Guión: Jöse Sénder.
Dibujo: Jöse Sénder.
Páginas: 96.
Precio: 12 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Noviembre 2016.
Como prácticamente todo el mundo ha tenido alguna experiencia laboral nefasta a las órdenes de jefes incompetentes, es tremendamente fácil entrar en el divertido mundo que propone Jöse Sénder en Working for canis, un relato autobiográfico que el autor exagera hasta la caricatura más despiadada pero en el que se intuye dónde están los elementos más realistas en la experiencia que le tocó vivir en una empresa de diseño gráfico dirigida por dos tipos sin preparación. Parte de una publicación digital, lo que explica que estemos ante una recopilación de gags y no ante una historia verdaderamente hilada. Eso es, probablemente, el punto más débil de un libro que provoca carcajadas desde su mismo planteamiento, el desahogado personal. Porque Working for canis es sobre todo eso, y desde ese aspecto es como se gana al lector, precisamente por empatía personal y laboral. ¿Quién no se ha reído con esas experiencias que todo amigo o familiar tiene con jefes asombrosamente torpes? Pues esto es lo mismo. Sénder lo cuenta con gracia, si acaso llega un punto en el que sobrepasa la frontera de lo verosímil porque se hace difícil entender que haya criaturas tan ineptas al frene de una empresa. No es posible. ¿O sí lo es? Ese es otro de los chistes de Sénder, que juega con la capacidad de asombro del lector mientras le hace reír.
Cabe preguntarse si Working for canis podría haber sido mejor de haber cogido la idea que el autor explotó en su blog, Las mágicas aventuras de Sénder, para realizar una historia completa y nueva. Puede que sí, porque precisamente lo que le falta al libro es lo que sólo consigue de manera parcial cuando sí coloca referencias temporales que hablan del tiempo que falta para la finalización de su contrato en tan infernal agencia. Pero, al mismo tiempo, es irreprochable el funcionamiento de cada gag por separado, que no se resiente ni siquiera aunque muchos de ellos tengan bases parecidas para arrancar la broma. El lenguaje deliberadamente cargado de errores con el que Sénder da vida a sus jefes, un lenguaje que funciona incluso aunque a veces haya que leerlo más de una vez para saber qué están diciendo en realidad esos personajes, se convierte en otro elemento clave para entender el humor que tiene el cómic. Y el otro elemento clave para que Working for canis sea una broma con gracia es el contraste tan salvaje que hay entre estos dos iletrados personajes (también el Contable, un personaje del que casi hay que lamentar que no aparezca más) y el protagonista, en su forma de hablar, en su manera de entender el mundo, en su preparación para hacer frente al trabajo que desempeñan en la agencia.
Viendo el estilo de dibujo de Sénder, es obvio que su formación y vocación está en el mundo del diseño gráfico, algo que queda más que claro con los añadidos que hay en los fondos, con carteles cargados de simpatía, o con los resultados de su trabajo en ese mundo que incluye… y que en el fondo ayudan a que Working for canis sea también una demostración de su habilidad en este campo. Eso da al cómic un aspecto algo inusual, pero al mismo tiempo le permite dar con una forma excepcional de retratar a quienes ejercen de villanos de la función, caricaturas sin rostro, un aspecto siniestro pero a la vez eficaz porque refleja la impersonalidad absoluta de la que hacen gala una y otra vez por su falta de preparación no ya para trabajar sino para la vida misma. Cuando Sénder se vuelca en el contenido más friki, el que desarrolla sobre todo en las cubiertas e ilustraciones adicionales pero que también se cuela en más de una viñeta (¡hasta Joss Whedon hace acto de presencia!) encuentra una manera muy divertida de complementar lo que la realidad le ofrece. El caso es que, por encima de su aspecto, Sénder ha logrado con este volumen algo que no es nada fácil, hacer reír de manera continuada y por medio de una implicación que obedece al hecho de que casi todos hemos estado alguna vez en una situación laboral, no idéntica desde luego, pero sí análoga.
El contenido extra del volumen lo forman una introducción de Doc Pastor y una galería de pósters alternativos basados en películas con la temática del cómic.
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