Guión: Joe Keatinge.
Dibujo: Ross Campbell, Roman Muradov, Ulises Farinas, Owen Gieni, Emi Lenox, Greg Hinkle, Sloano Leong y Jed Dougherty.
Páginas: 144.
Precio: 13,95 euros.
Presentación: Rustica.
Publicación: Febrero 2014.
El final del primer volumen de esta nueva encarnación de Glory (aquí, su reseña) era un cliffhanger en toda regla, con la presentación de la hermana de la protagonista, Nanaja. Y eso es lo que permite que esta segunda mitad de la serie se convierta en su final en un divertido y continuo salto en el tiempo que se mezcla con un clímax salvaje y brutal que involucra a otros héroes Image empezando por Supreme, que ya había aparecido en el primer volumen, un número final hermoso y poético, y el epílogo que cierra la historia y que tiene el enorme acierto de conectar Glory con otro de los grandes títulos de esta actualización de los títulos de Image (si quieres reventar la sorpresa, amigo lector, sólo tienes que ver la última página de este segundo volumen pero es mejor sorprenderse a su debido tiempo). Glory concluye así siendo una muy atractiva mezcla de fantasía, mitología, ciencia ficción y superhéroes, que no rehuye lo más explícito de la violenta historia que propone y que, de alguna manera, sobresale por ser un grito de rebeldía contra el imposiblemente estilizado aspecto visual de la práctica totalidad de las heroínas del cómic. Y es que Glory es rotunda en más de un sentido.
Es difícil sustraerse del hecho de que Glory acaba en este segundo volumen. Por eso, lo que al final queda muy presente en la mente del lector es un clímax salvaje, espectacular y sin medida como el que propone Keatinge, al que el guionista da un final tan contundente como acertado, uno que le permite después añadir a su historia un final de tono muy diferente, una despedida casi perfecta. Pero ese final no es ni mucho menos el único acierto que tiene esta parte de la historia. Keatinge construye su narración de forma que los saltos en el tiempo son los que van preparando el camino para la resolución y los que van dando trascendencia a todos los personajes. Y es que el conflicto de Glory, por mucho que se trate de una guerrera de carácter introvertido, está vinculado a todos ellos. A sus padres y a su hermana, con los flashbacks que devuelven la acción a Thule, al origen de los mitos que están llegando a su final en este cómic, pero también a la pequeña Riley o incluso a Supreme. Riley, de hecho, vuelve a cobrar una importancia capital en este universo, y el mérito de Keatinge en el desarrollo del personaje es que casi siempre parece estar en un segundo plano.
Ross Campbell mantiene el tono que ya había demostrado en sus ilustraciones para el primer volumen, sin prestar demasiada atención a los límites con los que casi siempre se presenta la violencia en el cómic. Aprovechando que sus formas son contundentes y fantasiosas, muestra muertes, desmembramientos y mutilaciones de forma clara y directa, pero no desagradable precisamente porque desde el primer momento se mueve en un entorno de ficción bastante claro. No es extraño que lo mejor de Campbell llegue precisamente en el undécimo capítulo de la historia, el que muestra la batalla final en toda su crudeza, pero tampoco hay que desdeñar el resto de su trabajo, a buen nivel durante los dos volúmenes que forman la edición española. La misma y original estructura con la que Keatinge construye este acto final de Glory permite la introducción de hasta siete dibujante más en algunos pasajes de la historia, lo que no hace sino enriquecer el resultado final. Estos segmentos son pasados, presentes, oníricos, y todos ellos se integran en el relato a la perfección, incluso aunque algunos de ellos se hagan en un estilo muy diferente al de Campbell.
El libro contiene los seis números finales de Glory, que apenas alcanzó los doce, pero como se mantuvo la numeración original de la cabecera se trata de los números 29 a 34, publicados por Image Comics entre octubre de 2012 y abril de 2013. El único contenido extra que tiene el volumen son las portadas originales de estos seis números, dibujadas por Ross Campebell para los números 29, 33 y 34, Kris Anka para el 30, Nate Bellegarde para el 31 y Ricken para el 32.
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