Guion: Holly Black, Richard Kadrey.
Dibujo: Lee Garbett, Stephanie Hans, Marco Rudy, Ben Templesmith.
Páginas: 448.
Precio: 38,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2021.
No tiene referentes fáciles el Lucifer de Holly Black y Lee Garbett, y eso hace que el juicio que se pueda hacer sobre la obra sea bastante complejo. Porque, claro, es un reto fascinante encargarse de las nuevas aventuras de un personaje surgido de la mente maestra de Neil Gaiman para Sandman (aquí, reseña de su primer volumen), y mucho más cuando Lucifer ya tuvo una exitosa serie escrita por Mike Carey (aquí, aquí y aquí, sus reseñas). Pero sobre todo hay una comparación todavía más complicada de asimilar, con la serie de televisión que devolvió al personaje a la primera línea de batalla y que, seguramente, será la que muchos aficionados tengan más fresca. Son muchos obstáculos, desde luego, y quizá por eso la primera palabra que venga a la mente a la hora de calificar la etapa de Black y Garbett sea la de irregular. Lo es, sobre todo, porque da la sensación de resolverse de una forma demasiado precipitada para la ambición con la que había arrancado, nada menos que con el asesinato de Dios y con Lucifer buscando a su autor, pero el sabor de boca que deja el libro, leído de una sentada en este volumen integral, es seguramente más satisfactoria de lo que cabía imaginar con el escenario que hemos planteado para iniciar este análisis. Y eso tiene mérito, sobre todo en un sector en el que la imaginación siempre ha destacado por méritos propios.
Black es una escritora inteligente, y eso se nota en los entramados que monta, en esa guerra soterrada que está presente en todo momento, se vea más o menos que las tramas más episódicas, y, la verdad, sabe recoger muy bien a todos los personajes desde donde los había dejado Carey, aportando una sensación de continuidad bastante notable pero que no se come la personalidad propia que quiere tener esta nueva etapa. Por eso da tanta rabia que Black se descuelgue de la serie sin llegar a darla por terminada, y este Lucifer acaba dejando la sensación inevitable de que va de más a menos, siendo el menos el trabajo de Richard Kadrey, que no termina de aprovechar el gigantesco clímax que plantea Black y que parece que se limita a cubrir el expediente de dar un cierre más o menos digno a una serie que podría haber aspirado a mucho más. Así que sí, nos vamos a quedar con el planteamiento de la novelista, porque ahí sí se atisba la grandeza que debe de tener Lucifer para ser una serie atractiva. No es un personaje al que le vayan las medias tintas, y se agradece la visión que tiene Black de su particular universo, a medio camino entre la religión y la fantasía más abierta e imaginativa. En esas páginas sí hay un digno heredero de lo que Gaiman hizo con él en Sandman, independientemente de lo que luego acabe siendo la serie.
Aunque Garbett no sea el único nombre que se pasea por la faceta gráfica de este libro, sí que hay que atribuirle un alto grado de autoría junto a Black y un resultado francamente notable para dar una nueva imagen de este universo. Nueva, aunque no lo sea, pero que desde luego mantiene una coherencia bastante acusada y que alcanza un nivel muy, muy alto casi siempre. Su trazo es algo sucio, lo cual se antoja casi perfecto para Lucifer, tiene un cierto toque de realismo sin necesidad de caer en el calco fotográfico y sobre todo sabe transmitir el carisma de los personajes desde el primer vistazo, y eso es algo que destaca especialmente en Lucifer, incluso aunque en ciertos momentos de la historia no tenga los poderes que han hecho de él un ser magnífico. Que Garbett aguante hasta el final de la serie compensa ligeramente el descenso que hay en los últimos números, que visualmente sí mantienen lo mejor que puede ofrecer este volumen. Los referentes que citamos y la irregularidad que no se puede evitar con el cambio de escritor hacen que este Lucifer no consiga el mismo nivel que la serie precedente o la presentación de Gaiman, pero no queremos tampoco caer en el desánimo a la hora de valorar una etapa que tiene más pros que contras y que con bastante dignidad mantuvo al personaje vivo en el medio en el que nació en esta interpretación.
El volumen incluye los 19 números de Lucifer, publicados originalmente por Vertigo entre diciembre de 2015 y junio de2017. El único contenido extra son las cubiertas originales de Dabe Johnson, Lee Garbett y Christopher Moeller.
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