Director: David S. F. Wilson.
Reparto: Vin Diesel, Guy Pierce, Elza González, Sam Heughan, Toby Kebbell, Lamorne Morris, Talulah Riley, Alex Hernández, Jóhannes Haukur Jóhannesson, Tamer Burjaq.
Guión: Jeff Wadlow, Eric Heisserer.
Música: Steve Jablonsky.
Duración: 109 minutos.
Distribuidora: Sony.
Estreno: 13 de marzo de 2020 (Estados Unidos), 6 de marzo de 2020 (España).
Es evidente que desde algunos puntos de vista el espejo en el que se mira Valiant es Marvel. Por eso había expectación por ver cómo sería el primer título de la editorial que saltara al cine, para comprobar si realmente había un objetivo de lanzar un universo común y coherente y si se ponía el mismo cuidado en los personajes que Marvel Studios puso desde el lanzamiento del primer Iron Man (aquí, su crítica). En ese sentido, Bloodshot deja una leve sensación de decepción que se debe sobre todo al hecho de que la película del debutante S. F. Wilson es por encima de todo un gran tópico. No hay nada en el filme que resulta rompedor, y poco en realidad que conecte con las etapas más interesantes del personaje en el cómic, las que ha comandado Jeff Lemire. Se respeta su origen, cuyo desconocimiento siempre fue en realidad parte del encanto del mejor Bloodshot, y a su alrededor se gesta una película que sorprende por su reducida escala. Hay pocos personajes, apenas una escena de acción que trate de salirse de una escala terrenal y escasa trascendencia en cuanto a su fondo. ¿Entretenida? Desde luego, eso es algo en lo que Bloodshot no flaquea, apoyándose en la pose efectiva de un Vin Diesel adecuado como máquina de venganza, al que quizá solo se le puede reprochar que se le nota mucho lo quieto que está para los planos digitales.
El propio Diesel es, de hecho, el primero de los grandes tópicos que tiene la película. Para el papel protagonista se ha buscado a un tipo rocoso. No importa demasiado que encaje en el romántico encaje con la realidad que necesita el personaje en la película, sino que resulte eficaz su papel de máquina de matar perfecta. Pocas dudas se pueden plantear por ahí. Sí puede dejar una cierta desazón que se prescinda de toda conexión visual con el personaje de las viñetas, al que apenas reconocemos por pocas secuencias con los ojos rojos y con los escasos planos de efectos digitales de los nanitos, esos bichos microscópicos que le dan a Bloodshot su poder y capacidad de regeneración. En lo demás, poca cosa, y sorprende la escasa profundidad de la historia o de los personajes, todos planos y previsibles, especialmente los dos que más peso tendrían que tener, los de Guy Pearce y Elza González, siendo uno de los coguionistas Eric Heisserer, autor de la magnífica La llegada y que en el universo Valiant de cómic nos había dejado la notable Secret Weapons (aquí, su reseña). Sorprende, además, porque cae en la rutina más asumible desde su prólogo y, sobre todo, en un final más bien soso e incluso anticlimático, más allá de la única secuencia de verdad en la que los efectos especiales cobran protagonismo.
Dicho todo esto de otro modo, Bloodshot es una película de acción fácil y sin segundas lecturas, que renuncia de manera clara a ser el comienzo de nada que no sea la apuesta por una secuela directa para la cual ya deja el final lo suficientemente abierto, y que se ha limitado a cumplir con lo más básico. La película es una correcta extensión de lo que ya vimos en el trailer, sin muchas más sorpresas que añadir ni conceptos atractivos con los que explorar el universo del personaje. Quizá, por esto mismo, es una película que podría haber sobresalido a finales de los años 90, cuando los problemas de Marvel y la inacción de DC más allá de Batman y Superman propició que tantos personajes de editoriales pequeñas se convirtieran en objeto de deseo de Hollywood. Pero hoy esta fórmula no sorprende, e incluso puede mirarse de una manera mucho más crítica y beligerante por suponer una oportunidad perdida para crear algo alternativo a la maquinaria de Marvel Studios a través de Disney. Habrá que seguir esperando para ver si se concretan nuevos proyectos de Valiant que entiendan mejor las muchas posibilidades que tienen sus personajes y que sí puedan suponer una primera piedra de algo mucho más complejo. Bloodshot, desde luego, se queda en ese divertimento pasajero del que en realidad tampoco parece que quiera sobresalir.
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