CÓMIC PARA TODOS

‘Body Bags. Teorías de la violencia’, de Jason Pearson

BodyBags portadaEditorial: Aleta.

Guión: Jason Pearson.

Dibujo: Jason Pearson.

Páginas: 240.

Precio: 24,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Diciembre 2013.

La serie más controvertida de los años 90. Así se ha vendido desde el comienzo Body Bags, creación de Jason Pearson, un tipo de extraordinario detalle en el dibujo y precisamente por eso no especialmente atento con los plazos de entrega. Leída hoy en día es una perfecta muestra de cuánto han cambiado las cosas en la industria del entretenimiento en algo menos de dos décadas, pues lo que entonces escandalizaba con sólidas razones hoy casi forma parte de un amplio grupo de publicaciones. Con Body Bags sucede algo parecido. Leer hoy la historia completa no provocará tantas alteraciones como en 1996, pero lo que es indudable es que esta es una historia para lectores dispuestos a disfrutar con la gamberrada más violenta, salvaje y cargada de palabras malsonantes que se puedan imaginar. Quienes entiendan la broma y el entorno, tienen en sus manos más de 200 páginas de una gozosa epopeya violenta y orgiásticamente salvaje. Quienes no, probablemente se habrán dado cuenta para la quinta página que han escogido el cómic que más les conviene. Y sí, eso quiere decir que en la quinta página ya se puede ver la primera gran salvajada de Pearson.

Una vez queda claro cuál es el juego de Pearson, Body Bags se convierte en una lectura condenadamente divertida, que se recrea en sus propias barbaridades y les encuentra un punto de comedia gamberra terriblemente logrado. El punto de partida es atractivo. En la ficticia ciudad de Terminus, los cazarrecompensas son legales y tienen pocos miramientos. Uno de ellos, Carapayaso (cuyo aspecto parece una broma nada oculta al smiley de Watchmen), hispano para más señas transgresoras, se ve de repente en la obligación de hacerse cargo de su hija adolescente y físicamente muy desarrollada para su edad, Panda, que en realidad lo que pretende es unirse al negocio familiar como ayudante de su padre llevando un disfraz de animadora. Delirante como poco, pero Pearson hace del descontrol un elemento más del divertido juego que plantea, al que no le pone límites morales ni éticos. Todo vale en Body Bags. Absolutamente todo. Y es que el nombre de la serie (traducido, Bolsas de cadáveres) no es nada gratuito, porque lo que contiene es una historia en la que todo el mundo está más allá del bien y del mal, está dispuesto a matar por un fin, utiliza palabras malsonantes y tiene en el exceso una forma de vida.

Pearson, detallista como es el dibujo, hace un trabajo excepcional a lo largo de todo el volumen, exagerado, caricaturesco y cargado de tensión, pero en el apartado visual de lo que más se disfruta es de la miniserie original y de Una bala, un peldaño por encima del resto de las historias de este volumen. Destructor de mundos, de apenas ocho páginas, es quizá el segmento más flojo del volumen y la explicación hay que buscarla en el escaso protagonismo de Panda. Porque aunque todo encaja a la perfección en este desbocado universo de Body Bags, la presencia de esta muchacha deslenguada y alocada es fundamental para que el explosivo cóctel que plantea la serie funcione en todo momento. Tanto es así, que a pesar de la espléndida dinámica que tiene con su padre, también funciona cuando se convierte en protagonista esencial y prácticamente única de una historia, algo que sucede en Dale a la palanca, la hasta ahora última aventura de esta franquicia que se ha publicado. Y puede que hoy Body Bags no cause el mismo efecto en los lectores que la descubran porque el cómic ha evolucionado mucho y muy rápido y la violencia es parte inherente de las narraciones de ficción. Pero aún así, es una lectura divertida y gamberra como pocas.

El libro incluye los dos volúmenes de Body Bags pulicados por Image Comics y 12 Gauge Comics en julio y agosto de 2005. Ambos recopilatorios incluían a su vez los cuatro números de la miniserie original de Body Bags, publicados por Dark Horse entre septiembre de 1996 y enero de 1997; la historia comprendida en el Dark Horse Presents Annual de 1997; y la que apareció en Dark Horse Maverick 2000. Además, la edición española comprende el especial 3 The Hard Way, que incluía las dos historias cortas anteriores y la nueva Hit Da Switches, publicado ya por Image en el año 2006; y Body Bags: One Shot, también de Image y de 2008. Como contenido extra, además de una introducción que explica la historia editorial de la serie, la práctica totalidad de las portadas de la serie, tanto de ediciones originales como de reimpresiones, algunas de ellas obra de Michael Golden, y un pequeño portafolio con algunas páginas a lápiz.

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Esta entrada fue publicada el 6 enero, 2014 por en 12 Gauge, Aleta, Cómic, Dark Horse, Image, Jason Pearson, Novedades.

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