‘Alí Babá y los 40 maricones’, de Nazario

Editorial: La Cúpula.

Guion: Nazario.

Dibujo: Nazario.

Páginas: 68.

Precio: 14,50 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Marzo 2021.

Que un cómic alcance notoriedad en la siempre agitada vida política española puede darnos una buena medida de su importancia. Alí Babá y los 40 maricones es de los pocos que pueden presumir de haber entrado en esa arena. La obra de Nazario entró en su día en una lista de recomendaciones del Ministerio de Educación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, claro, la derecha montó en cólera viendo que se incitaba a chavales a ver las aventuras de un edificio de la Barcelona contemporánea plagado de homosexuales… olvidando que el tebeo ya formaba parte de las recomendaciones que el mismo Ministerio hizo en tiempos de José María Aznar. Cómic y movida política, curiosa combinación, desde luego. Pero sí, sirve para que entendamos la enorme libertad y el evidente libertinaje divertido que proponía Nazario a la hora de montar su propia comunidad de vecinos, estas pequeñas historias en las que vemos correrías sexuales, orgías de todo tipo y un intenso amor por la vida, que al final es lo que siempre marcó la obra del autor sevillano instalado en esa misma Barcelona que tan bien conoce y enseña a través de sus tebeos. Estamos ante un tebeo histórico en el escenario underground español, que lo fue cuando se publicó, también cuando los distintos gobiernos se dieron cuenta de su existencia e incluso ahora, tantos años después de que naciera.

Y el caso es que Nazario no necesita más que abrir ventanas y puertas para contarnos historias que sí, pueden parecer extraordinariamente inverosímiles, pero que tienen un realismo intenso en todos los sentidos. Por supuesto, en el sexual. Es una fantasía homerótica de primer nivel, y no hay nada que Nazario haga para esconder que ese es el principal motor de lo que nos ofrece en esta colección de relatos, modesta por extensión, pero sin límite a la hora de mostrar tríos, cuartetos y todo tipo de fantasías. Y sí, como reza el comunicado editorial, Alí Babá y los 40 maricones tiene una alegría de vivir contagiosa. ¿Para el colectivo al que se dirige? No, la verdad es que no, aunque es una evidente barrera para quienes todavía hoy no se sientan cómodos en ese escenario. Es curioso que la obra de Nazario desprendiera ya entonces tanta modernidad y que todavía hoy sigamos viviendo en una sociedad que no consigue dejar atrás tantos elementos retrógrados. Por supuesto, hay mucho sexo y sexo explícito además, como vía para conocer a unos personajes extraños y diversos, intensos en su forma de vivir la vida y que conectan con una escena de la Barcelona de entonces que permanecía y seguramente todavía permanece en algunos sentidos escondida a plena luz del día. Es una diversión sin límites.

Tampoco hay límites en lo que dibuja Nazario, y si el sexo explícito estaba en las páginas del guion parece obvio que también lo haya sabido trasladar a la página impresa. Y lo hace, además, sin miedo de ningún tipo. ¿Por qué habría de tenerlo? Porno y underground casan bien, y obras como esta son estupendas demostraciones. Nazario busca cuerpos ideales y atributos sobresalientes para que el carácter de fantasía que hay a lo largo de todo el libro sea palpable, pero tiene una cualidad que puede parecer contradictoria con esto de estar anclado en la realidad. En Nazario la paradoja es más que aceptable, y el mismo hecho de que el título haga referencia a una leyenda oriental vinculada a Las mil y una noches y lo traslade al entorno homosexual de Barcelona es una de esas genialidades que hacen que el paso del tiempo no haga más que aumentar su valor. Sin duda este es un tebeo de su tiempo, uno en el que todavía se estaba descubriendo el sexo como motor de vida social de la noche urbana, uno en el que lo homosexual tomaba el control absoluto de lo que veíamos, saltándose cuotas y necesidades, pero a día de hoy sigue siendo una de esas lecturas por las que hay que pasar para comprender en toda su dimensión lo que la revista y el tebeo españoles supusieron en un momento de profundo cambio social.

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