Dibujo: Isaac Sánchez.
Páginas: 64.
Precio: 14,90 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Diciembre 2021.
Puede que eso de Dibujos y caprichos que corona la portada de El arte de Isaac Sánchez no sea una idea del autor, aunque es algo que define a la perfección lo que nos vamos a encontrar en este libro, una presentación maravillosa de un autor a quien todavía podemos considerar como un recién llegado al mundo del cómic y en la que se respira una enorme ilusión por el medio ilustrado. Igual eso se puede decir de la gran mayoría de artbooks que podamos encontrar en el mercado, tampoco lo vamos a negar, pero a este, desde luego, le pega. Lo que uno espera de un libro así es encontrar qué motiva a un autor, qué personajes y mitologías le vienen a la cabeza cuando se pone se a ejercitar la mano antes de ponerse a trabajar en lo que le da de comer, y lo que nos encontramos en este poco más de medio centenar de trabajos es justo eso. ¿Podemos decir que su Smash Up de Depredador y Sailor Moon define lo que hay en este libro? Solo a nivel espiritual, porque al final Sánchez tiene su corazón clásico, el que le lleva a introducir a los 4 Fantásticos o su visión de Aliens, el que entiende la broma del Batspray repelente de tiburones del Batman sesentero (aquí, crítica de la película) y a la vez encuentra el lado siniestro del Joker que Jack Nicholson le dio al Batman de Tim Burton (aquí, su crítica).
Hablando claro, es difícil encontrar un mal libro de arte, porque sean o no caprichos los dibujos que lo forman es evidente que sí apuestan por ser lo mejor que tiene que ofrecer un artista. Sánchez, en todo caso, no se ha ganado un hueco solo por ser un magnífico dibujante, sino por la imaginación que hay en sus historias. Eso cuesta verlo en este tipo de libros un poco más que en sus relatos completos, pero se ve si se sabe buscar. Mirad sus personajes, que hablan de sus gustos e influencias, mitad sus poses, con un movimiento maravilloso que hace que el pin up sea atrevido y diferente. Mirad lo ecléctico que parece todo el conjunto a pesar de que hay una coherencia bastante interesante. Y sobre todo, disfrutad. Es que se nota tanto que Sánchez se lo ha pasado tan bien haciendo estos dibujos que repasarlos una y mil veces a este otro lado de la página impresa no tendría demasiado sentido si no lo hiciéramos con las mismas ganas de disfrutar. Y ojo, que estamos hablando de un libro de arte que comprende trabajos realizados en solo cuatro años, algo que parece mentira viendo la versatilidad y la variedad de lo que nos presenta. Ojalá dentro de otros cuatro años podamos ver cómics del mismo nivel de los que le hemos visto hasta ahora y otro artbook que sea, a la vez, capricho del artista y del lector que necesite tenerlo en la estantería para degustarlo una y otra vez.
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