Guión: Kirsten Beyer, Mike Johnson.
Dibujo: Tony Shasteen.
Páginas: 104.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Febrero 2019.
Al Star Trek cinematográfico moderno, el que reinició J. J. Abrams en 2009, hace ya una larga década, no le ha ido nada mal planteando precuelas e interludio en forma de comic, y la nueva apuesta televisiva de la franquicia, Star Trek. Discovery, no tenía por qué ser una excepción dentro de esta estrategia. La luz de Kahless está pensado para complementar la última serie que se ha puesto a disposición de los fans, pero también para proponer un acercamiento a su historia. No necesita haber pasado previamente por el producto televisivo, pero sí tiene un valor añadido si se han visto sus episodios. Es, de esta manera, el complemento ideal para el producto del que nace, sabiendo sostenerse por sí solo, con ese final abierto que encaja con la primer episodio. No es quizá la apuesta más segura para el aficionado más clásico, pero en el fondo no deja de ser una historia de klingons, y eso siempre ayuda a que la inmersión en este universo sea como poco aceptable, aunque no haya un Enterprise en escena con una tripulación con la que conectar emocionalmente. Quizá esté ahí la clave para disfrutar de La luz de Kahless, en entender que las emociones que busca son diferentes del cuerpo central de Star Trek, aunque Nero (aquí, su reseña), precuela del primer Star Trek de Abrams sea un buen referente para entender sus objetivos.
Kirsten Beyer, parte del equipo creativo de Discovery, y Mike Johnson, ya con una dilatada experiencia en la franquicia en viñetas desde que el cine la trajo de nuevo al primer plano, son los encargados de escribir La luz de Kahless. Su éxito está en que, con paciencia y seguridad, nunca pierden de vista el arranque de Discovery, y hacen que haya una conexión fluida y natural con el primer episodio de la serie. Eso mismo, claro está, también limita en cierta medida, nada realmente apreciable con el cómic en la mano porque hay un nivel satisfactorio de riesgo en lo que ofrecen. Hablar desde la óptica klingon es lo que les permite ofrecer algo interesante y complejo, porque, más que en los personajes, en lo que destaca el tebeo es en la forma en la que nos muestra esta extraña y salvaje cultura. Todo fan de Star Trek que se precie conoce de sobra a los klingon, pero hay en estas páginas sorpresas incluso para ellos, lo que sirve para hacerse una idea dl acertado trabajo de Beyer y Johnson. Puede que no les quede demasiado margen para que nos encariñemos de los personajes o que quizá sea más eficaz el cómic como complemento que como una forma de prolongar nuestro tiempo de ocio dentro de este segmento de la franquicia, pero tiene también bastantes puntos a favor porque crea una mitología que puede quedarse aquí, gracias a que está completa y bien explicada.
El dibujo es obra de Tony Shasteen, otro viejo conocido de Star Trek, lo que garantiza una fidelidad apreciable a la franquicia. El hecho de que sean klingons los protagonistas hace que el parecido con los actores de Discovery no sea una carga tan pesada como puede serlo a la hora de usar más personajes humanos, y Shasteen saca partido de esa ventaja con bastante oficio, haciendo que tenga más peso el retrato de la cultura klingon. Hay poco que reprochar al trabajo de Shasteen, sobre todo en la puesta en escena y en los diseños. No hay grandes sorpresas ni tampoco páginas que alcancen lo soberbio, pero la inmersión en el universo de Star Trek es perfectamente adecuada, y eso es lo que se le pide a un cómic de esta naturaleza, que asume con acierto su condición de precuela y los límites que eso mismo impone. Dentro de los recientes comics de Star Trek este puede ocupar una posición modesta, quizá porque están pensados para aprovechar el tirón de sus referentes de acción real y Discovery no tiene todavía el bagaje de otros segmentos de la franquicia. Pero quizá eso mismo pueda darle un carácter de culto que quizá por ahora es prematuro afirmar que tenga pero que sí deja ese cierto sabor. El tiempo confirmará si puede alcanzarlo, pero en una primera lectura ya se puede asegurar que hay material interesante para trekkies en estas páginas.
El volumen incluye los cuatro números de Star Trek: Discovery – The Light of Kahless, publicados originalmente por IDW entre noviembre de 2017 y mayo de 2018. El contenido extra son las portadas originales de Tony Shasteen, Ángel Hernández, Declan Shalvey e ilustraciones de Miguel Ángel Jiménez.
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