‘Lola Vendetta. Una habitación propia con wifi’, de Raquel Riba Rossy

Editorial: Lumen / Penguin Libros.

Guion: Raquel Riba Rossy.

Dibujo: Raquel Riba Rossy.

Páginas: 216.

Precio: 15,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Marzo 2021.

Hay autores que han sabido hacer de la mezcla entre realidad y ficción una marca propia, y Raquel Riba Rossy, con su personaje de Lola Vendetta, entra de lleno en esa definición. Su último libro hasta la fecha, Una habitación propia con wifi puede ser el más completo de todos los que le hayamos visto, también porque es en muchos aspectos el más maduro, porque en el fondo habla de un descubrimiento personal, interior, íntimo, que surge a partir de su faceta más reivindicativa pero de otra forma, sin que eso sea el centro de todo porque ese lugar lo ocupa ella misma. Uno mismo, ese ser del que todos nos olvidamos con tanta frecuencia, sí. Pues bien, aquí Lola Vendetta duda de todo lo que tiene que ver con ella misma, se replantea su vida, su relación de pareja, sus costumbres, su forma de ser y su felicidad. Todo, en definitiva, todo lo que le hace ser persona… y personaje, porque es inevitable sentir que estamos viendo a Lola y a Raquel al mismo tiempo. Eso habla muy bien de su trabajo, porque evidencia una sinceridad desbordante y muy emotiva. Luego se podrá estar de acuerdo o no con sus conclusiones, que no dejan de ser reflexiones muy personales y que no tienen por qué extrapolarse a las vidas de todos los que se asomen a sus páginas, pero la solidez que tiene el viaje que nos presenta es bastante notable.

La verdad es que resulta bastante refrescante ver que Riba Rossy ha sido capaz de juntar dos procesos que, en muchos casos, se podrían haber vivido y narrado de una forma completamente independiente. Hay una Lola Vendetta reivindicativa, que es de hecho la original, y hay una Lola Vendetta personal, que es la que con más fuerza emerge en las páginas de Una habitación propia con wifi. Y lo curioso, así se siente en estas páginas, es que una no puede vivir sin la otra. Ese es el gran acierto de este trabajo, que tiene una mayor madurez narrativa en tanto que sí necesita la lectura completa para su comprensión completa del proceso por el que pasa la protagonista, aunque no destierra del todo ese formato de gag completo y cerrado en una página que Riba Rossy también ha sabido explotar con mucho acierto en libros precedentes. Sobre todo, se agradece la sensación de que estamos asistiendo a ese viaje interior, con el aliciente del confinamiento, que toda persona da en algún momento de su vida, de que hay gran sinceridad en todo el relato. Sigue siendo el de una mujer libre y feminista, pero que entiende esa libertad y hasta ese feminismo de una manera ahora algo distinta, cambiado por el paso de los años y por el conocimiento propio que va adquiriendo con los años. Y sigue siendo Lola Vendetta, ojo, que nadie piense que la esencia se ha perdido.

Eso se ve con mucha facilidad en el dibujo de Riba Rossy, que mantiene los mismos rasgos de siempre y hace de Lola ese personaje reconocible en todo momento, con esas tonalidades rojas y rosas que se convierte en parte inseparable de su mensaje feminista y que sirven para dar identidad a la protagonista. Desde esa perspectiva, es fácil entender Una habitación propia con wifi como un paso más en el viaje que inició hace unos años en su faceta editorial, porque el aspecto es tremendamente definitorio. Y aunque lo sea, es fresco. Esa aparente contradicción nace de lo bien que imagina Riba Rossy las situaciones que va incorporando, los personajes que suma (¿se puede hacer que la Muerta parezca tan encantadora?) o la puesta en escena con la que da vida a las escenas más cotidianas (se puede admirar, por ejemplo, la manera en la que crea intimidad en conversaciones de chat). Una habitación propia con wifi es una obra que deja elementos para la reflexión personal del lector, probablemente una muy cercana a la que puede haber hecho su autora/protagonista, pero que narrativamente convence con mucha facilidad. Es el título más maduro de la serie, confirmando a Riba Rossy como una autora muy a tener en cuenta. ¿El mejor? Puede ser, aunque en libros tan directos y emocionales eso es algo que siempre va a quedar a cuenta del lector.

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