Título original: Superman: Man of Tomorrow.
Director: Chris Palmer.
Reparto: Darren Criss, Alexandra Daddario, Zachary Quinto, Ike Amadi, Ryan Hurst, Brett Dalton, Neil Flynn, Bellamy Young, Cristina Milizia, Eugene Byrd, April Stewart, Piotr Michael.
Guión: Tim Sheridan.
Música: Kevin Riepl.
Distribuidora: Warner.
Duración: 86 minutos.
Estreno: 23 de agosto de 2020 (Estados Unidos, digital).
Nos han contado ya tantas veces la historia de origen de Superman que el gran dilema que plantea Man of Tomorrow es si necesitamos otra más. Quizá el sentido haya que encontrárselo en lo que esconde su título, el mañana. ¿Estamos ante el punto inicial de un nuevo universo animado? El cambio en el estilo y la manera en la que se introduce a un buen número de personajes del universo DC, empezando por Lobo y el Detective Marciano además de los ya habituales de las historias del Hombre de Acero, son detalles que parecen indicar que así puede ser. Y si sucede, seguramente habrá que revisar los logros de Man of Tomorrow, como por ejemplo hubo que hacerlo en el universo cinematográfico Marvel con Iron Man (aquí, su crítica) cuando aquella película de Jon Favreau consiguió convertirse en la primera piedra de un trabajo monumental. Pero de momento no tenemos más que esto, y ahí hemos de quedarnos. Sería injusto no decir que la película cumple, y que lo hace bien, como una historia entretenida que entiende a su protagonista y, precisamente por eso, es una buena pieza para sus seguidores. Pero a la vez es una historia predecible y sin demasiadas sorpresas, que apuesta por un camino fácil y sencillo, uno que ya hemos transitado y cuyo deleite procede más de lo que sabemos que de lo que vemos.
Entre lo más positivo de la película está su arranque. No solo vemos la primera aparición de un Superman que todavía no lo es, sino que además le colocamos en el universo por la presencia de Lobo, que se lanza a su caza por ser el último kryptoniano. Buena acción y buena forma de descubrir de que es capaz este joven de acero mientras vamos asimilando, de nuevo sintiendo que es algo previsible, el carácter de Lois Lane o el establecimiento de Lex Luthor como villano mayor de este universo. Es una base sólida, de eso no hay duda, y que además sirve para crear al oponente que tendrá Superman en el clímax, el Parásito. Pocos personajes han cambiado tanto en las diferentes encarnaciones que hemos visto, desde de la serie animada hasta la del All-Star Superman de la que parece beber esta nueva versión, y quizá lo menos positivo de las decisiones que toma la película pasen por el efecto Godzilla, por tener que crear un monstruoso gigantesco para que el tamaño sea la mayor amenaza para Superman. Tan clásico como, sí, predecible. Y como hablamos de Superman, es obvio que la esperanza va a ser siempre la nota dominante, lo que es obviamente una respuesta a la moda de oscurecer el mundo de los héroes y todo un guiño a los seguidores más clásicos del personaje, que es a quienes quiere reconquistar la película.
Por eso, seguramente, un estilo de dibujo que, salvando las distancias, se emparenta más con los logros originales de los míticos dibujos animados de Max Fleischer que con los de la serie animada de los años 90 o los de las películas más recientes. Y es en ese estilo donde la película convence con más facilidad, por su elegancia y espléndido acabado, un pequeño soplo de aire fresco que lo cierto es que se agradece bastante. En este trazo es fácil entender el viaje de Clark para convertirse en el superhéroe que necesita ser, porque se aprecia su toque de boy scout sin perder el aura poderoso que lógicamente tiene que emanar un personaje así. Es accesible, pero también superior, y por eso podemos creérnoslo en todas las situaciones que narra la película. Superman. Man of Tomorrow no es probablemente el mejor título para la historia, porque levanta unas expectativas que, la verdad, la historia no cumple. No es un relato ambicioso o distinto, sino uno que cumple y llega a emocionar por su retrato de Superman. No es la película definitiva del personaje, ni en realidad aspira a serlo más que en su título. Si le quitamos esas pretensiones previas y si nos olvidamos de lo fácil que es anticipar todo lo que sucede, estamos ante una película entretenida, correcta, y hasta con elementos más que interesantes.
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