Guion: Molly Mendoza.
Dibujo: Molly Mendoza.
Páginas: 168.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2020.
Es bastante probable que Skip no se agote en una primera lectura, quizá ni en la segunda, porque es una propuesta salvajemente atrevida desde lo visual. Puede, eso sí, que su deslumbrante apartado gráfico nos oculte algunos de los elementos que tiene este extraordinario viaje que tiene parentescos evidentes con muchísimas historias que presentan jóvenes, a veces niños como es el caso, que se ven envueltos en saltos a dimensiones o mundos que no conocen. Molly Mendoza, en su primer gran cómic, no engaña a nadie desde la misma portada del volumen. Skip, más incluso que una historia, es una experiencia, y es una además tremendamente rica, porque cada página es todo un reto inesperado, no hay forma de saber que es lo siguiente que va a dibujar Mendoza o qué nos vamos a encontrar cada vez que se mueven Bloom y Gloopy, dos jóvenes e inocentes personajes que van descubriendo lo que es la amistad y de alguna manera madurando con cada situación a la que tienen que hacer frente. Pero por encima de cualquier otra cosa, como decíamos, Skip es una experiencia sensorial apabullante y que difícilmente se puede entender en toda su extensión en el primer contacto que nuestra retina establece con semejante cantidad de información como pone Mendoza en cada página, y a veces hasta en pequeñas viñetas.
A pesar de que la tentación de centrarnos en su dibujo es inmensa, comencemos evaluando su historia, su guion, y todo aquello que después permite a Mendoza desarrollar su fascinante universo. La base argumental es sencilla y elude perderse en explicaciones que tampoco habrían aportado demasiado. Con muy poco, la autora consigue que sepamos todo lo necesario, que entendamos por qué nuestro protagonista quiere regresar a su mundo y por qué tan extenso viaje a lo largo de un universo distinto tiene una razón de ser. Skip es, en ese sentido, una fábula sobre la amistad y sobre el hogar. Y ahí, la verdad, consigue llegar a elementos muy emocionantes, incluso aunque sean relativamente previsibles. Quizá sea ahí donde Mendoza pague el precio de estar ante una obra primeriza, pero es indudable que las buenas intenciones dan sus frutos y que su historia es atractiva, interesante y aleccionadora, que es lo que está buscando desde el principio. Si la base no fuera sólida, no habría ninguna posibilidad de que el cómic convenciera, por mucho que su dibujo sea tan espectacular como es, y se agradece que la enriquezca con elementos con ese lenguaje binario que opta por esconder el género de los protagonistas de una manera que al principio choca pero que poco a poco se convierte en parte de la esencia del libro.
En todo caso, sería absurdo negar que el viaje de Skip es, por encima de todo, sensorial. Lo que hace Mendoza es tan espectacular que casi no hay adjetivos que consigan describir su trabajo. Lo mejor, de hecho, es zambullirse sin miedo en todo lo que propone. La cubierta del libro es una primera aproximación, un modelo, pero ni mucho menos sirve para entender el carrusel de formas y colores que está por venir en las páginas interiores, y que de hecho es lo que justifica la extensión del libro. Hay en él un uso de formas, colores y movimiento que resulta fascinante de principio a fin, y que encaja en la propuesta narrativa que tiene la obra precisamente porque hace de este un viaje imposible de imitar. Cada mundo tiene sus normas, sus luces y sus colores, cada transición entre dimensiones se convierte en algo alucinógeno y onírico, como si lo estuviéramos viviendo al mismo tiempo que Bloom y Gloopy. Y Mendoza consigue que podamos leer Skip de dos maneras muy distintas, con el impacto sensorial inmediato del viaje o con el deleite pausado de cada momento, de cada página y de cada viñeta. Mendoza consigue así que su País de las Maravillas particular sea algo único, atrevido y complejo. Ideal para los amantes del riesgo y de las propuestas diferentes. Esta lo es y sabe exprimir todas las posibilidades de su naturaleza.
Nobrow Press publicó originalmente Skip en julio de 2019. No tiene contenido extra.
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