personajes de sentimientos muy creíbles y cercanos y de la mano de una protagonista, una gota de agua, cargada con toneladas de ingenuidad y con un carácter amable, simpático y adorable. Así contado, puede parecer poca cosa el empeño de Anémona de Río, pero el suyo es un trabajo irreprochable y, sobre todo, muy bien dibujado que se disfruta como lo que es sin problema alguno.
A prueba de agua empieza sin que sepamos realmente en qué viaje nos estamos metiendo, presentándonos a una simpática joven que empieza en un trabajo del cual desconocemos todos los detalles, y lo bueno es que en tres páginas ya estamos metidos de lleno en la historia. Anémona de Río nos plantea estar en la misma situación de ingenuidad y descubrimiento continuo de su protagonista, y quizá sea la mejor manera de hacer que lectores de todas las edades vayan siguiendo a esta muchacha sin nombre a través de lo que pronto vemos que es el cuerpo humano. Hay un arma que la autora despliega de manera continua para que no salgamos de la historia, y es la simpatía. Sí, van surgiendo otros elementos, tiene sus dosis de acción de romance, por supuesto vemos una narración paralela entre lo que sucede dentro y fuera del cuerpo humano para que entendamos lo que estamos viendo desde un punto de vista más didáctico, pero esta es sobre todo una historia simpática. Ojo, no quiere decir eso que haga de menos a otros elementos o que se conforme con mostrarnos algo visualmente bonito para convencernos. Al contrario, hay una base sólida, ingenua como la protagonista pero no por ello menos completa para que el recorrido de la joven a la que seguimos sea completo.
Como decíamos, eso sí, el dibujo es lo más llamativo. Si la simpatía tiene que predominar durante la lectura, es imposible que se logre el objetivo si los diseños manga de Anémona de Río no fueran inmediatamente hermosos. Lo son, empezando por la protagonista, pensada para que nos encante desde la primera página, para que encaje en los momentos de comedia que hay en A prueba de agua y también para que el drama, leve pero drama, que va entrando en la historia tenga también esas trazas de credibilidad que necesitamos para empatizar con ella. La autora domina la estética manga que quiere aplicar a sus páginas y los recursos que eso le proporciona, y rodea a los actores de un universo más que creíble para que entendamos que el escenario de esta aventura está en el interior de nuestros órganos. Todo con un toque de elegancia que no decae y con esa simpatía de la que hablábamos, porque el propósito es el de que cualquier lector, independientemente de su edad, se pueda sentir cómodo en sus páginas. Y eso está más que conseguido en una obra abierta, entretenida y que enamora por sus personajes y por un dibujo encantador. A prueba de agua es una espléndida carta de presentación, de esas que animan a pensar que su autora puede conseguir que su estilo se adapte a historias muy distintas y que entretiene por lo que es, cumpliendo sus expectativas.
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