CÓMIC PARA TODOS

‘Ninja-K’ 11 y 12, de Christos Gage y Roberto de la Torre

Editorial: Medusa.

Guión: Christos Gage.

Dibujo: Roberto de la Torre.

Páginas: 28 cada uno.

Precio: 2,95 euros cada uno.

Presentación: Grapa.

Publicación: Mayo / Junio 2019.

En anteriores entregas de Ninja-K hemos alabado la versatilidad del personaje, la gran variedad de escenarios en las que se le podía soltar sin que la historia sufriera, y también la cierta irregularidad que estaba mostrando Christos Gage en una serie que al principio parecía llamada a redefinir los orígenes de la serie de agente ninja del Mi6 y que después ha ido adoptando otras características. Lo que vemos aquí, en estos dos números, es una muestra más de ambas cosas. Colin King, protagonista de la serie, funciona mucho mejor cuando actúa en los límites de la moral, tanto en su labor como agente secreto como a nivel personal. Y Livewire es una debilidad recurrente que sigue tan fresca como el primer día. Así que, ¿qué puede haber mejor en este punto que una de esas situaciones entre la espada y la pared con Livewire y Gilad como los dos grandes elementos en juego? Gage sigue moviéndose de un lado a otro, buscando la mejor manera de continuar con las aventuras del personaje y aquí hay que reconocer que encuentra un escenario muy apetecible, incluso sabiendo que puede haber cierta sensación es de déjà vu que en el caso de Colin llega un punto en el que ya parecen inevitables. Pero así sí que merece la pena seguir pendiente de sus aventuras, porque el espectáculo es obvio que, aunque funcione, no es suficiente para Ninja-K.

Tiene gracia decir eso cuando Gage sabe manejar tan bien esa parte del entretenimiento. En casi todos sus números ha habido una gran batalla, de esas que se disfruten sea como sea la historia en la que tiene lugar. Sabe que Colin King necesita acción, tanto a nivel personal como de cara al lector, y por eso no parece haber una sola entrega en la que no haya una buena ración de adrenalina. Pero esa acción, más allá de su trabajo de espía, es mucho más agradecida cuando hay en juego cuestiones personales. Eso lo entendió muy buen Matt Kindt en la anterior serie del personaje, sobre e todo en El asedio al Castillo King (aquí, su reseña), en la que hiló por completo la vida personal y la profesional de Colin. Aquí tenemos también esa misma característica, y es fácil asimilar que de esa manera Ninja-K es capaz de ofrecer mucho más. Por eso arrancó tan bien la serie y por eso no continuó tan bien cuando abandonó esa senda. Puede que Gage abuse del diálogo en situaciones en las que tendría que dejar que el combate hablara por sí solo, pero es una queja menor dentro de dos números trepidantes y que cumplen muy bien con todos sus cometidos. También el de adaptarse a la situación del universo Valiant después de Harbinger Wars II (aquí, reseña de su número final), historia que si afectó a alguien para siempre fue precisamente a Livewire.

La versatilidad de la que hablábamos en las series del personaje también se puede extrapolar al dibujo. En Ninja-K hemos visto ya estilos muy diversos, y hemos pasado del trazo superheroico más clásico a la suciedad de Roberto de la Torre con una naturalidad tremenda. Lo que tenemos en estos dos números no solo obedece a los aciertos en la composición de De la Torre, que son muchos, sino también a la paleta de colores de José Villarrubia, fundamental sobre todo en el segundo número por la ambientación que crea. El resultado, magnífico, huyendo de lo icónico y de la pose tradicional, y apostando por lo funcional, por aquello que colabora para que la historia tenga vida y movimiento. Son dos números muy dinámicos e interesantes desde un punto de vista visual, con un De la Torre subiendo un peldaño el nivel de la serie. Quitando las primeras entregas (aquí, su reseña), y recordando el apresurado final de aquel arco argumental con el que se abrió la serie, no es descabellado decir que este punto es el más sobresaliente de la serie, precisamente porque dentro de lo bien que Ninjak se adapta a bastantes escenarios, este siempre parece ser el que más posibilidades tiene para convencer de una manera más contundente. La pregunta es si es un movimiento casual, derivado de la búsqueda continua, o una línea a seguir. Lo veremos en los siguientes números.

Valiant publicó originalmente los números 11 y 12 de Ninja-K en septiembre y octubre de 2018. No tienen contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 23 julio, 2019 por en Christos Gage, Medusa, Roberto de la Torre, Valiant y etiquetada con , , , .

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