CÓMIC PARA TODOS

‘Los maestros cerveceros’ 2, de Jean Van Hamme y Francis Vallès

Editorial: Dolmen.

Guión: Jean Van Hamme.

Dibujo: Francis Vallès.

Páginas: 216.

Precio: 34,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2018.

Desde que Jean Van Hamme puso las cartas sobre la mesa la finalizar el primer álbum de Los maestros cerveceros (aquí, reseña del primer libro integral), resultó evidente que había una ambiciosa saga familiar en ciernes y que el cómic era el medio perfecto para contarla, por mucho que su tono se acerque mucho al de las grandes dinastías familiares que hemos visto en televisión. Hay, por eso, mucha ironía en un final que retrata precisamente eso, su salto a la pantalla, quizá un deseo por parte de Van Hamme de que alguien lleve esta historia al lenguaje audiovisual. Cuando llegamos a ese punto, Los maestros cerveceros ha terminado de cumplir todos sus objetivos. No hay atrocidad familiar que no hayamos visto en estas páginas, y el éxito de la serie está en la naturalidad con la que hemos ido asistiendo al desarrollo de esta familia durante tantas generaciones y sin que nada haya parecido realmente fuera de lugar. Puede ser que los mejores álbumes los hubiéramos visto ya en el primer libro, pero el conjunto resulta bastante notable. No es solo el avance de las fechas, que en este libro nos llevan hasta 1997, es que realmente quedan pocos resquicios que tocar ya cuando llevamos al final. Quién sabe, eso sí, sí no volveremos a saber de Los maestros cerveceros en el futuro, porque ya hemos alcanzado el tiempo en el que podría haber un nuevo capítulo.

La variedad hace que la serie nunca caiga en el aburrimiento, pero puestos a escoger un álbum de los que componen este libro las preferencias podrían irse hacia el primero, Julienne 1950, porque en esta línea familia hemos disfrutado mucho de los episodios protagonizados por mujeres. Con esta en concreto damos el salto a la empresa moderna, a un lenguaje técnico y una forma de vivir diferente, en la que el engaño empresarial funciona al mismo nivel que las apariencias de las grandes familias. Eso se viene percibiendo desde que el imperio de los Steenfort se forjó en el primer álbum, con la mayor traición personal que su protagonista inicial podía hacerse, por lo que nada resulta inverosímil. Van Hamme se guarda muchas sorpresas, y todas ellas ahondan en la naturaleza más turbia del ser humano. Dicen que el poder y el dinero corrompen, y ese mensaje está muy presente a lo largo de esta saga. Ese es, en realidad, el principal motivo de su encanto. La cerveza es solo la excusa, como ya quedó de manifiesto en el primer libro, pero aquí es una argucia todavía más evidente para hilar lo que supone al final un retrato brillante de personajes muy distintos entre sí pero que tienen voces muy carismáticas. El álbum final, Los Steenfort, quiera responder a algunas de las preguntas que dejan los enormes saltos en el tiempo que hay entre capítulo y capítulo.

Las normas de Los maestros cerveceros son tan claras que quien haya llegado a este segundo volumen es sin duda porque ha disfrutado mucho del primero, con las tramas de Van Hamme y también, claro está, con el fantástico dibujo de Francis Vallès, que con una estética y una técnica indudablemente propias de la BD más clásica consigue firmar un trabajo sobresaliente. Además de manejar con mucho acierto, belleza y carisma a todos sus personajes, algo que es claramente lo mejor que hace el ilustrador, el dibujo es decisivo para que entendamos todo lo que vamos a ver cómo el complemento perfecto de la fecha que adorna el título de cada uno de los álbumes. Julienne 1950, Jay 1973 y Frank 1997 son magníficos retratos de los tiempos en que tienen lugar. Qué bien contextualiza Vallès casi sin que nos demos cuenta, con una naturalidad maravillosa. No es mal viaje el que nos ha propuesto Los maestros cerveceros en estos dos volúmenes, porque ha sabido trascender el motivo inicial de la historia para convertirse en un relato de pasiones, intereses, traiciones y ambiciones. Un retrato, en definitiva, del ser humano, en el que no resulta encontrar referentes reales por mucho que no los movamos en los ambientes de la alta sociedad, aunque sea la económica, en los que se mueven los Steenfort.

El volumen incluye los cuatro álbumes finales de Les maîtres de l’orgeJulienne 1950Jay 1973Frank 1997 y Les Steenfort, publicados originalmente por Glénat en octubre de 1996, 1997, 1998 y 1999. El único contenido extra son las portadas originales de esos álbumes.

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Esta entrada fue publicada en 10 diciembre, 2018 por en Dolmen, Francis Vallès, Glénat, Jean Van Hamme y etiquetada con , , .

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