CÓMIC PARA TODOS

‘Fearscape’, de Ryan O’Sullivan y Andrea Mutti

Editorial: Medusa.

Guión: Ryan O’Sullivan.

Dibujo: Andrea Mutti.

Páginas: 160.

Precio: 17,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2019.

Sería ridículo pensar que Neil Gaiman fue el primero, pero desde Sandman (aquí, reseña de su primer volumen) el juego cambió por completo. Crear fantasía realista y a la vez poética en la que las artes y la mitología tuvieran un papel fundamental se convirtió en una aspiración en sí misma. Fearscape puede enmarcarse tranquilamente en ese escenario, pues su punto de partida es un relato literario que el protagonista escribe como un diálogo con el lector y que habla de cómo conoció a la musa de otro escritor, una de la que se apropia con engaños para ir a ese mundo de fantasía en el que cumplirá su función como narrador y hará frente al Primer Miedo. Para entender lo que propone Ryan O’Sullivan y Andrea Mutti, quizá lo mejor que se pueda hacer es leer la contraportada del libro. ¿Una sinopsis? No, nada más lejos de la realidad, lo que hay allí es una declaración de intenciones, una apelación directa para que el lector se deje enamorar por la historia a través de sus páginas sin necesidad de un conocimiento previo. Cualquiera que deteste los spoilers se verá de inmediato atraído por la propuesta. Y Fearscape no decepciona en absoluto. Al contrario, hay un regocijo notable cuando llegamos a la última página y leemos «Fin de la primera parte». Porque esto, en realidad una historia muy bien cerrada, es la primera parte de algo más grande.

Puede parecer paradójico ante esta revelación, pero lo cierto es O’Sullivan no se guarda nada. Asombra, para bien, que un tebeo con una profusa y abundante narración en off, que es el auténtico diálogo que se entabla entre el escritor y el lector, sea en realidad tan absorbente como para que exista un deseo frenético de pasar página tras página, para sentirse atrapado por cada giro, por cada revelación, por ese continuo juego de dobleces entre el mundo real y el de fantasía, por la presencia de una musa que busca la ayuda del narrador y con el disfrute metatextual, trufado de numerosas pistas para entender lo que está sucediendo que le dan al lector todavía más elementos de disfrute de los que podría tener en una historia más lineal. Si se quiere, eso también lo pone O’Sullivan en bandeja. Fearscape es un viaje en el que no dejan de suceder cosas, en el que la magia, a veces muy oscura, campa a sus anchas, en el que se traza un relato sobre la importancia del narrador y de la narración misma, lo que no cobra toda su dimensión hasta el quinto y último episodio de la serie. Es compleja y retorcida. Y tiene mucha imaginación. Es, sí, deudora de la fantasía de Gaiman, no hay por qué negarlo. Y eso, aunque pueda hacer que las expectativas condicionen la lectura, no impide que Fearscape se gane página a página una lectura con la mente abierta.

Además, Mutti entiende bien la propuesta de O’Sullivan desde lo visual. Sabe que es tan importante mostrar el mundo real como el fantástico, y logra una mezcla atractiva. No es que roce lo memorable, no se trata de exagerar sus méritos, pero sí que hay personajes y secuencias, que lógicamente no vamos a revelar, en las que su trabajo alcanza niveles sobresalientes. Hay recursos narrativos maravillosos en la página, la superposición de diálogos para dar a entender un mensaje claro, ocultar detalles siempre con una finalidad clara, movimiento plasmado con una intensidad dramática que identifica cada momento a la perfección. Y sobre todo unos personajes que hablan sin necesidad de ver las palabras. La belleza de la musa se sale de la página, también la atribulada mente de nuestro protagonista. ¿Arquetipos? Desde luego, pero con personalidad. Eso es lo que más destaca de Fearscape. Hemos hablado de muchas referencias, pero están tan bien utilizadas que no podríamos decir que anulan las sensaciones de que estamos en Fearscape y solo podríamos estar ahí. O’Sullivan y Mutti se apuntan un buen tanto. Han sorprendido con un muy buen cómic. Pero si ellos mismos abren la puerta a una segunda parte han de saber que ahora las altas expectativas ya no dependen del referente, sino de su propio y muy buen trabajo.

El volumen contiene los cinco números de Fearscape, publicados originalmente por Vault entre septiembre de 2018 y abril de 2019. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Ariela Kristantina, Andrea Mutti, Declan Shalvey, Sarah Luchins, Sorah Suhng, Plaid Klaus, Nathan Gooden y Tim Daniel y la evolución del logo de la serie.

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Esta entrada fue publicada en 3 diciembre, 2019 por en Andrea Muti, Medusa, Ryan O'Sullivan, Vault y etiquetada con , , .

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