Guión: Steve Niles.
Dibujo: Fiona Staples.
Páginas: 128.
Precio: 16,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2017.
De vez en cuando sienta bien un poco de escapismo sin pretensiones, sin que sea el inicio de una franquicia interminable y en la que asusta lo que nos puedan contar en el futuro, en una historia cerrada, divertida, entretenida y ya. Eso es Mystery Society, desde luego un relato que podría haber dado para ser el comienzo de una serie mucho más larga, pero que se queda en lo que es, cinco números, una historia autoconclusiva y muchos cabos sueltos para entender a los personajes que el lector podrá rellenar a su gusto. Eso mismo juega en contra de esta obra de Steve Niles cuando ya era Steve Niles, el de 30 días de noche, y cuando Fiona Staples todavía no era Fiona Staples, la del petardazo de Saga (aquí, reseña de su primer volumen). Incluso con esas credenciales, Mystery Society es una rareza apetecible. Sus mismas características pueden ser también lo más criticable, precisamente porque a Niles le entra algo de pereza a la hora de darnos pistas sobre su mundo más allá de las que vemos con la acción y se conforma con cerrar con oficio esta historia, pero si miramos el tebeo desde una perspectiva amable y optimista es difícil negar que proporciona el buen rato que se propone, jugando con la espléndida química que hay entre la pareja protagonista, los elementos fantásticos que componen este mundo y las dos líneas paralelas del relato.
Empecemos por lo positivo. Niles da con un variopinto grupo de ¿héroes? sobrenaturales que va componiendo sobre la marcha a partir de la pareja sentimental que forman Nick y Anastasia que aportan aventura y diversión a partes iguales. Sus diálogos siempre están bien escritos, y eso da un ritmo muy agradable al tebeo. Falta, eso sí, un poco de esfuerzo a la hora de juntar a todos los protagonistas. La misión de rescate que protagoniza Nick es lo más notable en este sentido, pero las incorporaciones de los otros dos miembros de este singular equipo saben a poco, parecen demasiado fáciles. ¿Resta eso diversión? La verdad es que eso no, pero sí trascendencia. Niles va a lo rápido, a lo fácil, a que cada cosa que pase tenga un sentido dentro de una dinámica trepidante. Y hay que reconocerle que el sentido del ritmo que tiene Mystery Society convierte a esta en una lectura muy agradable. Cuando se piensa, cuando se analiza el poso es que ha dejado, es cuando se ven sus grietas. Y es que Niles nos ha vendido como un plan elaborado algo que parece improvisado y que está demasiado sujeto a las casualidades, y una conspiración que no se sabe muy bien a qué obedece. Lo reviste de manera inteligente con una historia contada a modo de flashback y con un componente mediático divertido y juguetón, pero el análisis en frío no engaña.
Buena parte de la simpatía que en todo caso genera Mystery Society está en el descomunal carisma que tiene el dibujo de Fiona Staples. A la ilustradora la vemos tan en forma como en Saga, pero con premisas un tanto distintas. Su dibujo es un poco más sucio aquí, gracias a una paleta de color algo más apagada de lo que estamos acostumbrados a ver en sus páginas. Y la verdad es que eso da bastante personalidad al acabado. Si a eso sumamos el espléndido trabajo de diseño de los personajes y lo bien que sabe moverlos en la página, tanto en las escenas de acción como por su característica expresividad en los rostros (con diferencia lo mejor que tiene el habitualmente brillante dibujo de Staples), se entenderá que la valoración sobre esta obra en su apartado gráfico sea mucho más entusiasta. Saga confirmó que Staples es una ilustradora que sabe mezclar la comedia, la acción y la fantasía de una manera brillante, y este antecedente nos demuestra que no era una casualidad. Mystery Society se convierte así en un tebeo ligero y de fácil lectura, que se apoya en unos diálogos ágiles y un planteamiento eficaz sin necesidad de ser rompedor y que alcanza una extensión adecuada, ni quedándose corto por mucho que se pudiera haber completado la historia con mucha más información, algo sí que habría sido deseable, ni alargándose hasta perder sus aciertos.
El volumen incluye los cinco números de Mystery Society, publicados originalmente por IDW entre mayo y octubre de 2010. El contenido extra lo forman las portadas originales de Fiona Staples y un portafolio de bocetos de la misma ilustradora.
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