Guión: Tom Taylor.
Dibujo: Jheremy Raapack, Mike S. Miller, Bruno Redondo, Axel Giménez, David Yardin, Tom Derenick, Marc Deering, Diana Egea, Kevin Maguire, Neil Googe, Xermánico, Jonas Trindade.
Páginas: 432.
Precio: 35 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2016.
Cuando hablamos de los grandes superhéroes de las dos mayores editoriales norteamericanas, tenemos que diferenciar dos tipos de historias: las que acontecen dentro de la continuidad y las que no. Las primeras son cada vez más truculentas porque la continuidad se reinicia cada vez en menos tiempo. Y las segundas son las que garantizan una libertad que las primeras ni pueden tener ni tendrán nunca. Por eso, este segundo territorio es mucho más apetecible en numerosas ocasiones. Injustice. Gods Among Us es una de las segundas y sorprende por superar con mucha inteligencia y con un enorme éxito narrativo dos grandes barreras. La primera, que estamos ante un producto que nace del márketing, como precuela de un más que popular videojuego, y que acaba dejando atrás las pretensiones de los despachos para erigirse como una gran historia. La segunda, que en realidad los jugadores ya saben muchas cosas sobre cómo se va a desarrollar e incluso terminar la serie, y aún así Tom Taylor se las arregla para que cada sorpresa, cada giro y cada decisión de los personajes sea trascendente. El Año uno de Injustice es, en todos los sentidos, modélico. Sí, sabemos que no es la versión digamos oficial de Superman y Batman las que se enfrentan en este combate tan ético como épico. Pero lo que emociona pensar que sí lo son no tiene precio.
Taylor sabe llevar a cada personaje al extremo de una manera impresionante. Y sí, es fácil buscar el corazón emocional de este Año uno de Injustice en su clímax, en esa batalla entre el Hombre de Acero y el Caballero Oscuro que se va gestando página a página con mucha inteligencia. Pero en realidad está mucho antes, sobre todo con una excepcional conversación entre Superman y Flash ante un tablero de ajedrez. Esa charla, aparentemente sencilla, explica a las claras qué es Injustice, qué está en juego en su conflicto, qué es lo que resulta interesante de ver a Superman dando un paso más allá de lo que su heroísmo tradicional le permite. ¿Dónde están los límites para los superhéroes? ¿Y qué puede desencadenar que los traspasen? El brutal desencadenante de Injustice es de los que hacen época. Tanto, que Zack Snyder ya se ha apresurado a cogerlo prestado en Batman v Superman (aquí, su crítica). Pero no es menos brutal lo que termina de enconar la posición de Batman. O el papel que juega Green Arrow, un personaje siempre decisivo cuando en DC se pone en juego la ética de los superhéroes. Y sí, no deja de ser una serie basada en un videojuego. Pero hasta desde ese origen se puede construir algo brillante. Taylor lo demuestra en estas páginas sabiendo utilizar a todos los personajes y aprovechando momentos grandes de DC que los lectores más clásicos reconocerán.
Ese origen de videojuego quizá sea la razón por la que la editorial no apuesta por una autoría clara en la serie. De Tom Taylor siempre, pero con un intenso baile de dibujantes que, además, tienen que ceñirse en muchos casos a los diseños que aporta la versión jugable y encorsetarse en el formato apaisado de las páginas para la versión digital de esta serie. Esa es la razón de que no haya splash pages que la historia a veces pide a gritos. Pero la historia es tan intensa que su ausencia casi no se nota hasta una segunda lectura. Con todo, hay páginas brillantes y momentos visualmente muy impactantes. El grueso de este primer año lo asumen Jheremy Raapack y Mike S. Miller, con mucho mejores resultados para el primero. Y poco a poco se van introduciendo algunos ilustradores, entre los que se puede destacar a Bruno Redondo, que tiene la suerte de poder dibujar a un Superman clásico en un buen flashback, o a Xermánico, que potencia a Harley Quinn en un delirante enfrentamiento con Lobo que casi parece un relleno dentro de la historia central o un spin-off pero que funciona francamente bien. Injustice sufre un tanto en lo visual precisamente por no haber un estilo claro, algo que por desgracia le pasa a demasiadas series actuales, víctimas de delirantes calendarios de entrega, pero eso no merma el efecto de una serie que arranca de manera impecable.
El volumen incluye los doce primeros números de Injustice: Gods Among Us y el primer Annual de la serie, publicados originalmente por DC Comics entre enero y diciembre de 2013. El único contenido extra son las portadas originales de Jheremy Raapack, Mico Suayan, Drew Johnson y Juan José Ryp.
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