Guión: Rafael Ruiz-Dávila.
Dibujo: Nacho Tenorio.
Páginas: 24.
Precio: 3 euros.
Presentación: Grapa.
Publicación: Octubre 2014.
Alterar la historia es divertido. Hacerlo desde un punto de vista cercano, mucho más. 1900 no busca un momento temporal por el que el lector pueda sentir una especial empatía, no es una fecha especialmente significativa en la historia más allá de marcar un cambio de siglo, pero Rafael Ruiz-Dávila busca otro tipo de cercanía: la del lector español. Su ucronía, cargada de notables elementos steampunk, lleva al Imperio Español a ser el dominante del mundo gracias al éxito de la Armada Invencible. El planteamiento es lo mejor de este primero número de la serie, uno en el que se multiplican los personajes y las referencias hasta el punto de que parece mentira que haya tanta información condensada en apenas 22 páginas de historia en viñetas (aunque el relato de ficción invade con mucho acierto la presentación los créditos y hasta los extras). Quizá eso sea lo menos positivo de este primer número. Es verdad que es un peaje necesario para que Ruiz-Dávila establezca las bases de su universo, y que es un detalle que quedará minimizado en los próximos números si la serie avanza como promete, pero hay tanto que ver que casi obliga a una segunda lectura de forma inmediata para trazar con precisión el papel de cada personaje y las relaciones entre todos ellos.
El dibujo de Nacho Tenorio es un acierto, por sí mismo y en su relación directa con el guión, porque incide en las mismas bases que Ruiz-Dávila. A pesar de que hay voluntad de que se sienta 1900 como una obra de época, busca una identidad propia. Tenorio la refuerza con una sexualidad evidente y poniendo el énfasis en el aspecto de sus personajes. Los escenarios, casi como si fuera una metáfora de la época que retrata, quedan difuminados, en planos muy alejados, incluso los fondos de la acción que se narra de forma más cercana tiene una importancia mínima con respecto a los personajes, que parecen constituir de momento el interés primordial de Tenorio. 1900 arranca así como una serie tan atractiva en lo argumental como en lo visual. Las poco más de veinte páginas de este primer número no son más que el arranque, y viendo la ambición del planteamiento pueden saber a poco, pero enganchan con mucha facilidad en todos sus elementos, en la forma y en el fondo, en la historia y en su presentación, y en el impacto que provocan casi todos los personajes que va presentando. Anna Veronica, la heroína inglesa, cobra ventaja desde su primera aparición como personaje a seguir, pero nada de lo que se ve tiene desperdicio.
Como contenido extra, esta entrega ofrece un análisis de El mundo de 1900, firmado por el enigmático «viajero del tiempo anónimo».