Guion: Scott Peterson.
Dibujo: Kelley Jones.
Páginas: 192.
Precio: 18,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2019.
A veces da la impresión de que con Batman los autores de sienten empujados a dar algo más de lo que darían con otros personajes, a crear historias que por obligación tengan que sentar cátedra sobre algún aspecto decisivo de su personalidad, a dejar huella en definitiva cada vez que tocan al protector de Gotham. No basta con crear una aventura bien llevada y entretenida, sino que hay que analizar al Caballero Oscuro, explicarnos su alma y su comportamiento. Eso no es necesariamente bueno ni malo, pero quizá, interpretado como se interpreta, puede frenar algunas historias. Puede que ese sea el límite que se autoimpone Scott Peter son en Los reyes del miedo, y puede que por eso su historia no termine de arrancar del todo hasta su penúltimo episodio, donde en enfrentamiento entre Batman y el Espantapájaros, dos personajes a los que une el miedo que quieren infundir en sus rivales, estalla de una manera notable. Hasta llegar a ese punto, sobresaliente punto, la exposición es extensa y puede que dé demasiadas vueltas. La mencionada ambición de querer sentar una base sólida para la enseñanza que irremediablemente tiene que dejar el relato supone una mayor extensión, un conflicto que se podría haber resumido, pero a la vez un análisis certero en sus conclusiones y con un clímax espléndido.
Peterson quiere entender la mente de Batman, pero siempre vista a través de la mirada analítica de Jonathan Crane. Quiere saber cuánto se cree Batman de esa tan extendida teoría de que él es el epicentro del nacimiento de los estrafalarios criminales que acechan Gotham. El diálogo que se establece entre Batman y el Espantapájaros, y especialmente el momento en el que Crane está cerca de superar psicológicamente al Caballero Oscuro es fascinante, porque más que la típica dialéctica entre héroe y villano nos asomamos a la que pueden tener un doctor y su paciente. El sueño de Crane hecho realidad, en un tono que casi permite conectar con la enloquecida manera del Joker de tratar de entender a Batman que estableció Alan Moore en La broma asesina (aquí, su reseña). La conclusión de la historia es algo fácil para la ambición del planteamiento, eso también es cierto, pero es la que el relato seguramente tampoco podía esquivar. La forma en la que se rompe el tópico, con un espléndido diálogo de Alfred, demuestra que Peterson sí sabe utilizar personajes con un fin concreto y limitado, sin necesidad de preámbulos y sobreexplicaciones. Los detalles positivos, que son bastantes, hacen que Los reyes del miedo salga airosa de sus defectos e incluso que quede cierta ilusión de estar ante una historia que se presta a ser infravalorada.
No es nada fácil dejar para un segundo plano el dibujo cuando es algo de tan marcado trazo como el de Kelley Jones, quien se ocupa de crear la historia, y sin embargo así tiene que suceder aquí por una afortunada mezcla de circunstancias. Jones tiende a superar el marco en el que le toca trabajar, pero aquí, sin perder sus señas de identidad, parece acertadamente centrado en el juego psicológico que plantea el Espantapájaros. No pierde sus estridencias, ni mucho menos, pero las contiene en las escenas de acción y muestra las de la mente de otra forma distinta. Sorprende, que no es poco para un ilustrador que, una vez conocido, se entiende casi sin empezar a repasar sus páginas. Es evidente la inclinación que Jones tiene hacia los códigos del terror, y por eso el Espantapájaros es uno de los personajes que mejor se adapta a sus características como dibujante. Quizá no tenga tanta fama como la saga de Batman vampiro (aquí, su reseña), pero bien podría estar entre los mejores trabajos de Jones con Batman. Los reyes del miedo tiene por tanto la virtud de hacer que el lector disfrute del viaje e incluso que pueda pensar que una segunda lectura le va a aportar más cosas. No es poco si tenemos en cuenta la ambición que, como decíamos, la misma historia se obliga a tener cuando seguramente no habría necesitado tanta para convencer.
El volumen incluye los seis números de Batman: Kings of Fear, publicados originalmente por DC Comics entre agosto de 2018 y enero de 2019. El único contenido extra son las cubiertas originales de Kelley Jones.
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