CÓMIC PARA TODOS

‘Young Ronins’ 1 y 2, de Víctor Santos

Young RoninsEditorial: Grapa!.

Guión: Víctor Santos.

Dibujo: Víctor Santos.

Páginas: 24 cada uno.

Precio: 3 euros cada uno.

Presentación: Grapa.

Publicación: Marzo 2015.

Víctor Santos es un autor que ya no necesita demasiada presentación, y su nombre es aval más que suficiente para dar una oportunidad a cualquier serie que lleve su nombre en la portada. Young Ronins tiene ese primer aliciente, que se ve confirmado muy pronto por la excepcional habilidad que tiene para diseñar personajes con un gran carisma y dotarles de un movimiento espectacular. El nombre de Santos es lo que provoca la fe en cualquier proyecto que emprenda, ver la presentación en las primeras cinco páginas de Nicole y Kenji, los dos jóvenes luchadores que protagonizan la serie, es lo que añade confianza en que la lectura va a ser, como poco, entretenida. Pronto queda claro que estamos ante una serie que propone una notable aventura de corte juvenil, un género que no necesita descender a los terrenos de lo sórdido para sostenerse aunque en nuestra época sea eso mismo lo que ayuda a que se tome más en serio un producto. Pero Santos sabe manejarse muy bien en lo que se propone con Young Ronins, aprovechando las ventajas del entorno juvenil de sus protagonistas y el placer visual que le da diseñar desde cero todo un universo lindante con el género de los superhéroes. Fondo y forma se dan la mano con mucha habilidad, y por eso Santos convence en todos los terrenos de su nueva serie, con mención especial, no podía ser de otra forma, para los combates que muestra.

Siendo la acción el mejor terreno para Santos, se agradece que entre en la historia directamente en una escena de ese tipo. Es la mejor manera de presentar a unos personajes que se definen en el combate con la misma facilidad que en sus diálogos. A la espera de ver cómo los desarrolla a partir del ecuador de una serie que tendrá cinco números, Nicole y Kenji se hacen querer desde el principio. Esa empatía, que no necesita buscar conceptos demasiado atrevidos u originales, es imprescindible para que la historia avance en una doble vertiente. Por un lado, son estudiantes con los que identificarse, con sus problemas en lo académico y en la relación con otros chavales de su edad. Por otro, luchadores en misiones secretas, héroes que se enfrentan a coloristas villanos porque tienen la capacidad física y el entrenamiento necesarios para hacerlo. ¿No es esa la base perfecta para una historia de ficción juvenil? Lo es, efectivamente, y Santos la maneja con mucho acierto, del mismo modo que va creando una todavía muy enigmática organización de villanos contra la que luchan los protagonistas. Eso es lo que le permite jugar también con inteligencia con el misterio que necesita la historia para no ser sólo una sucesión de imágenes espectaculares. Sumando a eso las habituales escenas de pelea que tan bien coreografía Santos, casi sobra decir que la lectura se pasa volando e invita a volver de nuevo a cada página para deleitarse con el dibujo.

Porque, eso sí, con Santos siempre se acaba disfrutando más de las ilustraciones que del guión. Y eso no es una crítica hacia su labor como escritor, sino una alabanza a su trabajo con los lápices. Como sus diseños son habitualmente muy buenos, en Young Ronins desde luego lo son, el camino que tienen que recorrer los personajes con respecto a los lectores está prácticamente hecho desde el principio. Eso, en una serie tan corta como esta, es casi imprescindible y da a Santos una libertad enorme para disfrutar. Ahí entran en juego sus combates, esenciales para explorar el potencial aventurero de sus personajes. Ningún problema en ese terreno, son escenas muy bien llevadas, en las que Santos sabe imprimir un movimiento espectacular dentro de su narrativa. Pero lo mejor de Young Ronins, lo que hace de la serie una buena lectura más allá de su espectacularidad y su fantasía (destaca la secuencia del segundo número en la que los jóvenes héroes luchan contra Hela y se zambullen en la Dimensión Sombra), es que las buenas sensaciones se mantienen en las escenas más pausadas, en las conversaciones, en las pruebas a las que se someten como estudiantes adolescentes y no como héroes. Y con unos villanos muy bien imaginados y dibujados es difícil encontrarle algún pero a Young Ronins, una serie que ha arrancado francamente bien y de la que todavía cabe esperar más según se acerque el clímax.

Como contenido extra, cada número tiene dos páginas de diseños de personajes y algún boceto.

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Esta entrada fue publicada en 20 marzo, 2015 por en Cómic, Grapa!, Víctor Santos y etiquetada con , , .

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