Guión: Pierre Wazem.
Dibujo: Frederik Peeters.
Páginas: 280.
Precio: 24 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Junio 2014.
Dos viñetas. Eso es lo que tardan Pierre Wazen y Frederik Peeters en mostrar que Koma va a ser un cómic diferente, cuando se ve a una extraña criatura manipulando una máquina de la que no se dan más detalles. Ahí, ya en la primera página, se intuye algo fuera de lo cómic. Y no pasan ni tres páginas cuando la pequeña Addidas, una niña que ayuda a su padre en su trabajo de deshollinador y que sufre desvanecimientos frecuentes, ha captado la atención del lector con un desparpajo y una simpatía impresionantes. Lo mejor de todo es que eso es sólo el arranque de una fascinante historia, marcada por una imaginación desbordante, con unos personajes espléndidos y con un extraño mundo en el que se mezclan extrañas criaturas, entornos oníricos y de pesadilla, muchos enigmas que se van resolviendo poco a poco y sobre todo un interés creciente por pasar páginas y devorar el relato, una especie de cuento en el que no se puede dar nada por sentado y en el que cada giro lleva un escenario tan nuevo como sugerente. Hay mucho de eso en Koma, de sugestión, y por eso casi se agradece la lectura continua de la serie en este volumen integral, porque una vez se empieza parece casi imposible detenerse.
Lo más definitorio de Koma es que es imposible encontrar un referente inequívoco, pero de alguna manera Wazem encuentra caminos entre la fábula oscura, la aventura juvenil y un mundo tan opresivo como el de Dark City, la película de Alex Proyas, con la que comparte un entorno urbano del que a simple vista parece imposible escapar. Desde el principio se juega con la baza fabuladora, con lo que Koma es rica en lecturas e interpretaciones. Hay muchas metáforas posibles en ese mundo de dentro de las chimeneas, pero también en el de la superficie, y Wazem acierta al dejarlo todo tan abierto, al no colocar nombres ni etiquetas, al hablar de máquinas , de la ciudad, del campo, pero no establecer un referente geográfico inequívoco. Por eso, y por la arrolladora personalidad de Addidas y del resto de los personajes, acaba siendo una obra tan original y atractiva. Porque hay dos comunidades que no parecen saber la una de la otra, porque hay un régimen que actúa por motivos difíciles de desentrañar, porque la vida es dura para todo el mundo, y eso se ve a través del duro trabajo de Addidas y de su padre, porque hay secretos y misterios y porque, al final, hay un ingente despliegue de imaginación que conduce a la historia a lugares bastante impredecibles.
Siendo el carisma de los personajes una de las bazas incuestionables para el realismo del mundo de Koma, incluso en sus aspectos más fantasiosos, la misma portada del volumen es ya una prueba de fuego para saber si el lector va a conectar tan fácilmente como parece con la historia. Si llama la atención el rostro de Addidas en esa cubierta y en su primera escena, lo complejo será desechar la historia sin haberla leído. Peeters tiene un estilo tendente a la caricatura más cartoon, y eso es lo que permite intuir el movimiento y las emociones en los diferentes personajes. Pero también tiene un gran dominio del blanco y negro, lo que hace creíble ese opresivo ambiente urbano, también la existencia de ese mundo dentro de las chimeneas que acaba siendo clave para que se desarrolle la historia, pero igualmente sale triunfante de la descripción de los mundos oníricos y fantásticos en los que se produce el poético desenlace de la historia. Wazem y Peeters firman así una historia fascinante y tierna, con una inagotable capacidad de sorpresa y con muchísimas escenas fantásticas (la visita al especialista, la conversación telefónica, el descubrimiento en la recepción del hotel…) que hacen de este tebeo uno singularmente especial y altamente recomendable para públicos de todas las edades.
El libro incluye los seis números de Koma (La voix des cheminées, Le grand trou, Comme dans les westerns, L’Hôtel, Le duel y Au commencement), originalmente publicados por Les Humanoïdes Associés entre octubre de 2003 y noviembre de 2008, recopilados en un volumen integral en marzo de 2013. Dibbuks ya había publicado los seis números individuales. El recopilatorio no tiene ningún contenido extra.