Guión: Joshua Luna (idea de Joshua y Jonathan Luna)
Dibujo: Jonathan Luna.
Páginas: 148.
Precio: 13,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Agosto 2013.
Los hermanos Luna, Joshua y Jonathan, tienen algo que atrae. Consiguieron en Ultra. Siete días ofrecer una historia de superheroínas diferente y en La espada mantienen buena parte de los elementos que funcionaron en aquella. Una protagonista femenina y joven, un arranque cotidiano que evoluciona rápida y espectacularmente a una historia de corte mucho más fantástico, personajes accesibles y humanos dentro de una historia con elementos sobrenaturales y un dibujo que engancha a pesar de su aparente simplicidad. La espada no resulta tan original como la mencionada Ultra, y en su arranque sigue los esquemas básicos de relatos similares a éste, pero en todo momento entretiene y convence porque construye con rapidez y oficio una atractiva mitología sobre la que continuar la narración y porque hace que los personajes despierten la necesaria empatía o intriga para querer saber más de ellos. Y eso es el mejor modo de medir el interés de una serie: si cuando llega la última página se compra el cliffhanger y hay ganas de seguir leyendo, es que la historia convence. Y Dara Brighton, protagonista de La espada, deja esa sensación.
Esta serie está planteada como una montaña rusa de la que es mejor ir conociendo los detalles sobre la marcha. Empieza en el suelo, de una forma muy terrenal, sencilla y cotidiana. Introduce ya en su segunda página un elemento definitorio del personaje protagonista. Y ya en el primero de los seis números que contiene este primer volumen, los hermanos Luna ponen patas arriba todo el mundo que han planteado. Lo hacen sin medias tintas, sin complacencias, con crudeza y cierta épica. Es cierto que tanto ahí como más adelante hay un par de elementos circunstanciales, casualidades de difícil explicación, que ponen a prueba la credibilidad de algunos de los giros de la historia. Sucede así con el hallazgo de la espada o con la forma en que Dara conoce la historia de Demetrios (incluso el propio guión llega a hacer referencia a ese detalle, convirtiendo lo que podría haber sido una evidente debilidad casi en un guiño de complicidad con el lector). La montaña rusa continúa, moviendo con soltura las piezas en el tablero, colocándoles a un lado y a otro y llevando a Dara de un lugar a otro, dando una agradecida sensación de vértigo y de falta de un plan claro, lo que encaja con una adolescente que acaba de vivir una experiencia traumática que ha puesto fin a la vida que conocía.
El dibujo de Jonathan Luna, que parte de los bocetos realizados por su hermano, es muy eficaz. Personal y reconocible, en ocasiones con un aspecto que casi roza lo amateur, pero quizá por eso mismo con el suficiente atractivo como para sumar al conjunto final. Aunque no descarta en absoluto las splash pages, de hecho las convierte en la mejor forma de cerrar cada uno de los seis episodios de la serie que contiene este primer volumen, la característica esencial del dibujo de La espada es su funcionalidad. Los retoques por ordenador para simular movimiento y otros efectos visuales, así como la sencillez del trazo y del diseño son cualidades ya conocidas de los hermanos Luna y aquí funcionan de la misma forma que en otros de sus trabajos. Esa sencillez, a pesar de ser una clara marca de sus autores, quizá juega en su contra en el flashback del sexto número, en el que finalmente se explica el origen de la historia que se traen entre manos los autores y que probablemente pedía mayor grandeza. Con sus ligeros defectos, La espada se convierte en una lectura muy entretenida, que supera con suma facilidad la endeblez de las inagotables sagas de fantasía juvenil que pueblan los cines, dándole un toque de mayor seriedad con sus momentos de violencia y madurez narrativa.
Este primer volumen de La espada publicado por Aleta contiene los seis primeros números de la serie, publicados originalmente por Image entre octubre de 2007 y marzo de 2008. The Sword duró 24 números, hasta mayo de 2010, por lo que la edición española tendrá cuatro volúmenes. El único contenido extra que contiene el libro de Aleta son las ilustraciones de cubierta de esos seis números y unos bocetos que acompañan el arranque de cada número, obra todo ello de Jonathan Luna.