Guión: José Fonollosa.
Dibujo: José Fonollosa.
Páginas: 32.
Precio: 4 euros.
Presentación: Grapa.
Publicación: Enero 2015.
Hay un síntoma inequívoco de que esto de Los otros superhéroes que se ha montado José Fonollosa va bien. Cuando uno ve en la portada de este tercer número ese «3 de 5» y piensa que el final está lamentablemente demasiado cercano es porque se lo está pasando francamente bien con esta historia de héroes desastrosos y divertidos. Esta espléndida parodia de un género trasciende ya sus referentes originales, ya no es una comedia basada en personajes Marvel o DC aunque no reniega de ese aspecto (incluso profundiza en él, con tramas que forman parte de la idiosincrasia del superhéroe y que homenajea sobre todo con el final abierto de este tercer número), sino que Los otros superhéroes es ya un título que busca un espacio propio que en el cómic español sólo había abrazado abiertamente Jan con Superlópez y su universo. Y eso, aunque parezca una minucia, acaba dando a la historia de Fonollosa una simpatía y una frescura que se agradece desde la primera hasta la última página, hasta el punto de que es difícil dejar de imaginarse que la historia continúe más allá de esos cinco números anunciados o que dé el salto a otro medio, algo que por desgracia es demasiado difícil en una industria como la española pero que incita a pensar en que si este tebeo fuera norteamericano ya habría alguno de esos locos poderosos pensando en hacer una serie o un largometraje de dibujos animados basado en las aventuras del Capitán Intrépido, Amazona, Chico Roca, Garra Nocturna y Potencia.
La parodia de Los otros superhéroes es espléndida, y lo ha sido desde su primer número, pero quizá le faltaba dar un pequeño salto y ser algo más sin dejar de ser una parodia. Si eso era lo que le faltaba a la serie, Fonollosa lo consigue en esta tercera entrega. Siempre es divertido, y más para un aficionado al cómic de superhéroes, buscar referencias más o menos claras en una comedia de este corte, y en los dos primeros números los había a montones, pero aquí ya se puede hablar con tranquilidad de una personalidad propia. Los Intrépidos ya son ellos mismos con todas las consecuencias. Y, ojo, porque sólo han hecho falta tres números de grapa para que esa sensación sea inequívoca, lo cual tiene un mérito enorme. Fonollosa da ese salto con una historia autoconclusiva en su trama principal, una que lleva a nuestro héroes al espacio, pero que al mismo tiempo sirve para dejar elementos que dan sentido de serie de género, como se ha hecho toda la vida en esto de los superhéroes, pero con sentido cómico claramente diferenciador, porque su humor funciona dentro y fuera del género, en la búsqueda de referentes inmediatos para cualquier aficionado al cómic norteamericano (o español, si se piensa en Superlópez, Mortadelo y Filemón o los cabezones de Enrique Vegas, por mucho que sus caminos sean diferentes) y en el gag social o cultural, como se ve en la entrevista televisiva.
Como dibujante, Fonollosa también explora con mucho acierto esa doble vía que busca el tebeo. Por un lado, hay un gran despliegue imaginativo a la hora de crear este universo de superhéroes, con el aspecto de los héroes, de los villanos y del mundo en el que se mueven, incluyendo rocambolescas escenas como la que tiene que ver con el agua en plena estación espacial, en realidad parte del clímax casi continuo que supone este tercer número de la serie. Y por otro es también en lo visual una comedia felizmente desternillante, que parte de unos diseños que son tan divertidos para cumplir este objetivo como espectaculares para cumplir con el anterior, y que respetan ambos códigos, el de la acción y el del humor, con enorme naturalidad. Por eso encajan las splash pages de presentación de personajes con la misma facilidad que las pequeñas viñetas cómicas, el slasptick más visual y el chiste narrativo con una frase ingeniosa. Y por eso Los otros superhéroes es una serie divertidísima que ya tiene su principal pega, sin ninguna duda, en su corta duración, algo que bien mirado también permite comprobar lo buen narrador que es Fonollosa, que ya ha pasado por espacios muy diferentes en menos de cien páginas de historia con la misma efectividad, y que deja con ganas de más. Más en los dos números que faltan, pero también más una vez que estos terminen a poco que su conclusión sea tan divertida como lo que llevamos hasta ahora.