Guión: El Torres.
Dibujo: Alberto Belmonte.
Páginas: 96.
Precio: 22 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Diciembre 2020.
Si nos dejáramos llevar por las etiquetas, El Torres no sería el autor soñado para Galdós y la miseria, una historia que se centra en Benito Pérez Galdós pero no de una manera biográfica, en sus últimos años de vida en Madrid y casi como espectador de otros sucesos. Pero es que El Torres hace ya tiempo que ha demostrado con creces que las etiquetas no son para él. Desde el más absoluto respeto a los géneros, El Torres es uno de esos escritores capaces de hacer lo que quiera desde cualquier punto de partido. Hablar de Galdós sin Galdós, o al menos alejándole del foco primordial del relato, es la última de sus genialidades. La penúltima, construir esta historia alterando el tiempo narrativo, haciendo que sus primeras páginas sean a la vez prólogo y epílogo de su relato, y haciendo una vez más de la elección de su dibujante, aquí un extraordinario Alberto Belmonte, una de las razones de ser de un proyecto ante el que nos quitamos el sombrero por su retrato del genial escritor, por la forma en la que nos enseña el Madrid de principios del siglo XX y por la historia que ha sido capaz de tejer a su alrededor, cogiendo pedazos de los libros de Historia y añadiendo otros propios para que lo que tengamos entre manos sea un cómic fresco, bien construido, soberbio por momentos y con un contagioso deseo de saber más de todos los elementos que sirven en el desarrollo del relato.
El Torres suma entre sus méritos que cada vez que publica una obra nos hace preguntarnos si estamos ante la mejor que ha escrito. No entraremos en ese debate con Galdós y la miseria, pero sí da la sensación de ser la más difícil de todas. Hay muchas historias dentro de su historia, hay incontables referencias históricas y a la obra de Galdós, hay un deseo de ser minucioso en que todo lo que aparezca en la obra se mueva entre lo verosímil y lo históricamente preciso, porque su objetivo es que nos creamos que todo ha sucedido tal y como él lo cuenta en estas páginas. Y a fe que lo consigue, porque su narrativa es sobresaliente en todo momento, lo es en la construcción del relato, en sus elipsis, que ayudan a construir este universo tanto como lo que el escritor vuelca en sus páginas, y lo es, sobre todo, a la hora de conjugar personajes históricos que suenan exactamente como cualquier erudito podría soñar que sonaron y otros de ficción que se complementan a la perfección con lo que puede estar sacado de un libro de texto. Y todo con un respeto reverencial a la obra de Galdós, jugando con su trayectoria y con sus arquetipos, honrando al autor e invitando al lector a que, después de este tebeo, vuelva al material de referencia que ha inspirado esta suerte de ficción. ¿Hay algo mejor para una obra de trasfondo literario que animar a leer?
Si el trabajo de El Torres es complejo, y se nota, el de Belmonte no lo es menos. Cuando se ambienta una historia en una ciudad conocida por todos y en un escenario de unas cuantas décadas atrás, más de un siglo, el trabajo de documentación es algo obligatorio. Belmonte pasa esa tarea con nota, porque se nota esa veta investigadora, pero también que se interpone en la narración o en los personajes. Ese es el otro gran mérito de Galdós y la miseria, quizá el más importante de todos, porque el ilustrador conjuga, como hace el escritor, los retratos reales con los personajes inventados, y lo hace consiguiendo que formen parte del mismo universo. Es una delicia no solo cómo hace que sus protagonistas hablan con la mirada, con los gestos y con el lenguaje corporal, sino también el portentoso trabajo de ambientación que hay en toda la obra, no solo para recrear los lugares más reconocibles, que también, sino para que cada secuencia tenga el tono que necesita. La luz de la luna sobre la estatua de Galdós en el Parque de El Retiro, la de los faroles en las de Madrid, o la del día en entornos muy distintos son un apoyo formidable para que este sea un tebeo enorme también en su aspecto gráfico. Notará el lector que no hemos sacado ningún defecto a esta obra. ¿Los tiene? Puede que sí. Pero es tan excepcional en su conjunto que eso da igual.
El contenido extra lo forman una introducción de Antonio Becerra Bolaños y un portafolio de bocetos de Alberto Belmonte con explicaciones de la obra de El Torres.
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